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✨ Nuevo integrante ✨🌈

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Las estrellas comenzaron a brillar por los cielos, la oscuridad fue notoria dándole el comienzo a la dulce noche que caía en Corea del Sur.

La noción del tiempo había sido olvidada por completo, dejando la angustia y nervios actuar en sus vidas.

Youngjae recorría cada rincón de la casa, sus ojos mostraban alteración al igual que terror mientras que su mente estaba repleta de preguntas que sólo lo hacían dudar más, en tanto JaeBeom, se encontraba nervioso mirando de reojo el reloj colgado en una de sus paredes, estaba tan distraído que lograba olvidar los números que indicaban la hora.

El móvil comenzó a sonar.

Youngjae detuvo sus pasos dejando su cuerpo inmóvil como si estuviera congelado. El azabache sacó su móvil del bolsillo con temor.

— ¿Hola? — dijo JaeBeom.

Llegó el momento — Fue lo que dijo la otra línea — Felicidades — dijo antes de colgar.

JaeBeom miró a su amado nuevamente encontrándose con unos ojos cafés que demostraban temor, estaba asustado. Se acercó a él y lo atrapó en sus brazos.

— ¿Qué pasa si se arrepiente? — dijo el castaño aferrándose a los brazos de su amado, ocultando su cabeza en su pecho.

— No lo hará, cariño.

— ¿Y si no nos quieren? — seguía dudando el pobre Choi, cada vez con una voz más quebrantada que antes.

— Hey — lo alejó para verle el rostro, sus pequeñas lágrimas estaban al borde de sus ojos tiernos, con una pequeña caricia bastó para limpiarle el rostro — Seremos buenos padres. — le sonrió antes de acercarse a sus labios y darle un dulce beso.

El corazón de Youngjae se aceleró de repente y el terror fue disminuyendo. Cada vez que se encontraba en los brazos de su amor sentía esa sensación de protección, de amor y cariño que lograban calmarlo. Aún estaba asustado y tenía miles de inseguridades en la cabeza, pero estando en los brazos de JaeBeom lograba olvidarlo todo.

— Es hora de ir — dijo JaeBeom.

Youngjae colocó sus brazos en la cintura del azabache y lo enrollo para lograr más cercanía, su cabeza estaba en el pecho del mayor por lo que podía escuchar con serenidad los latidos de su corazón.

— Está bien — contestó el castaño antes de separarse de su amado, mirarlo a los ojos y darle una sonrisa tierna.

No fue tardar en cuanto ambos salieron se su hogar, se subieron al auto y se dirigieron al hospital. Por el camino ambos se encontraban ansiosos y algo asustados, estaban tomando un gran paso de su vida. Eso asusta mucho.

Pero aún así, JaeBeom intentaba relajar a su amado con caricias y besos en la mejilla.

Al llegar al hospital no fue necesario preguntar donde estaba la mujer, ya que una de las enfermeras pudo reconocerlos por lo que los guio a un sitio de espera. Las luces blancas eran tan fuerte que lograba dañar la vista, los pasillos estaban vacíos pero era posible escuchar la voz de los doctores y enfermeros charlando desde el otro lado donde se encontraba JaeBeom y Youngjae.

¡𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐢𝐳𝐨𝐬! (𝟐𝒋𝒂𝒆) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora