-Recuerda que debes llamarme Fargan todo el tiempo y yo te llamaré Rubius. Ah, y el médico será Auron- David, ahora Fargan, acomodaba con paciencia las maletas en un pequeño carrito mientras las iba sacando del automóvil. Pero quería asegurarse de que sus dos acompañantes estuviesen en sintonía, no quería errores cuando llegaran a Karmaland.
-Si, si, ya lo dijiste 30 veces. Aunque sigo sin entender qué hace Raúl aquí, no necesito un médico para cuidar mis celos, todos los Omegas sabemos muy bien cómo cuidarnos- Rubius le lanzó una mirada cargada de resentimiento al médico, quién se la devolvió con la misma intensidad. Desde el momento en que el oso se había enterado de que Raúl iría con ellos, había lanzado una variedad de comentarios desagradables frente a él.
-Es bueno tener un médico cerca, además Auron conoce el pueblo y nos podrá ayudar a adaptarnos más rápido- Fargan al fin terminó de cargar el interminable equipaje de su Omega, quién tenía casi el triple de ropa que él. Auron mientras tanto permanecía de pie junto al carrito con el equipaje, no quería iniciar una pelea con Rubius cuando las cosas ya estaban lo suficientemente duras como para agregar un problemas.
La espera por el vuelo se les volvió eterna, y ni siquiera era directo a Karmaland; tendrían que hacer dos escalas antes de llegar. Pero al final lograron apaciguarse, tal vez por el cansancio, pero fue más fácil para Fargan no tener que estar pendiente de si los dos Omegas peleaban.
Aunque los comentarios sarcásticos de oso siguieron una vez sintió la incomodidad de bajar en clase turista. Con Merlon siempre había disfrutado de vuelos en primera clase o en aviones privados. Así que, cuando se enfrentó a los asientos pequeños, la comida simple y la atención menos personalizada; empezó a lanzar su veneno. Fargan sólo suspiraba cansado con cada comentario, no podía perder la paciencia porque aún quedaba un largo camino por recorrer.
Las escalas fueron agotadoras, especialmente para el Alfa, quien se encargó de mover el equipaje cuando fue necesario. Así que cuando abordaron el último vuelo, se sintieron aliviados al comprobar que sólo ellos tres y un Alfa más iban en él. Rubius recibió la atención personalizada que tanto había deseado y Auron congenió con el otro pasajero.
El Alfa se presentó como Lolito, iba muy bien vestido y se notaba que era alguien con dinero. Les contó que llevaba viviendo en Karmaland unos meses, que se había enamorado de los paisajes y el aire fresco. Aunque todo el rato que interactuaron con él, su mirada se perdía en el rostro de Auron. En verdad se veía bastante interesado en el médico.
Aunque a Rubius y Fargan les interesó más la conversación que inició acerca de sus propiedades y de las diferentes compañías que poseía. Si lo que decía era cierto, entonces era alguien con mucho dinero, y eso siempre sería del interés de la pareja. El oso pensó que si era un Alfa apuesto como ese, no le importaría fingir, aunque ese en particular no parecía ni un poco interesado en él. Auron lo tenía totalmente atrapado en sus redes, y hasta parecía que ni siquiera estaba intentándolo.
Fargan tuvo una idea entonces, si lo que el médico quería era el dinero, no le molestaría involucrarse con ese Alfa para conseguirlo. Tener a dos Omegas haciendo el trabajo sucio era mucho mejor. Sonrió para sus adentros, ya investigaría más acerca de Lolito cuando llegarán a Karmaland.
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MENTIRAS - Omegaverse
FanfictionEra un experto en mentir, lo había hecho con su fallecido marido sin problema. Pero esos ojos tan hermosos, que parecían llegar hasta lo más profundo de su alma, le hicieron dudar. ¿Podría mentirle a ese hombre que le declaraba su amor con tanta fa...