Tres

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Día a día y durante dos meses, Saint y Anne acompañados de Jimmy volvieron a la casa de Zee para visitar al caballito que finalmente volvió a ser el mismo.

Este a pesar de estar feliz de que estos no se fuesen de nuevo a la cuidad, contemplaba al omega y al primo de su difunto esposo muerto de celos pues veía como el abogado caminaba orgulloso junto al castaño.

En muchas ocasiones tuvo que contener las ganas de golpearle, ya que estos se sonreían, se a acariciaban e incluso se agarraban de la mano y de la cintura.

Este estaba realmente perdido y pensaba que al menos durante años al estar lejos y creyó que Saint estaba feliz con su alfa en Manchester, le fue más fácil sobrellevar la soledad pero ahora que lo tenía cerca de nuevo, el amor y la pasión que sentía por él lo consumían por dentro.

Zee sabía que no podía reclamarle nada al omega pero hasta que todo ese tiempo pasó y el abogado no regresó a la ciudad, el angustiado alfa no pudo respirar tranquilo.

...-Bueno cuídate Saint, despídeme de mi sobrina cuando despierte, nos vemos.

-Adiós, Jimmy, tú también cuídate mucho y gracias por todo.

Tras la marcha de este, el omega se tomó muy en serio el revivir la pequeña granja de su madre, así que compró semillas, abonos y todo lo necesario para sembrar

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Tras la marcha de este, el omega se tomó muy en serio el revivir la pequeña granja de su madre, así que compró semillas, abonos y todo lo necesario para sembrar.

También se compró algunos animales como, un cerdo, unas gallinas, una ternera y unas cuantos patos y pavos.

Estaba feliz y muy animado, la pequeña Anne estaba muy adaptada ya su nueva vida campestre y mientras por la mañana su padre la llevaba hasta el cruce donde la recogía un autobús que luego la llevaba al colegio para después regresarla, por las tardes, la pequeña solía jugar con los animales tras hacer los deberes que le ponía su profesora.

Otro que estaba muy bien y realmente encantado era Coco, él cual visiblemente más grande por lo mucho que comía y también debido a que era de una raza grande, se pasaba el tiempo jugando con su rabo y tumbado junto a la casita de madera, que el omega le había construido.

Otro que estaba muy bien y realmente encantado era Coco, él cual visiblemente más grande por lo mucho que comía y también debido a que era de una raza grande, se pasaba el tiempo jugando con su rabo y tumbado junto a la casita de madera, que el om...

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Día a día el castaño fue estando cada vez más ocupado con el huerto y los animales y ya apenas tenía tiempo para dar esos paseos por los prados, donde su pequeña recogía flores y tras llegar a la granja de Zee, esta visitaba a su amigo Rayo.

Tras varias semanas así, una tarde en la que este estaba realmente desbordado pues quería terminar antes de que llegasen las lluvias, Anne nuevamente le rogó insistentemente entre lloros y gritos por poder ir a ver al caballito.

-¿Papi hoy podremos ir con Zee?.

-Lo siento hija pero hoy tampoco podremos, tengo mucho trabajo aún por hacer aquí.

- Pero papá, yo quiero ir a ver Rayo hoy...llevo muchos días sin verle...Dijiste que en mi cumpleaños iríamos y ya fue ayer y no hemos ido.

-Ya te dije que hoy no podemos ir...Cariño, estoy muy ocupado con la granja, debes tener paciencia- le repetió su padre una vez más.

Anne estaba cansada ya de las constantes negativas de su padre.

-¡Llevas días diciéndome eso papi y ya no quiero esperar más!, ¡yo voy a ir!, ¡vámonos Coco!-gritó la niña con lágrimas en los ojos y echando a andar seguida del cachorro.

-Oye, no puedes irte tú sola, ¿me estás escuchando jovencita?

Saint que estaba en el huerto plantando hortalizas, levantó la vista con el ceño fruncido y entonces miró que su hija ya no estaba a su lado, sino que ya caminaba muy decidida por el camino.

-¡Oye hija, vuelve!

-¡Ya tengo seis años y me sé el camino muy bien!, ¡puedo irme!

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-¡Ya tengo seis años y me sé el camino muy bien!, ¡puedo irme!.-gritó también la pequeña muy decidida.

-¡Oye!, ¡no permitiré que te vayas!, ¡vuelve aquí!.-gritó el omega soltando la azada que tenía en la mano.

-¡Eres un fastidio papi!, ¡solo piensas en trabajar, ojalá papá estuviera aquí!-chilló de nuevo con sus brazos cruzados y deteniéndose en medio del camino-.... ¡Él si que me entendía y querría ir conmigo para hablar con la gente y ver otras cosas!.

-Pero ¿tú te estás oyendo?- dijo este caminando deprisa y llegando junto a ella-...tienes casi seis años ¿Y qué?, eso apenas son nada mi amor....Necesitas que te protejan y velen por ti, además yo soy tu padre y debes obedecerme.

La pequeña entonces bufó molesta.

-Quiero ver a Rayo porque no quiero que se ponga malito de nuevo papi, ¿acaso no lo entiendes?.

El omega entonces resopló resignado.

-Está bien, iremos pero que sepas que eres una caprichosa y estoy enfadado...solo iremos un rato y regresaremos enseguida, ¿de acuerdo?, Nosotros también tenemos animales que atender.

-Sí, de acuerdo papi, vendremos enseguida- dijo feliz la niña después de salirse con la suya.

Saint cada vez estaba más convencido de que su hija sería una alfa y muy fuerte y dominante pues si por el contrario resultaba ser omega, está sería igualmente muy fuerte.

Cualquiera de las dos situaciones le preocupaban mucho pues tanto si era una alfa, su crianza cada día se complicaría más con tan solo un padre omega y si por el contrario resultaba ser una omega y una con esas cualidades, le iba a resultar muy duro encontrar un alfa y él no quería por nada del mundo que Anne se quedase sola e infeliz.

14. Esperando a mi omega -Parte Tres -Zaintsee -Omegaverse  TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora