Staring

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El rubio colgó la llamada y sonrió de lado.

Lo tengo en mis manos, pensó.

Caminaba el rubio por entre las calles que tenía grabadas en su memoria, recordando como fue que lo vio por primera vez al pelinegro ahí, recostado en un callejón, con un cigarro entre las manos, botando humo por la boca.

-Jack, Jack, Jack- movió su cabeza de lado a lado por cada repetición, concentrado en su ensoñación, riendo suave después de esto.

Y es que, ¿como podía existir alguien tan encantador y tan distante al mismo tiempo?

Casi y sintió su cuerpo caerse cuando este le dio una mirada fugaz aquel día, volteando su cabeza cuando noto el efecto en el menor, chistando.

-¿Que miras, muñeca?- soltó Conway con voz grave, sus ojos eran hipnotizantes-

Siendo eso suficiente para desearlo en su cama esa noche.

Y es que después de todo debía agradecer a Segismundo. Si no hubiera sido por la milésima vez que peleaban, no hubiera salido corriendo por aquellos callejones para que dejara de seguirlo, pidiéndole perdón. Y así hubiera conocido a su daddy.

-¿Estas bien muñeca?

Y sintió la voz del mayor sacándolo de su mente, sin darse cuenta que, entre recuerdos y pensamientos, había llegado al lugar en donde el mayor ya estaba con su Audi rosa aparcado cerca del garaje de su edificio.

-Si, amor, solo estaba pensando en lo afortunado que soy por haberte encontrado esa noche.

Bueno, no estaba mintiendo.

-Oh, vamos muñeca, pero si eso debería decir yo- tomo la cintura del pequeño, abrazándolo gentilmente- tus ojitos de cordero perdido por esos lugares, me hicieron querer protegerte a toda costa- le dio un beso en la frente, haciendo que Gustabo se sonrojara-

Si bien no lo amaba, debía admitir que era demasiado cursi cuando no estaban...pues bueno, teniendo sexo. Y era algo que no le desagradaba del todo.

Alzo la mirada hacia el mayor, con los ojos brillosos, como diciéndole gracias. Entonces este se acerco al menor tomando su mejilla con una mano, sin dejar de acariciar la cintura del otro suavemente con la otra.

-Vamos al auto muñeca, ¿ya cenaste? quiero llevarte a un lugar especial.

-La verdad es que aún no... perdón.

-Tranquilo mi pequeño -le sonrió con dulzura- te lo dejo pasar esta vez porque estoy acá, pero trata de comer a tus horas, ¿si? -lo soltó gentilmente y tomo su mano para llevarlo al auto- mi bebé debe estar fuerte y sano.

Rió suave el menor por la palabras, se sentía en una zona de total confort al lado del mayor. No había decido mal al final, Jack Conway era todo lo que quería. Por ahora...

-Así que lugar especial, eh, abuelo- dijo subiéndose al asiento de copiloto, con algo de burla-

-No te emociones de más, solo lo vi y pensé que te gustaría- miro al lado para evitar la mirada inquisitiva del rubio-

-Si usted lo dice así, daddy, pues así sera... - suspirando, abrochó su cinturón y miro al frente, en espera del arranque del auto-

Llegando al restaurante, el menor esperó a que Jack le abriera el auto, algo impaciente al darse cuenta de que era el restaurante.

-Pero bueno muñeca, te veo ansiosa por salir de ahí- se acerco a la ventana del copiloto, agachándose para ver mejor al rubio- ¿y si no te dejo salir?- mostró las llaves del auto, amenazando con encerrarlo-

-Oh, vamos Conway, no me has traído acá para nada, ¡abre la puerta! - gritó en casi un berrinche, hasta que cruzo miradas con el pelinegro- e-eh...

El pelinegro aguanto una risilla al ver el miedo reflejado en los ojos de su princess, pero si este quería salir del auto, debía aprender a ser obediente.

-No no, así no mi bebe, daddy quiere que lo digas como se debe- y miro con inquisición a las orbes azules cielo de la persona en el auto- Vamos, nena, no tenemos todo el día.

-Daddy... ¿podría, por favor, dejarme salir del auto? Prometo ser bueno dentro del restaurante y hacer todo lo que usted me ordene.

Y usó su mejor arma, los ojos de perrito suplicantes, mirando al pelinegro, juntando su manitas en una forma de suplica.

-Tú me traes loco, Gustabin, ¿lo sabías?- abrió la puerta del auto y ayudo al contrario para que saliera delicadamente del auto- Vamos, muñeca- y le tiró una suave nalgada al tenerlo frente suya- Para que aprendas a respetar a tu papi-

-Pero si fui un angelito- miro al mayor con un puchero-

Entonces este solo pudo dar un suave amago de sonrisa, tomando al contrario de la cintura, encaminándolo con delicadeza hacia la puerta del Mac Donald's

-Esa esa esa ¡esa de ahí! - grito bajo señalando una mesa con vistas al exterior, justo al lado de donde estaban los globos colgados- por favor...-

-Vamos a esa entonces, cariño

Se sentaron ambos en la mesa, en espera del mesero, mirándose el uno a otro por ratos, como si hubiera una pregunta flotando en el aire que no se atrevía a salir.

-Vamos, princesa, pregúntame lo que esta en esa mente tuya hace un buen rato- dijo el mayor finalmente-

-¿Porque me trajiste aquí?

-Pero, como no voy a saber que a mi pequeño le gustan las big mac's, si es lo único de lo que publicas foto en tu insta- riendo el pelinegro, tomo su mano del contrario, acariciándola- Estoy muy pendiente de ti Gustabin-

El rubio oculto su rostro, avergonzado por haber sido descubierto.

-Y como justo vi que abrieron esta sede cerca a tu edificio, quise traerte acá. Espero nadie se me haya adelantado...- miró con algo de inseguridad al ojiceleste-

Que tierno.

-Pues claro que no, abuelo, ¿quién más lo haría?

En eso el mesero llegó para tomar la orden de ambos, pidiendo respectivamente, una big mac y una hamburguesa de carne. Llegando el pedido en casi segundos, como si alguien los hubiera estado escuchando hablar de la cocina.

Pasando el tiempo de manera rápida mientras comían, entre miradas cómplices y preguntas banales sobre el trabajo de cada uno, ya habían terminado de comer justo antes de llegar las diez.

-Bueno, nena, iré a pagar nuestra orden, ¿te quieres ir adelantando al auto?

-La verdad si, ando un poco cansado ya, te espero ahí, daddy- y le dio un beso fugaz al mayor, tomando las llaves del auto de su bolsillo-

-Solo no vayas a hacer travesuras hasta que llegue, eh, mi princess- lo miro con algo deseo mientras el contrario volteo su cabeza hacía el mayor, ya estaba llegando a la salida del local-

-Ya veremos-susurro suave, guiñándole un ojo al mayor, tenia muy claro a lo que se refería con eso, así que solo se apresuro al auto, espera de él-

Al entrar al asiento del copiloto del auto, pudo sentir una mirada penetrante hacia él desde el local, pensando que era Jack, rió para sus adentros ignorándola.

-La verdad no esta nada mal el pinche rubiecito, eh, Manolo.

-Ya deja de mirarlo y ayúdame a sacar estas bolsas de basura, joder-

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Hoy tenía planeado algo de +18 leve pero me puse super soft al ver que mas personas votaron en mi historia, perdón 😔.

Pdt: Uis... que se viene la competencia fuerte 😳

-Scarlett 💕- 

Guys My AgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora