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✨17 años 🌈✨

[......]

— ¿Una fiesta? — dijo con un tono dudoso.

— Si — afirmó el chico.

Ya habían pasado 20 minutos de que estaban sentados frente a frente en la sala de estar. Las manos del adolescente ya comenzaban a sudar y su estómago se revolvía por los nervios que sentía.

— ¿De quién es la fiesta? — preguntó JaeBeom.

— Lee Félix, está en mi clase — contestó — Cumplirá 18 años.

— ¿Quién irá?

— Toda la escuela...

— ¿Toda la escuela? ¿Qué es? ¿La fiesta del presidente? — cuestionó descontento — ¿A qué hora terminará?

— Yo.. No lo sé. — titubeó.

Los ojos rasgados del azabache analizaron al chico de pies a cabeza; a veces podía adivinar cuando Jeong-in estaba mintiendo por los malos hábitos que tenía como morderse las uñas.

— No irás — soltó finalmente.

— ¿Qué? ¿Por qué no?

— Habrán muchas personas, drogas y alcohol, y probablemente gente caliente que sólo quiere tener sexo.

— P-Pero eso no ocurrirá, estaré con Hyunjin, no nos pasará..

— Ya dije que no. — vocifero en su lugar.

El chico de cabello azabache lo miró molesto antes de levantarse con brusquedad y dirigirse a su habitación dando un portazo como prueba de su furia y disgusto. JaeBeom resopló fastidiado antes de levantarse de su lugar para recostarse en el sofá y descansar su cuerpo. Luego de unos minutos logró sentir un peso encima llamándole la atención.

— Veo que si se molestó — dijo Youngjae rompiendo el silencio — ¿Qué le dijiste?

— No lo dejé ir a la fiesta — suspiro — Además, ¿Quién es ese tal Lee Félix?

— Es el chico pelirrojo — recordó — Es un buen chico ¿Por qué no lo dejaste ir? — preguntó.

— Porque irá toda la escuela — contestó — Habrá gente que no conocemos y que probablemente Jeong-in tampoco conozca, no es bueno que vaya.

— Es verdad — habló con serenidad.

JaeBeom se veía disgustado, como un niño pequeño haciendo un berrinche. Una de las cosas que más odiaba eran los adolescentes; su madre le advirtió que Jeong-in cambiaría cuando llegara a la adolescencia pero este no escuchó y siguió mimando a su pequeño hijo. Ni siquiera se dio cuenta en el momento en que su hijo ya había crecido, dejó de jugar con sus juguetes, ya no usaba sus cosas de Doraemon y solo estaba apegado a la tecnología. Jeong-in es un buen chico, le va bien en la escuela y no es grosero, pero era difícil lidiar con el.

— Bueno — tomó postura — Iré a ver a Jeong-in antes de que se escape por la ventana — dijo el castaño antes de dirigirse al pasillo para ir al cuarto de Jeong-in. Giro la perilla y entró a la habitación.

¡𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐢𝐳𝐨𝐬! (𝟐𝒋𝒂𝒆) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora