lover of mine // ashton irwin

veintiocho.

1 año y 9 meses después.

Maia.

Terminamos de cantarle el cumpleaños feliz a Brandon. No sabía soplar aún, entonces con su padre ayudamos a apagar la vela.
Los invitados aplaudieron y se acercaron a saludar al pequeño.
La fiesta era al aire libre para poder disfrutar el hermoso día soleado.
Mi familia de Argentina había viajado hacia aquí para conocer al pequeño Irwin, estaban super contentos.

Brandon jugaba con los hermanos de Ashton y mientras lo hacía yo lo contemplaba mientras comía la porción del pastel que habíamos cortado.

-Está tan grande y hermoso. -comenta Camila. Yo asentí y miré para otro lado- Oye Maia, sé que estuve mal y que no tocamos el tema aún por respeto a tu embarazo, no quería generar disturbios u otro disgusto. Pero, ¿no crees que es hora de hablar?.

-Mira Camila, esto lo hablamos muy por encima y perdón, pero me dolió mucho que me hayas ocultado algo tan importante. Las cosas podrían haber sido de otra manera.

La relación con mi mejor amiga era diferente. Si bien durante el embarazo no tocamos el tema, luego de que el pequeño nació, le comenté que sabía sobre las cartas de Ashton que me había ocultado. Desde ese entonces, todo giró y dio pie a una relación áspera.

-Voy a disfrutar el cumpleaños de mi hijo, con permiso. -caminé hacia el pequeño para tomarlo entre mis brazos y llenarlo de besos.

Michael lo arrebató de mí para hacerlo girar y provocar carcajadas en el bebé. Luego usó su cuerpecito como avión y lo movía, cuidadosamente, de un lado a otro.
Ashton se acercó hacia nosotros para hablar con el rubio que lucía una gorra con sus iniciales.

-Hey, ¿jugamos una partida de ping pong? la mesa está libre. -le preguntó con entusiasmo a su amigo.

-Claro, sólo déjame aterrizar a Irwin Junior. -bromeó para luego depositar al pequeño en el césped mientras hacía ruidos raros de aterrizaje, según Michael.

Brandon dio un grito de emoción y salió corriendo de nosotros. Los tres dirigimos nuestra vista y pudimos notar a que se debía tanta emoción.
Luke había llegado a la fiesta, un poco tarde pero mejor tarde que nunca.
El pequeño lo amaba y siempre corría a sus brazos para que el rubio de ojos celestes lo llene de besos.

Sonreí ante hermosa escena. Michael soltó un "amo la risa de Brandon, es igual a la tuya Ash", pero su amigo no dijo nada. Es más, salió de dónde estábamos para marcharse hacia la mesa de ping pong.
Luke se acercó hacia nosotros y saludó a su amigo, quien después fue atrás del pelinegro para iniciar su partida.

-Que lindo te queda el blanco. -comentó mientras hacía que gire para él. Llevaba puesto un vestido suelto de color blanco, el cual se elevó un poco a causa del movimiento.

-¿Recién llegas del aeropuerto? -pregunté mientras acomodaba el babero de Brandon.

-Si, le dejé las maletas a Ben, no quería perderme un momento más. -al terminar la oración, besó la pequeña nariz del bebé.

-Ven, te serviré pastel. -le hice seña para que entremos a la cocina de aquella cabaña que habíamos alquilado para hacer el festejo.

Era especial para festejar cumpleaños, casamientos, o simplemente para pasar un fin de semana en familia. Era super grande y cómoda.

-Oye, este pastel está de puta madre. -el rubio hablaba con la boca llena, lo que hizo que le de un golpe en el hombro- Hey, me duele el cuerpo. -hizo un leve puchero- Dormir en un avión es incómodo.