Erase una vez... - Os Tododeku

La casa nueva

[Narrador: Midoriya]

- Izuku...ayúdame aquí por favor - pidió Shoto cargando con más cajas de las que creí posibles.

Me acerqué rápidamente hasta él y cogí dos cajas de las que cargaba, no pude hacer más ya que justamente las que cogí parecían ser las más pesadas.

Acabábamos de volver de Ikio, una de las mayores tiendas de muebles y decoración de Japón y de algunos otros países supongo ya que, según el folleto de la entrada, ya tenían tiendas en varios países.

Dejamos todas las cajas que cargamos desde allí hasta casa en el suelo y Shoto por fin cerró la puerta soltando un suspiro.

- Estoy molido, literalmente - comenté acercándome a él quién se había recargado en la puerta - ¿Estás bien?

- Debo de haberme roto unas cuantas costillas trayendo todo esto - habló haciendo que sonriera y le viera con compasión para después cogerle la mano y arrastrarle hasta el salón vacío, sentándonos en el suelo.

Él recargó su cabeza en mi regazo y yo apoyé mi espalda en la pared acariciando sus hebras bicolores, nos sumimos en un silencio cómodo mientras pensaba en varias maneras de cómo acomodar los muebles.

Hace más o menos dos meses Shoto me pidió para vivir juntos en un solo apartamento, yo no pude alegrarme más y acepté sin rodeos a su propuesta ya que ya llevábamos dos años de noviazgo.

Ahora estábamos los dos exhaustos en el nuevo apartamento viendo las blancas paredes, con pereza de levantarnos para empezar a montar todo.

- Shochan - llamé y él hizo un sonido que demostraba que me estaba escuchando - Amor tenemos que empezar a montar las cosas.

Él suspiró y negó con la cabeza haciendo que soltara una risa, él podía llegar a ser muy infantil cuando quería.

- ¿No podemos tomarnos una siesta primero? - preguntó con voz adormilada producto del sueño.

- Lo siento Shochan, pero necesitamos empezar a hacerlo - afirmé besando sus cabellos - El camión va a llegar a las ocho, tenemos hasta esa hora para poder acomodar la mayoría de cosas.

Él soltó un gruñido de claro disgusto, yo sabía que estaba cansado ya que cargó muchas más cajas que yo y se merecía un descanso, pero también sabía que si intentaba acomodarlo todo yo solo no iba a poder hacerlo en tiempo.

- Perdón, pero escucha después de todo esto prometo dejarte dormir hasta tarde mañana - susurré en su oído rozando la punta de mi nariz en su cuello sintiendo cómo se estremecía y soltaba una ligera risa.

Shoto era muy cosquilloso por esa zona.

- De acuerdo - aceptó él finalmente sentándose a mi lado y soltando un bostezo - ¿Con que empezamos?

- Podemos empezar montando la mesa, así ya no tenemos que comer en el suelo - sugerí viendo como asentía en mi dirección.

Nos levantamos con pereza de nuestros lugares y empezamos a rebuscar entre las muchas cajas que había hasta encontrar la caja de la dichosa mesa.

Con unas tijera que traje en mi maleta ayer abrimos la caja y vimos las diversas partes de madera que tendríamos que encajar y los diversos tornillos, tuercas y otras piezas que nos harían falta.

Soltamos un suspiro al ver como una simple mesa podría tener tantas partes y con toda la paciencia del mundo cogí el manual de instrucciones para empezar a montarla.

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Hace media hora que intentamos montar la maldita mesa, pero parece ser que hoy no es buen día para montar muebles.