+18 leve, OJO
Ya saben florecita indica el final y el inicio
Gustabo salió corriendo hacia la puerta, trayendo consigo su chaqueta rosa, que se la había quitado por el calor en el cuarto, entre risas y alcohol su temperatura corporal había llegado a sentirse como el infierno, eso sin contar los roces descarados que había tenido con Xiaomi.
Había llegado al portón, viendo un Vapid rojo como el cabello del chico con Xiaomi sin la máscara apoyado a un lado de él, paseando su mirada por el cielo, en espera del pequeño.
- Hey, Xiaomi, ¿esperaste mucho? -dijo con el oxígeno casi agotado, había corrido por miedo a que llegara aún mas tarde de lo que ya era, no quería aguantar regaños por parte de su daddy y de Horacio-
-Clalo que no malicona, ahola sube -le abrió la puerta al rubio de manera educada, señalando el asiento de copiloto- Que te veo algo apulado.
- Uy, ¡vaya caballero! -sonrió de lado, coqueto. Se sentó en el asiento señalado, delicadamente, asegurándose de tener la mirada del contrario en él- Bueno, ¿te indico mi casa, Xiaomi?
- Puede decilme Yun, Gustabin -respondió con confianza, terminando de acomodarse en el asiento de conductor, poniéndose el cinturón miró al contrario, para señalarle el gps con la mano- Pon ahí tu dilección.
- Está bien Yun -Gustabo cogió su movil nuevamente, para revisar los mensajes que le llegaban, todos eran de Horacio y Conway, pero tenía uno de emisor desconocido.
???
Este es mi número. Guárdalo.
Soy Nadando.
Sonrió para él mismo, había conseguido el número de ese apuesto mayor, quizá no estaba seguro de como lo había conseguido, pero mierda, no le importaba, esperaba pronto tener un encuentro con él. Tenían una conexión especial, lo había notado desde el primer encuentro, sabía que el de sombrero entendía lo que él buscaba, sabía que el de pasamontañas lo había desnudado con la mirada, tonto el cuerpo como el alma. Sin haber tenido una conversación real, sus mentes habían sincronizado de manera increíble, se comprendían muy bien.
Empezó a pasear la mirada por todo el auto del pelirojo, buscando indicios de su verdadera identidad, ya sabía su nombre, necesitaba su apellido y el de algún otro par más para que Conway pudiera empezar a desmantelarla. Miraba el exterior de vez en cuando para que no sea muy obvio.
Xiaomi había mirado de reojo el celular de Gustabo, notando el mensaje de Armando. Se lo quiere quedar él solito, pensó, puede que lo haya visto primero, pero ahora va a ser mío. Ya había estado tanteando el terreno en la sede y este no parecía sentirse disgustado por los roces, si bien sus coqueteos eran interrumpidos por los celos de Zebralin, pero ahora no había nada que los retuviera. Así que sin miedo empezó a buscar con su mano libre los muslos del pequeño, acariciándolos suavemente apenas los sintió. Joder, con esa licra encima se podía sentir mejor el cuerpo del contrario, movió su mano hacia el interior del muslo del pequeño, como quien no quisiera.
-🌸-
Gustabo, que se había sorprendido por el tacto repentino, se sintió victorioso cuando volvió a la realidad, notando como el asiático empezaba a manejar hacia un callejón. Para no quedarse atrás, levantó su mirada hacia el pelirojo, y sacó la mano de su muslo para sentarse de rodillas, acercándose al asiático, susurrando en su oído con un falso tono de inocencia.