Power over me

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Volkov informaba del último código tres al cuál habían asistido de una forma puntual. Mencionó que el alumno Horacio cada vez lo hacía mejor y ya entendía porqué lo había querdo dentro del cuerpo incluso si sus formas de vestir y ser eran extrañas.

Conway solo miraba un punto fijo de su oficina, pensando en nada y todo al mismo tiempo. Quería que la persona delante suyo no sea Volkov o cualquier otro comisario, quería que fuera Gustabo, quería que viniera a su oficina de nuevo, para informarle de la investigación, para joderlo con su edad, para tentarlo porque sabía que la oficina era era un lugar prohibido para ambos.

- Superintendente, ¿está usted escuchándome?

-...

- ¡Conway! 

El mencionado volteó a ver la única persona que podía considerar como su amigo en todo ese lugar. Se repitió mil veces que lo mejor era quedarse callado. Volkov sabía que salía con alguien, pero ni sospechaba que fuera Gustabo.

- Perdón, Volkov. ¿Puedes repetir?

- Conway, está con esa cara hace horas, ¿podría decirme que es lo que le pasa?

Jack no podía contarle al ruso como sabiendo lo peligroso que era estar con alguien como Gustabo, se metió con él. Para peor, confió plenamente en él.


Horas antes...


Se metió a la bañera, el agua siempre lograba calmarlo cuando se sentía ahogado de la realidad, irónicamente.

Su teléfono sonaba a un lado de él, aún así no quería mirarlo. Sabía que cualquier cosa que le dijera el rubio lo iba a poner peor, sea bueno o malo lo que le tenga que decir. Su corazón no podía aguantar más. El rubio tenía demasiado poder sobre él, y no se había percatado de lo mucho que podía dañarlo con simplemente mentirle sobre una tontería como era salir con alguien de noche. Aunque, dentro de él algo le decía que no solo habían intercambiado palabras. Su mente no se quedaba en silencio haciéndolo notar que esta no era la primera vez que el pequeño le daba leves señales de que él no era el único que ocupaba su tiempo. Le dolía haber estado tan ciego antes como para no haber juntado todos estos puntos.

Cuando le preguntaba sus horarios de trabajo, pensó que era porque loquería esperar en la casa con una sorpresa... una sorpresa que nunca llegó.

Cuando el pequeño lo llamaba de manera inesperada preguntándole lo que hacía y donde estaba, pensó que era porque estaba preocupado... cuando realmente sólo estaba preocupado por si podría descubrir lo que hacía.

De un tirón se paró de la bañera, no iba a dejar que su mente lo siguiera torturando. Tenía miedo del lado tan dependiente de Gustabo que recién se hacía notar con mejor claridad en él.

G:

/Ubicación/

Acá esta tu puto Audi, viejo .I.

Y sin darse cuenta, estaba en la ubicación, con el corazón hecho trizas. ¿Le estaba devolviendo el Audi? El primer regalo que le dio como pareja, ese auto amarillo chillón estaba frente a él, con las ventanas rotas. Pero a pesar de estar destrozado, su mirada buscaba por el rubio, como si estuviera ahí, escondido en algún lado. Lamentablemente, sabía que por más que lo pidiera a todos los dioses existentes y ficticios, Gustabo no iba a volver con él.

Pero joder, como deseaba que estuviera ahí, y gritara su nombre. Porque Jack Conway correría hacia él sin pensárselo dos veces. Porque él estaba dispuesto a aceptar tragarse un "te amo" falso con tal de volver a tenerlo en sus brazos, jugando a que no había nadie mas que el pelinegro en la vida del aquel con orbes azules.

Unas hélices rompieron su ensoñación, escuchaba como cerca de ahí sobrevolaba un helicóptero. Poco le podía importar quienes eran, estaba fuera de servicio y no tenía la obligación de investigar cada cosa sospechosa. Aún así, una fuerza invisible lo obligó a voltear los ojos hacia los cielos.

Y ahí estaba Gustabo, con la misma ropa que usaba hace unas horas en la pelea con él, riendo al lado de un hombre de porte maduro, elegante y firme.


"I actually loved you, Daddy"


Esas palabras estaban impregnadas con labial rosa en el maletero de su ex pareja. Y como si no hubiera sido suficiente con todo lo anterior. El coche volvió a recibir golpes de parte del mayor.

- ¡Te daba todo lo que pedías! ¡todo lo que querías! ¿Porqué? Si tú eras suficiente para mi... ¿porqué no lo pude ser yo para ti?

Sus puños se iban sin control hacia las ventanas, que ya estaban quebradas previamente, seguro por culpa del contrario, cosa que lo hacía enfurecer más.

- Me usaste... -los golpes se habían detenido- Tú sabias como llegar a mí. Me diste lo que negaba tanto necesitar... -los sollozos se volvían a escuchar en el ambiente-  ¡Sólo buscabas confundirme! ¡Hacer que me moviera a tu ritmo! ¡Buscabas hacerme tu marioneta! -sus manos tomaron el cabello ahora despeinado de su cabeza, jalándolos con furia, para luego soltar un grito grave y profundo, prácticamente gutural- ¡Sal de mi puta mente!, maldita sea, ¡Gustabo!


...


- Sólo son cosas del CNI -atinó a contestar- Por cierto, quiero que tú también estés dentro. Tu trabajo en el CNP... se quedará como fachada. 

Gustabo lo había seducido de manera descarada con su belleza, con sus palabras y su... y su acaramelada personalidad, aquella que tanto le gustaba disfrutar en el aftercare... Aquella que ahora la veía como falsa, y la propia como tonta, por darle tanto a alguien... que no hacía lo mismo por él.

No iba a ser ahora, no iba a ser mañana, pero se prometió demostrarle al rubio que el Gustabo que alguna vez necesitó en su vida, el Gustabo que lo hacía sentirse mejor después de un día pesado de trabajo, el Gustabo que lo hacía ver el mundo rosa. Era un Gustabo que Jack Conway estaba listo para dejar atrás.








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Perdón, casi tres capítulos tristes de corrido.

Ya mañana se viene el final por parte de Gustabo.

Estoy triste escribiendo esto, el intenabo es mi ship preferido de GTA. Pero Gustabo no es de seguir las leyes, y lo que realmente necesita es alguien que las rompa con él.


-Scarlett💔-


Guys My AgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora