Reflections

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Conway estaba preocupado por la tardanza de su pareja, supuestamente hoy debía reunirse con la mafia para hacer unos trabajos. No había nada de malo en eso, el tintado había estado trabajando para él de encubierto, su misión era infiltrarse en The Union y escalar hasta un punto en donde les sea fácil desmantelarla o consiguiera la información necesaria para hacerlo. Y llevaba un tiempo en esto, y después de cad avance se reunían en un lugar apartado para pasar la información, a veces terminaban yendo a cenar y otras en la casa del mayor -la más segura- para dormir... o bueno, quitarse el estrés de todo el trabajo.

Pero hoy no le había contestado ni un mensaje desde la mañana, el último fue de él avisándole que quizás hoy conocería a alguien importante en la organización, de ahí, cero mensajes. Le había mandado un par, dejándole saber su preocupación, pero tampoco tantos, no quería hacer sentir a su kitten hostigado. 

Al final tanto tiempo sin comunicación con él lo estaba empezando a afectar, sus comisarios lo habían notado, pensaron que era por la carga de tanto trabajo así que lo empujaron fuera de comisaría para que se tomara la noche libre, al fin y al cabo, ese viejo siempre trabajaba de más, toda esa mañana y tarde se la había pasado en la comisaria del norte arreglando los papeles de los últimos malhechores que se habían comido la perpetua y al mismo tiempo organizando la malla cada que podía.

Después de una hora en su casa, aún esperando la respuesta del rubio, frustrado tomó sus llaves y se dirigió a un coche K. Si los de la mafia habían atrapado a Gustabo y estaban vigilando su casa, no podía arriesgarse a que vean al superintendente llegando a su condominio y pasearse como Pedro en su casa por el lugar. No soportaría si algo le pasara a ese pequeño por su culpa, era un peso que temía cargar. Le había costado volver a abrir su corazón a alguien y sabía que si lo hacía, podría llegar a tumbar la ciudad entera para encontrar al maldito, matarlo y luego matarse él también.

Entre tantos pensamientos y teorías acerca de qué había podido pasar, llegó al lugar destinado, sacando un cigarro de la caja que siempre llevaba en su guantera esperando ver a través de su vidrios tintados la llegada del rubio.

Notó un carro rojo parándose de manera abrupta en la entrada, se sentó recto en el asiento cuando notó como un pequeño y delgado cuerpo blanquecino salía de este. ¿Acaso era ese su Gustabo? ¿estaba viendo bien? ¿Quien era ese pelirojo que iba de conductor? ¿De dónde venían?, pero más importante, ¿qué hacía con ese pelirojo a tan altas horas de la noche? 

-Gracias por traerme a casa Yun precioso-

Sus ojos se abrieron de sorpresa al escuchar la voz de su niño decir estas palabras... ¿había escuchado que le decía "precioso" al hombre que iba de conductor? ¿Yun? ¿Quién era ese y porqué su pareja había estado con él en vez de responder sus mensajes?... Había pensado en todas las explicaciones posibles. Pero esta era algo que ni se quería imaginar ni la creía posible, se sentía tan molesto como confundido, su mente estaba llena de preguntas y quería sus respuestas correspondientes lo más antes posible, pero debía esperar, no quería cagarla en ese momento, necesitaba calmarse. Respiró profundo y se desabrochó el cinturón, quizá era un amigo nuevo de su novio y por eso aún no sabía quien era, quizá había pasado algo con el celular del ojiazul y por eso no le había contestado, el siempre le decía bebé a Horacio y a sus amigos, quizá el precios fue otro de sus motes juguetones, quizás-

-¡Ni una palabla de esto malicona! -escuchó al conductor gritar por la ventanilla antes de verlo marcharse en el sentido por el cuál llegó-

Y su furia volvió a incrementar, golpeó el volante del auto haciendo que sonara el claxon fuerte, viendo como su pareja saltó del susto.Ni una palabra, ¿de qué?,apagó el cigarrillo con su guantera sin dejar de mirar al menor, quien solo atinó a seguir caminando a su apartamento.

Guys My AgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora