All the good girls go to hell

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Revisó su celular, le habían mandado la ubicación como mil veces ya. Estaba por mandarlo a la mierda, hasta que al fin le mandó un mensaje escrito, explicando el apuro en la ubicación.

E

Que hoy un pinche superior vendrá a ver como lo haces, Gustabo, corre.

G

Joder estúpido, di eso antes de mandar tantas veces la ubicación.

E

Es que no lo iba a escribir delante de él, pendejo.

El rubio tomo su chaqueta rosa, su favorita por mucho, tenía que ir incluso mas temprano de lo normal a reunirse con él. Aunque igual y no tenía nada más que hacer hoy aparte que matar el tiempo por ahí con los chicos de garaje central. Definitivamente le apetecía mas ir a cometer un par de crímenes con su actual proveedor de droga y pase a la mafia, Emilio.

- Con que superior, ¿eh? joder, y justo Conway no está para echárselo en cara... -puso los ojos en blanco, frustrado- Bueno... eso igual me ayuda de cierta manera -sonrió de manera retorcida- Sin él va a ser mas fácil marear a cualquier hijo de puta que se atreva a intentar detenerme -finalmente rió, tomando ya el pestillo de la puerta, echándole llave por fuera, Horacio se había ido incluso mas temprano que él por el horario policial-



Sin miedo a la luz cegadora que el sol lanzaba ese día, caminaba por el garaje del condominio, subiendo al Audi que le había comprado su pareja por su primer mes. Definitivamente amó la cara que este puso cuando le mostró que le puso las luces verdes chillones y lo pintó de ese amarillo neon que dañaba la vista a cualquiera.

Mi auto debe ser tan cegador y brillante como yo, pensó.



Acelerando apenas notó la luz verde en el semáforo de la avenida, no había quien no se detuviera a admirar aquel auto llamativo. Gustabo, triunfante sonreía para su adentros cuando alguien se quedaba aún mas tonto al ver su conductor. Él estaba muy consciente de lo Adonis que era, sus mechones rubios claros y sus ojos azules penetrantes eran considerados por él como un bonus a su pico de oro, lo que no conseguía a palabras, lo conseguía de cualquier otra manera, cual sea.

Llegando al lugar le sacó un dedo medio al cielo, odiaba el calor y al sol. Los odiaba como la mierda porque lo hacían sudar a mares y las ropas se le pegaban de más. Igual no pasó mucho tiempo hasta llegar al invernadero, divisando a Diablo en el fondo de este, con una SMG en mano, como si normalmente la llevara cuando se encontraba.

Mentira.

Lo único que el mexicano llevaba a sus encuentros últimamente eran un par de condones y la mercancía correspondiente.

-Nadando, él es el chico de quien te hablo.Gustabo ha estado vendiendo toda la droga que me has dado para repartir y nunca falta un dólar en las fechas de pago.

La persona en pasamontañas y un sombrero solo asintió al verlo, lo sentía conocido por alguna extraña razón.

Quizás lo vi en el taller alguna vez, pensó. Igual con ese auto no debería de haberlo olvidado tan fácilmente. Mucho menos con las apariencias que este tal Gustabo mantenía...

-Podría decir que es un gusto conocerte, pero aún no he pasado suficiente tiempo contigo para decir eso -menciono el ojiazul con tono sugerente, definitivamente había algo en ese personaje que le decía a gritos que se le lanzara de una hacia su cuerpo bien trabajado-

-Puede que pronto lo consigas -dijo Nadando escaneándolo mejor con la mirada, como si tratara de hacer un informe sobre él a través de solo el físico y su ropa- El tema es... ya que tienes tantas ganas de entrar, ¿no le has hablado a alguien más acerca de nosotros para que se una? Quizá así lo hacen mejor, entre dos... -soltó finalmente, en espera de una respuesta-

-¿Porqué lo haría? Tengo amigos, pero no podría invitar a nadie sin su permiso, señor -respondió con fingida inocencia, sonriendo victorioso al notar el nerviosismo en el más alto-

Nadando tragó saliva, la voz del rubio lo había puesto de una, definitivamente notó la lujuria que le mandaba a través de sus ojos cada que cruzaban miradas... entonces entendió que así era como conseguía vender toda la merca.

No iba a desperdiciar mas tiempo teniéndolo como un peón nada más. Con ese vocabulario que cargaba y su poder de convencimiento, iba a ser una gran adición a The Union, mucho más cuando quiera conseguir precios especiales por las armas que necesitaban.

Lo quería a su merced, pero ya. Lo iba a meter en la organización esa misma tarde. No solo por que era bueno en lo que hacía, sino también porque lo quería tener mas cerca suyo. Definitivamente ese aura del más bajo era algo que podría atrapar a cualquiera.

- Diablo, hagan un badulaque free style -se volteó al mexicano, asesinándolo con la mirada, como advirtiéndole que lo descuartizaría si le pasa algo al otro- Y si salen vivos, lo traes a la sede esta misma tarde para presentarlo a los demás, ¿entendido?

Emilio sintió miedo, desviando los ojos, pidiéndole ayuda a Gustabo desesperado. Notó bien la marcada preferencia por este incluso si él había pasado mas tiempo con ellos. No le sorprendió, la verdad, era algo que se notaba desde la primera vez que lo vio. Su cabeza se lo había advertido ya antes de meterse bajo las mismas sábanas con él... aún así no pudo resistirse.

Gustabo solo miraba con diversión la escena, ¿cómo no iba a causarle gracia ver a alguien quien antes lo miraba con algo de superioridad ahora lo buscara como única salida. ¿porqué debería salvarlo? Sólo era un escalón más que ya terminó de usar.

-Pero... si ya he pasado tantas pruebas - gimió con un dejo de berrinche- Ya estoy aburrido de tantas pruebas, que si roba, que si planta, que si vende. Si voy a robar algo otra vez, al menos ponga a alguien más en el equipo, no crea que no aprecio mi vida... al menos quiero tener a ese extra como garantía -finalizó con un puchero y ojos caídos-

Al final ayudó a Emilio, si alguna vez empezaban a sospechar de su infiltración, le convendría tener a Diablo de su lado. Aparte quería tantear hasta donde podía llegar con ese mafioso.

Todos ganaban así, Emilio estaba a salvo, Nadando lo tendría en la organización... ¿y que ganaba Gustabo? tensar los hilos de ambos, ganando una limitación mas clara de lo que podía conseguir.

- Bien -escupió en palabras a regañadientes- recoges a Culebra en el teatro, te lo dejaré ahí con un par de armas -se dirigió a Emilio con esto, para luego voltear al pequeño, mirándolo desafiante- El tema es... que les daré eso a cambio de que no sea un badulaque, sino un banco central-





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Ohtia, más de 100 votos, me muero:c

Estaba pensando en hacer un especial por eso mismo.

Tipo, dos capítulos mañana por uno ahr.

Uno del atraco y en otro de su presentación en la sede.

¿Hago ambos o solo salto lo del atraco y publico uno de la presentación?

-Scarlett💕-






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