"El dulce sabor de la venganza"
-¡Código 3! -avisó Gustabo después de dos horas de patrullaje por la ciudad de Los Santos.
La tarde parecía que iba a seguir tranquila hasta que saltó el aviso del atraco. Horacio, quien estaba de copiloto marcó la dirección de este en el GPS y avisó por radio.
Un Código 3, a Horacio le encantaban y más aún cuando se convertían en un tiroteo. Era la perfecta ocasión para desconectarse y dejar de pensar en Volkov, porque estar encerrado en el Z con Gustabo durante dos largas horas sin que ocurriera nada pareció ser la perfecta excusa para su subconsciente para darle vueltas a las palabras del rubio.
-Aquí Gustabo y Horacio, nos dirigimos al Código 3 -informó.
-10-5 -ordenó Volkov por la radio-, nos encargamos H50 y Z20.
-¡Cómo odio esto de ser policía! -se quejó Gustabo- ¡No nos dejan hacer nada! ¡Estoy harto de obedecer órdenes!
Horacio no abrió la boca, no dijo nada. En el fondo Gustabo tenía razón, casi nunca les dejaban hacer nada, la mayoría del tiempo tenían que quedarse atendiendo denuncias o deteniendo pequeñas trifulcas entre los ciudadanos, nada interesante y nada de acción. Aún así, adoraba ser policía, porque sabía que ahí estaba en el bando correcto y porque le gustaba hacer el bien, tal vez así, de alguna manera, limpiaba su conciencia.
Tampoco se quejaba tanto como Gustabo, ya les advirtió Conway que iban a comer mierda, cosa que hacían, y también estaba que eran alumnos, era lógico que no tuvieran tanta libertad como los comisarios o Conway.
Decidieron estacionarse un rato cerca de Garaje Central, sabían que era una zona conflictiva y abundaban los robo de vehículo. Mejor eso que estar dando vueltas sin sentido alrededor de toda la isla.
Horacio se estaba debatiendo entre encender la emisora SpainRP o sintonizar la frecuencia del atraco y enterarse de cómo iban las negociaciones, cuando el teléfono de Gustabo vibró en su pantalón.
-Qué hijo de puta... -dijo entre dientes leyendo el mensaje.
-¿Qué pasa? -preguntó el de cresta preocupado por la reacción del contrario.
-Emilio -respondió. A Horacio le inundó la cólera al escuchar ese nombre. Emilio fue el que le disparó en las dos piernas tras haberle golpeado en la cabeza con la culata de la pistola, y no solo eso, Gustabo le comentó que estuvo toda la semana burlándose de él por mensaje y amenazándole con ir a por Volkov.- ¿No quieres vengarte por lo que te hizo, Horacio?
Apretó el puño con fuerza.
¿Venganza? Sonaba bastante bien, pero no podía hacerlo, ¡eran policías! Ya no eran basureros o buzos, ya no se encargaban de ensuciar las calles, sino de limpiarlas. Aunque, le había humillado, se había reído de él, y no dejaba que nadie se riera de él. Estaba teniendo una lucha interna. No podía, pero quería, y aquel deseo se apoderaba poco a poco de Horacio, deseaba ver la imagen de Emilio tendido en el suelo con dos disparos en las piernas, como él hizo.
-He quedado con él para "hablar" -dijo Gustabo.
-¿Dónde? -preguntó Horacio. Gustabo sonrió al escuchar a su hermano.
-En el mismo sitio de la otra vez.
Gustabo arrancó el patrulla y marcó la dirección de la antigua casa de Pablito en el GPS.
Solo iban a hablar con Emilio, en un principio, unos cuantos golpes tampoco le vendrían mal, pero no iban a matarlo, ¿o sí? Horacio quería darle su merecido, no matarlo, pero, si alguien se enteraba, ellos sí que estarían muertos. Nadie debía enterarse de aquella escapada y mucho menos el superintendente.
ESTÁS LEYENDO
Starting Over / Volkacio
FanficLa muerte de Torrente, la frialdad del comisario Volkov y la manipulación de Gustabo consiguen que Horacio explote y quiera vengarse de Emilio. Una vez encerrado en Federal se da cuenta de todos los errores que ha cometido y desea tener la oportuni...