Capítulo 6

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"¿Pueden ponerme una tirita en el corazón, que lo tengo roto?"

-¡Quiero la chapa! -exclamó Dan.

Los subinspectores y el superintendente acudieron a un atraco junto con dos alumnos más de la malla. Fred negoció la huida por los rehenes y parte del botín y Dan fue el que condujo en la persecución, aunque era Fred quien solía ser el conductor.

Los atracadores se quedaron atrapados en un callejón sin salida, por lo que, como última opción, salieron del coche y dispararon a los subinspectores. Dan abatió a los dos sujetos, pero Fred fue alcanzado por una bala y quedó herido en el hombro.

Es ahí cuando llamaron a los EMS y trataron a Gustabo, que Horacio le pidió su chapa, merecidísima según él, a Conway.

-Sí, sí. Aquí tengo guardada tu chapa -dijo el superintendente con cierto tono sarcástico.

-¿Enserio? -saltó Dan con el entusiasmo de un niño pequeño. Literalmente llevaba pidiendo la chapa de "HÉROE" desde los tiempos en los que solo era un alumno.

-La tengo junto a la porra -ironizó Conway-, ¿la quieres ver? -preguntó sacando el arma blanca.

Dan suspiró y negó con la cabeza, a través de sus ojos podía verse un pequeño atisbo de tristeza, Conway notó la mirada y dejó de sonreír. Horacio dio media vuelta y se acercó a Fred, quien estaba siendo atendido.

-¡Joder, me voy a quedar sin hombro a este paso, hostia! -se quejó tocándose el hombro herido por la bala.

-Ve a casa Fred -aconsejó Horacio-, necesitas descansar después de comer tanto suelo -se burló.

-Que hijo de puta.

-Vete, yo me encargo de procesarlos.

Y es que Horacio tenía en cuenta que quedaba poco tiempo para que Volkov entrara de servicio y quería hablar con él, a solas, sin que Gustabo los molestara. Tampoco sabía si el comisario se dispondría a hablar con él como Dan, ya que técnicamente no se conocían mucho, pero estaba claro que a Horacio no lo querría ni ver después de lo del otro día en el interrogatorio.

Ni antes, ni ahora, ni nunca

Esa frase se le quedó grabada a fuego, no solo en la cabeza, sino también en el corazón. Volkov ya lo rechazó en su día, por qué iría a cambiar de opinión en un par de meses, había sido totalmente iluso por su parte haber creído que tal vez... No, no había sido un tonto, todo es culpa de Volkov, se decía, sino me confundiera todo el rato...

-¿Puede darme su DNI? -el sujeto sacó la cartera de su bolsillo y le tendió la documentación al subinspector para que este metiera los datos en la PDA -Piter Rcado -leyó el nombre en voz alta.

-Era Ricardo, pero me hicieron mal el DNI -justificó.

-Sí, sí, y lo de Piter también, ¿no? -bromeó Dan al ver el nombre escrito de aquella manera.

Con la multa puesta y los datos subidos a la PDA, Dan se encargó de escoltarlo y encerrarlo en una celda de los calabozos.

Otro éxito

-Subinspector, ¿se encuentra disponible? -preguntó una voz a sus espaldas.

Dan tomó una bocanada de aire antes de girarse. Hizo contacto visual con Volkov, el que, en ese instante, estaba recargando su pistola. A diferencia de la otra vez, llevaba la camisa de color gris.

-10-4 -tartamudeó. No puedo evitar mirar al comisario de arriba a abajo y Dios sabe qué bien le sentaban al comisario esos pantalones que llevaba. Horacio se mordió el labio, y es que ese hombre no sabía lo que provocaba en él.

Starting Over / VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora