Erase una vez... - Os Tododeku

Internado

[Narrador: Todoroki]

El día era gris.

No me extrañaba ya que en este lugar todos los días eran grises, sin felicidad alguna ya que lo único que importaba era si tus notas eran altas y tenías buen comportamiento.

Nada de juegos ni ningún tipo de diversión, solamente tienes que estudiar y con suerte hacer un par de amigos.

Esta era la última clase del día, ya faltaba poco para que acabaran las clases y pudiéramos por fin volver a casa, siquiera me importaba si fue el viejo quién me inscribió aquí y que tendría que ver su cara horrible otra vez. Solo quería volver.

Atravesé la puerta y me senté en mi lugar correspondiente, todos ya estaban allí pulcramente vestidos y con los materiales encima de la mesa sin decir nada esperando el profesor.

Hasta parecíamos robots simplemente siguiendo órdenes, nadie se atrevía a desobedecer ya que el castigo era malo. Muy malo.

El timbre sonó y el profesor entró poniendo sus cosas encima de la mesa, en ese momento la puerta se abrió tímidamente dejando ver a una chica de cabellos negros lisos y ojos tan oscuros como su pelo mirando temerosa al profesor. Si no me equivocaba se llamaba Jin Tsunage.

- P-perdone, tuve unos problemas para llegar - se excusó ella con la mirada baja.

El profesor la escrutó con la mirada y las palabras que salieron de su boca hicieron que herviera de rabia.

- Una chica como tú debería tratar de portarse bien si quiere que alguien la note - dijo el profesor con la voz clara, para que todos escucharan - No veo motivos para dejar entrar a una buena para nada en mi clase.

La chica siguió con la cabeza baja y todos pudimos ver como sus hombros se movían ligeramente dando a entender que estaba llorando por las duras y falsas palabras de aquél hombre.

- Y yo no veo motivos para que usted le falte al respeto - espetó un chico con cabellos verdes y pecas que ni sabía que estaba ahí.

- ¿Quién te crees que eres para hablarme así? - el profesor desvió toda su atención al chico igual que todos le miraban también.

- Soy un alumno y ella también, a nosotros también nos gustaría ser tratados con respeto igual que le tratamos a usted - alegó el chico con el ceño fruncido, estaba sentado un par de lugares más adelantados que el mío - ¿A que no le gustaría que empezáramos a decir todo lo que se nos pasa por la cabeza respeto a usted?

Todos soltaron un jadeo por lo último dicho por él, pero tenía toda la razón.

¿Quién era el profesor para creerse superior y tratarnos como basura si nosotros no hacemos lo mismo?

- ¡Es mejor que te retires ahora y no te quiero ver ya en mis clases! - exclamó el hombre con rabia señalando la puerta, la chica que antes estaba allí ya se había sentado en su lugar.

- Bien - aceptó el chico retándolo con la mirada y recogiendo sus cosas - A usted le da miedo la verdad, es lo único que digo.

Una bofetada hizo que su mochila cayera al suelo y que él la acompañara, todos aguantaron la respiración mientras veíamos como él se sobaba la mejilla y levantaba la cabeza.

- ¡Vas a ver mocoso que a los mayores no se les falta al respeto!

Lo cogió del brazo con más fuerza de la necesaria y salió de la clase llevándose al chico con él que seguía sin bajar la mirada y mal lograba sostener su mochila en su otro brazo.

Nos quedamos en un silencio sepulcral hasta que el profesor volvió, después de eso todo pasó como se supone debería pero no me podía sacar lo que había pasado de la cabeza.