Después de su clase donde Ten aparentemente había perdido, Yugyeom salió con Chan, un amigo intimo de Bambam. Conversaban de la fiesta que Minghao daría en la noche, no sabía de qué era, pero hace días que no salía de su dormitorio por estar intentado sobrevivir a su profesor Taemin de lindas piernas.
–Nos vemos a la noche, Yugyeom –se despidió Chan, caminando hacia el otro lado. Yugyeom se despidió, caminando hacia las mesas donde se daría una merecedora siesta, pero no pudo con todo el bullicio que la gente hacía.
No es como si no pudiera dormir con ruidos, pero eran demasiado, casi parecía una pelea. – ¡Golpéalo, se lo merece! –alguien gritó, irritando a Yugyeom. ¿Por qué la gente decidía pelear cuando él quería dormir?
Se levantó con la intención de ir a la biblioteca y descansar, pero cuando miró hacia el lugar de la pelea y vio ese característico cabello negro bien arreglado, no pudo evitar correr hacia él.
– ¡Hyung! –gritó, intentando pasar por las personas que rodeaban al mayor–. ¿Qué haces? –le dijo en cuanto llegó a su lado, cansado y sin aliento.
–No te metas, Yugyeom. Vete.
Frente a él se encontraba algún tipo desconocido, con su rostro rojo y la vena de su cuello sobresaliendo. Algo había pasado en ese pequeño momento que cerró sus ojos. Le sujetó el brazo y lo tironeó, sin poder moverlo de su puesto. Él no quería que su lindo hyung fuera golpeado por aquel gorila, pero Jinyoung no estaba cooperando para nada. Cuando el chico notó la cercanía de Yugyeom hacia Jinyoung, sonrió divertido. –Veo que te conseguiste un nuevo juguete... parece que realmente no tienes un tipo, ya que este se ve como un idiota por donde lo mires.
–No lo metas en esto, imbécil. Tú fuiste el que me buscó, te advertí que no quería nada serio. ¿Quién es el más idiota?
El puño del chico cayó en los labios regordetes de Jinyoung, rompiéndoselo. –Ja. Ahora no podrás conseguir nuevos perros –por supuesto que él no se quedaría de brazos cruzados, devolviéndole el puñetazo, lo desestabilizó por un momento.
–También va para ti.
Yugyeom asombrado, se alejó un poco de Jinyoung. No parecía necesitar ayuda y se notaba que no la quería.
El chico miró a Yugyeom con intensiones de golpearlo, en lugar de a Jinyoung, pero el mayor fue más rápido, pateándole el estómago con enfado.
–No te metas con mi amigo.
El círculo que se había armado, huyó de lugar en cuanto Taemin apareció para detenerlos. Yugyeom no se movería de su lado aunque fuera puesto en el mismo castigo que ambos.
– ¿Qué mierda creen que haces? ¿Pelear en este lugar? ¿Por qué no resuelven sus problemas fuera? –Taemin sujetó al idiota, quien iba a devolver el golpe–. Tú y tú, acompáñenme. Yugyeom, quédate aquí, quietito.
Jinyoung asintió, aun molesto, agarrando su bolso que había caído al suelo cuando ese idiota lo empujó.
De hecho, Jinyoung había llegado buscando a Yugyeom, sabiendo que podría encontrarlo allí. Cuando lo vio, intentó acercarse y sorprenderlo, pero alguien lo empujó y esa era la situación actual. Miró hacia atrás, viendo a Yugyeom quien había puesto una mueca de tristeza, despidiéndolo con la mano.
Al pasar las horas sin tener respuesta de su amigo, lo llamó. Pero el celular de Jinyoung estaba apagado.
Cuando la noche llegó, Yugyeom de mala gana se preparó para ir a la fiesta, no podía cancelar cuando ya se había comprometido, aunque aun se sentía mal por Jinyoung. Esperaba que no lo hubieran expulsado a meses de su graduación.
– ¿Estás bien, Yugyeom? Has estado suspirando triste todo el día –le dijo Mark con su cabello sujetado en una coleta.
–Sí, hyung. Estoy algo preocupado por Jinyoung hyung. Como estuvo en una pelea, me preocupa que lo expulsen... ya casi se gradúa.
–Así que sí te gusta –Yugyeom sonrojado negó–. Si claro. Pero no te preocupes, ya podrás hablar con él. ¿No tenías que salir?
–Es que ya no tengo ganas, pero sí. Ya me iba.
Se despidió de Mark desde la puerta, encontrándose de frente con Jinyoung. Yugyeom no pudo evitar abrazarlo, sintiéndose de alguna manera mejor.
– ¡Estaba muy preocupado por ti! –lo apretó más a su cuerpo, siendo correspondido al instante–. ¿Qué pasó? ¿Estás bien? –Jinyoung negó, llorando de manera silenciosa–. Entra, conversemos, hyung.
Sin importarle la fiesta, Yugyeom lo llevó a su habitación, sentándolo en la cama.
–Estuve a minutos de ser expulsado, sino hubiera sido porque el idiota comenzó la pelea y yo solo me defendí y te defendí... lo siento Yugyeom, no quería meterte en este problema...
– ¿Estás acostumbrado o algo así?
–Algo así. Ese idiota me viene buscando desde hace meses, pero como ya sabes, soy alguien difícil de encontrar. Estoy ocupado las veinticuatro horas del día –sonrió sin ganas.
–No es gracioso. Tu rostro está magullado. ¿Acaso siguieron peleando después de hablar con el profesor Taemin?
– ¿Tan mal me veo? Me dio un puñetazo y yo le rompí un diente, como los hombres debemos.
–Tienes una muy mala visión de los hombres, hyung. Y tú eres uno.
– ¿Qué mas da? Me repugnan todos los hombres de mundo... por supuesto que eso no te cuenta, ni a tus amigos. Ustedes me agradan.
Yugyeom le acarició el cabello como había querido hacer desde que lo vio en la puerta. Su cabello era suave y olía muy bien, Yugyeom casi se acercó a olerlo un poco más de cerca.
– ¿Ibas a salir? Oh, es cierto. La fiesta...
–Podemos quedarnos a ver películas, no tenía muchas ganas de salir, eres mi mejor excusa.
Jinyoung no pudo evitar sonreír, Yugyeom era un panecillo.
–Si insistes.
Se recostaron juntos en la pequeña cama de Yugyeom. El menor se sentía más cómodo siendo la cuchara pequeña, así que Jinyoung aprovechó de abrazarlo mientras ambos comentaban la película. Ninguno de los dos estaba prestando demasiada atención ya que sus corazones corrían de manera veloz por el abrazo que estaban compartiendo.
Jinyoung se sentía extraño, era demasiado pronto para sentirse tan bien con Yugyeom, y Yugyeom solo vivía el momento. Le agradaba la sensación de las mariposas corriendo por su estómago cuando Jinyoung lo acariciaba. ¿Era normal sentirse tan bien con alguien que no conocía demasiado?
–Hueles muy rico, Yugyeom –soltó el mayor, avergonzándose al instante. Yugyeom sintió algo muy placentero en su estómago, riendo de los nervios.
Como la película ya no era demasiado interesante, no tanto como esas sensaciones que tenían. Yugyeom se volteó, quedando de frente con Jinyoung quien lo miraba directo a esos lindos ojos que brillaban de manera hermosa.
– ¿Hyung? –Jinyoung prestó atención a sus labios–. ¿Te había dicho que eres muy bonito?
Jinyoung no pudo evitarlo, casi actuó por inercia, robándole un pequeño beso, ambos se quedaron de piedra.
¿Aquello había pasado en verdad?
Los labios de Yugyeom hormigueaban, él quería volver a hacerlo, pero el rostro preocupado de Jinyoung se lo impidió.
–Lo siento, Yugyeom...
El menor negó, poniendo su cabeza en el hombro de Jinyoung, aspirando todo el delicioso perfume que este traía puesto. No le importaba pensar en nada más que no fueran los latidos acelerados del mayor.
–Eres muy bonito, hyung. Muy, muy bonito.
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El tutor /Jingyeom
Fiksi PenggemarYugyeom necesita urgentemente de un tutor, la clase con el señor Lee le está costando su beca y sus padres ya le advirtieron que lo llevarían de vuelta a casa si no subía sus notas. Jaebum, su compañero de cuarto y próximo a graduarse le da el númer...