Capítulo Trece

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Con un poco de dificultad por su pie lastimado el hombre cargaba por el bosque el cuerpo inconsciente de Lisa, sus zapatos y pantalón estaban sucios por la tierra mojada que pisaba.

Abrió la puerta que daba a una especie de pozo, pero mucho más grande, abrir aquella puerta se le hizo demasiado difícil al hombre, pero lo logró.

Tiro el cuerpo inconsciente al agua, aquel impacto causó que la chica al inicio se hundiera pero unos segundos después volviera a la cima pues el agua la había despertado, la vista de Lisa era demasiado borrosa, estaba confundida y trataba de mantenerse flotando.

El hombre que la había tirado al agua parecía asustado, como si hubiera visto un fantasma, de su bolsillo saco un par de flores pequeñas y  las tiró hacía el agua, Lisa apartó su rostro para que las flores no cayeran en sus ojos.

Aquel hombre salió de aquella especie de pozo cerrando la puerta, aquella mirada asustadiza no desapareció en ningún momento, al cerrar aquella puerta dejó a la chica a oscuras.

Lisa miró hacia los lados buscando escaleras, sin embargo no había ninguna, el miedo invadió todo su cuerpo.

— Ayuda... — Su voz era débil pero el eco del lugar hacía que se escuchara más fuerte— Ayudame Jennie — La voz de lisa empezaba a quebrarse, el miedo causó que empezara a hundirse nuevamente— ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!

 — Su voz era débil pero el eco del lugar hacía que se escuchara más fuerte— Ayudame Jennie — La voz de lisa empezaba a quebrarse, el miedo causó que empezara a hundirse nuevamente— ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!

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La mirada perdida de Jennie hacía adelante, sin poder escuchar los gritos de auxilio de Lisa, estaba bajo la maldición que solo afecta a las chicas.

Era como un zombie que caminaba hacía un lugar desconocido, sin tener consciencia en ella, la puerta blanca estaba a unos pocos metros de ella.

— ¡Señorita Kim! — La voz agitada de una hermana religiosa se acercaba a Jennie— ¡¿Dónde estaba?! Esta mañana no estaba en su habitación— La voz de preocupación era notable.

La mujer tomó de los hombros a jennie, sin embargo esta seguía caminando hacia la puerta, sentía que era llamada hacia aquel lugar.

— ¡Señorita Kim! — La mujer notó que aquella no era la joven, era como si estuviera embrujada.

Jennie siguió caminando hacia el lugar al que era llamado, hasta que un golpe en la nuca la había dejó tirada en el suelo.

Las lágrimas de aquella mujer corrían por sus mejillas y su respiración agitada se notaban demasiado mientras sostenía una roca en su mano.

Jennie como podía seguía tratando de llegar al lugar sin embargo la religiosa no estaba dispuesta a dejarla entrar en aquel lugar.

— No puedo dejar que entres ahí — Se acerco a Jennie y un golpe más la dejo inconsciente.

No tenía tanta fuerza así que arrastrando el cuerpo inconsciente, lo llevo hasta el río cercano a aquel lugar, llevándola hasta una orilla trataba de ahogarla, no podía dejarla vivir pues trataría de entrar de nuevo; sin embargo había alguien atrás quien tenía la mirada fija en la religiosa.

Crossroads || ʲᵉⁿˡⁱˢᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora