ꔫ : Quince

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Cuando Chan despertó sintió como su cuerpo era oprimido por algo más, no lo comprendió muy bien hasta que salió por completo de su ensoñación observando a Minho frente a él. Quiso moverse debido a lo nervioso que le ponía estar tan cerca del chico pero no quería despertarlo así que simplemente permaneció quiero observándolo.

Minho de verdad era muy guapo. A Chan le gustaba el rostro del mayor, es decir, Minho tenía facciones muy bonitas y delicadas al mismo tiempo, su sonrisa era muy tierna, y sus ojos marrón que muchas veces brillaban tan bonito. Chan sonrió llevando un dedo a la nariz del chico dando un toquecito donde estaba el lunar de este, mismo lunar que a Chan tanto le gustaba desde que lo conoció.

Minho se movió un poco así que el pelirosa permaneció quieto observando como el pelinegro se giraba en la cama y se acurrucaba en esta para seguir durmiendo. Chan tomó su celular para mirar la hora, las 7:35 a.m., y aún nadie despertaba pues la afuera todo estaba en silencio. Se colocó sus tenis y después de arroparse salió de la tienda de campaña donde él y Minho se encontraban. Había restos de la fogata de la noche anterior y algunas cosas que dejaron por ahí afuera, pero no había nadie más afuera, miró hacia dentro de la tienda de campaña solo para comprobar que Minho siguiera totalmente dormido y finalmente salió sin hacer ruido.

La mañana le pintaba bien, el sol ya había salido por completo pero aún se escondía por detrás de los árboles, el sonido del agua en el río y de los pájaros pasando le dio una sensación de paz que no experimentaba en muchas ocasiones. Decidió tomar asiento en la orilla del río abrazando sus piernas contra su pecho y observando el agua correr.

No pasó mucho tiempo para que sintiera entre sus manos la vibración de su celular al estar recibiendo mensajes, suspiró encendiendo la pantalla, algunos mensajes eran de sus amigos preguntando por cómo iba su fin de semana, otro eran de Jisoo respondiendo a la conversación normal que siempre tenían, y los demás era de Mina contándole lo que ella y la madre de Chan hacían ese fin de semana. El chico llevó sus manos hacía su cabello jalando un poco de este, pronto comenzó a llorar en silencio sintiendo una sensación de presión en el pecho y garganta que no lo dejaban respirar con normalidad, quiso correr con Minho para que lo abrazara pero eso implicaría preocuparlo y tratar de explicar la situación.

Chan tenía miedo y aún no estaba listo para eso.

[...♡...]

-Espero que te hayas divertido con nosotros, puedes venir siempre que quieras- decía la abuela de Minho mientras le daba un sincero y cálido abrazo a Chan quien le sonreía y asentía.

-Gracias Abuela- el pelirosa permaneció un poco más cerca de ella prolongando el abrazo. Hacía mucho tiempo que no sentía el amor maternal, a decir verdad jamás lo sintió como tal.

Finalmente cuando todos se despidieron fueron trayendo sus cosas subiendolas a los autos y camionetas, cuando Chan terminó se apoyó en el auto de la mamá de Minho esperando por ellos. Toda la mañana su cabeza había dolido al igual que sus ojos y su pecho, tan solo quería ir a casa y dormir el resto del día.

-Oye- la voz de Minho lo sacó de sus pensamientos-. ¿Todo bien?

Chan lo miró y asintió sonriendo mientras se subía en los asientos traseros, Minho lo siguió cerrando la puerta y observando como Chan jugaba con los cierres de su mochila.

-¿Te gustó estar aquí?- Minho le sonrió llevando una mano hasta Chan y tomando la suya por lo que el menor le miró sonriendo.

-Gracias por traerme, es divertido estar con tu familia- el pelirosa se acercó haciendo ovillo su cuerpo y entrelazando su mano con la del chico-. Eres cómodo- comenzó a reír y Minho le tomó del rostro con su otra mano apretando los cachetes del menor.

-Tú eres cómodo, como un peluche- dijo y Chan le miró.

-¿Soy un peluche?

-Si, uno redondito, esponjoso y suave.

Minho lo atrajo hacia él abrazandolo y Chan realmente no iba a poner resistencia a ello, pasó sus brazos alrededor del chico y apoyó su cabeza en el pecho de este mientras sonreía. Muy pronto sintió la mano de Minho sobre su cabello haciendo caricias a este.

-¿Cuánto lo dejarás crecer?- preguntó el pelinegro tomando un mechón apartandolo del rostro de Chan quien abrió sus ojos mirándolo.

-Mucho... ¿crees que me veo mal?

Minho se cuestionó la seriedad con lo que había preguntado aquello, ¿a caso Chan podía llegar a verse mal de alguna forma? La respuesta era no.

-No, te queda muy bien- le sonrió.

Chan sintió su rostro arder poco a poco y comenzó a reír nervioso. Había descubierto muchas cosas en ese viaje, una de ellas era que sin importar cómo, cuando o que dijera Minho sobre él lo hacía muy feliz.

No sabía en qué momento exacto se había quedado dormido solo hasta que sintió como su cuerpo era ligeramente sacudido y una mano pasar por su mejilla. Chan se movió en el asiento y abrió sus ojos poco a poco mirando a los lados.

-Hey bello durmiente, hemos llegado- avisó la mamá de Minho mientras bajaba del auto para ir a abrir la cajuela de este.

Chan miró a un lado donde la puerta estaba abierta así que bajó estirando sus piernas y brazos. Minho estaba bajando la maleta que había llevado, Chan miró su casa sin poder evitar sentirse triste por haber vuelto.

El chico se despidió de la señora Lee y finalmente de Minho con un abrazo, no quería que se fuera, no quería entrar solo a casa.

-Te veo mañana en la escuela- dijo Minho sonriendo mientras le revolvía el cabello a lo que Chan se quejó dándole un golpecito en el brazo.

-Hasta mañana, Minnie. Te quiero.

Lo miró y no pudo evitar volvera abrazarlo con fuerza mientras sonreía.

-Yo a ti- respondió sin tardar en hacerlo y cuando se separaron Chan se despidió con su mano antes de recorrer el camino de entrada.

Una vez que puso un pie dentro pudo escuchar las voces que provenían de la sala así que se dirigió hacia ahí siendo presa de la curiosidad. Frunció el ceño observando a su madre junto a los padres de Mina, en sus manos había un álbum con lo que parecían ser fotos y sentada frente a ellos estaba una mujer que llevaba puesto un traje color azul marino.

-Chan cariño, estás aquí- su madre se puso de pie cuando lo vio ahí de pie y con una sonrisa bastante fingida se acercó a él dándole un abrazo-. Siéntate con nosotros y escoge un salón- habló bajo de tal modo que solo ellos dos escucharán-. Y haremos algo con ese cabello.

Esta volvió a sonreír mientras tomaba asiento junto a los padres de Mina quien tampcoo estaba presente. Chan los miró y sintió su estómago revolverse por lo que dio la vuelta y se echó a correr subiendo las escaleras hasta su cuarto y cerrando la puerta con llave. Pegó su espalda a la pared y sentándose sobre el suelo abrazó sus piernas comenzando a llorar con fuerza hasta que por fin siendo presa del estrés y el sueño cayó dormido ahí mismo.

Love ꔫ Minchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora