•Vacío Sombrío•

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Dada la confusión en la que estaba le provocaba una vehemente indignación.¿Cómo no es capaz de hayar una verdadera respuesta que despejara su mente?¿Cuál era el motivo de los alaridos dolorosos a la misma hora de la mañana? o ¿Por qué nadie le hablaba?,¿Bebé tenía un occiso cuya muerte fue su culpa?.

Su cabeza seguramente estallaría, pero luego de ver la hora, y notar que debía salir, tomó su abrigo y salió en busca del salón donde veía clases, nuevamente todos se ocultaron en sus distinguidas habitaciones, escondiéndose de él.

Un ataque de ira le provocó eso, la tensión en cada músculo era notable, se acercó a una de las puertas para descargar su furia contra esta. Golpe tras golpe, buscando abrirla, estrelló su debilucho cuerpo, quien no tardó en mostrar hematomas por las agresiones, pero valió, fue un éxito total, la puerta estaba abierta.

Al entrar, ignorando el dolor que comenzó a sentir observó que el lugar estaba vacío. No había ni rastro de un alma, menos un niño.

Aún más enfadado corrió a la siguiente habitación, y sólo bastó con tres patadas contra la madera para que esta cediera.

Vacío.

Y así continuó, hasta que ya su cuerpo imploraba paz, estaba agotado, en su piel pálida recorrían grandes gotas de sudor, sus pies palpitaban, sus manos ardían, pero daba lo mismo, había sacado ya conclusiones de lo que acababa de suceder: Le habían mentido.

Soledad Sombría. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora