Yugyeom regresó a su casa a eso de las siete, con un humor fantástico. Cuando entró vio a Mark sentado en el sofá, abrazando un cojín, con la mirada perdida y el ceño fruncido.
– ¿Pasó algo, hyung? –Yugyeom se acercó al chico de cabello largo y se sentó junto a él.
–Jackson –Mark lo miró.
–Soy Yugyeom, hyung –se ganó un suave golpe en la cabeza.
–Jackson, eso pasó –con fuerza lanzó el cojín, rompiendo aquel cactus que Yugyeom había decidido adoptar. Mark miró a Yugyeom–. ¡Perdón, Gyeomie, no fue mi intención! –corrió a recoger todo y aunque se pinchó lo dejó en otro macetero–. Listo, como nuevo.
La mano de Mark comenzó a sangrar y él no se dio cuenta, Yugyeom ni siquiera le había reclamado por su pequeño cactus. Algo enserio estaba mal.
–Acompáñame a la cocina, hyung –lo sujetó del brazo y con cuidado lo llevó directo a lavarse las manos e intentar quitar las espinas.
No tardaron más de media hora, pero Yugyeom sentía que todo estaba pasando más lento de lo habitual. Se sentaron con una taza de alcohol en cada mano. Algo habitual en ellos, beber para decir las cosas sin morir en el intento.
–Jackson dijo que se iría del departamento –Yugyeom sabía que Mark estaba enamorado de su hyung chino, pero no quería decirlo o sufriría como su cactus–. Y, está bien, quiero decir, no me importa que se vaya... Pero es porque tiene novio. Se irá con su novio. Ni siquiera llevan un mes. Yo lo he soportado por cuatro largos años y... Olvida lo que dije.
–Sigue bebiendo, hyung. Te hará mejor.
Con ayuda del alcohol y las caricias de Yugyeom, Mark comenzó a llorar.
– ¿Sabes que es lo peor de todo esto? Que el hijo de perra me gusta y jamás le diré sobre mis sentimientos porque es un imbécil y no me merece.
Yugyeom solo pudo reírse y asintió. –Tienes toda la razón, hyung. Nadie merece tu amor, eres demasiado para cualquier ser mortal. Sobre todo, con tu cabello largo y rubio. Pareces un personaje de anime.
–Dios, eres un nerd –soltó una risa mientras secaba sus lágrimas con su pañuelo de pinturas.
–Solo no quiero que te sientas mal. Mi hyung es demasiado bonito para llorar por Jackson hyung.
Mark le dio un abrazo y luego bebió de ambas tazas, dejando boquiabierto a Yugyeom. –Tómalo con calma, hyung.
Al día siguiente las cosas parecían más tranquilas, Mark no parecía un desquiciado y Yugyeom seguía teniendo pésima resistencia al alcohol. Así que ahora moría con su resaca.
– ¿Por qué tu cara luce como si hubieras comido mierda?
–Anoche tuve que beber con Mark hyung, ya sabes las reglas –sus gafas de sol estaban comenzando a molestar a su profesor Hyukjae.
Ten solo se encogió de hombros.
Cuando sus clases terminaron fueron ambos por algo de comer, donde Yugyeom se encontró de frente con Jinyoung.
– ¡Hey! –Yugyeom le sonrió y Jinyoung se sorprendió no acostumbraba a ser reconocido por alguno de sus "estudiantes"–. Vamos Ten, hay que ir a saludar a mi tutor –Ten caminó junto a él y por respeto le dio una pequeña reverencia–. Hola hyung, ¿cómo estás? Él es mi amigo Ten, viene de Tailandia –su amigo jamás podría acostumbrarse a la ternura de su amigo.
–Hola Yugyeom y Ten. Tailandia, es un país muy interesante por lo que me han dicho.
– ¿Interesante? De ahí han venido mis dos mejores amigos, hyung. Ten y Bambam –Jinyoung y Ten sonrieron sin poder evitarlo.
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El tutor /Jingyeom
FanficYugyeom necesita urgentemente de un tutor, la clase con el señor Lee le está costando su beca y sus padres ya le advirtieron que lo llevarían de vuelta a casa si no subía sus notas. Jaebum, su compañero de cuarto y próximo a graduarse le da el númer...