ꔫ : Diecisiete

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Chan despertó con el inmenso vacío de las sabanas debajo de él, ya no había un pecho cálido sobre el cual apoyarse ni dos brazos que lo abrazaran.

¿A dónde había ido Minho?

Estaba confundido, el reloj marcaba las 12:00 a.m. en punto y los zapatos de Minho seguían al lado de su cama. Imaginó que quizás fue al baño así que se sentó sobre la cama frotando sus ojos con ambas manos y bostezando.

La música seguía sonando, Fireflies le daba a Chan una extraña sensación entre nostalgia y calma por lo que muy pronto se encontró a sí mismo cantando bajito.

Pasaron 5, 10, 15 minutos y Minho aún no volvía. No es que Chan no se tardara algunas veces en el baño pero creía que debía ir, no por curiosidad sino porque algo ya no le daba buena espina. No quiso pensar en nada malo pero estaban en su casa durmiendo en la misma cama y aunque no fuera nada malo él sabía que eso podría traerle problemas.

¿Cómo había sido tan inconsciente?

Salió de su habitación observando primero a los lados comprobando que no había rastro alguno de Minho por ahí, corrió hacia el baño tocando dos veces la puerta y cuando no hubo respuesta alguna decidió entrar encontrándose con el vacío.

-Mierda...- murmuró ahora algo irritado mientras corría por las escaleras para después dirigirse a la sala donde frenó en seco al observar su peor miedo en esos momentos frente a sus ojos.

Minho sostenía en sus manos esa libreta blanca donde Chan había visto a su madre organizar todas las cosas para la boda, había una lista de invitados, una lista de comida, los horarios en que se realizarían ciertas cosas, el nombre del salón donde tenía planeada una pequeña reunión.

Chan sintió su sangre helarse y un extraño y desagradable vacío en su estómago.

-Chan- la voz de su madre sonó bastante alegre para el propio fastidio del chico.

Minho levantó la mirada y Chan sintió su corazón hacerse añicos. El chico tenía la nariz roja al igual que sus mejillas las cuales estaban humedecidas, aún con sus ojos cristalinos se atrevió a sostener la mirada de Chan y la desvió a medida que las lágrimas volvían a acumularse.

-Minho y yo estábamos...

-Mamá cállate- Chan habló enojado mirando a la mujer, más que enojado estaba furioso y si, quizás era su culpa por no haber encontrado la forma de enfrentarla antes-. Minho- su voz se suavizó considerablemente y se acercó a su mejor amigo quien ahora era quién se alejaba dando pequeños pasos hacia atrás.

-Cuando... ¿Cuándo ibas a decirme que te vas a casar, Chan?- su voz salió débil y llorosa, Minho soltó la libreta en sus manos para llevar estas hasta su rostro y limpiar sus mejillas con las mangas de su sudadera.

-Yo... Iba a encontrar el momento, te lo juro, es que...

-¿El momento?- Minho lo miró y rió con sarcasmo y amargura.

Chan no supo que responder, probablemente ningún momento hubiera sido "el mejor" para hablar de eso. Ahora se daba cuenta de ello.

Sin decir nada más, y con el corazón quebrándose parte por parte, Minho tomó su chamarra la cual yacía sobre uno de los sofás y caminó hasta la puerta saliendo del lugar.

-¡Minho espera!- Chan corrió detrás de él pero antes de alcanzarlo sintió como una mano jaló de su brazo hacia atrás.

-¿A dónde crees que vas?- el tono de su madre había vuelto al habitual.

-¿Tú a dónde crees?- exclamó saltándose bruscamente del brazo de la mujer.

-Ay por dios, Chan ¿no era eso lo que querías? ¿Decirle? Ni siquiera te atreviste a hacerlo, ¿por qué te molestas cuando solo te he ayudado?

¿Ayudarlo?

Cualquier cosa que esa mujer hiciera estaba bastante lejos de ayudarlo.

-No me voy a casar- dijo mirándola.

-¿Disculpa?- quiso asegurarse de haber escuchado mal.

-¡Que no voy a casarme!- gritó lo suficientemente alto, sentía sus ojos arder y su garganta un tanto extraña por la constante necesidad de llorar pero estaba aguantando-. ¡Es mi vida y no haré algo que no quiero!

-Chan no sabes lo que estás diciendo, tú...

-¡No mamá, haré conmigo lo que me venga en gana ¿entiendes?!- su corazón latía con fuerza y su cabeza dolía-. Si me quiero casar con un chico o con una chica es mi problema ¡Eso ni siquiera debería importarte a ti!

Chan guardó silencio sintiendo el ardor en su mejilla. Su madre le había golpeado, pero aún así su enojo en esos momentos era mucho más grande que ni siquiera se detuvo a procesarlo. Corrió hacia la mesa donde se encontraba la libreta y se la mostró.

-No dejaré que hagas de mi vida una mierda como lo es la tuya- exclamó para después arrancar todas las hojas que en el corto tiempo entre cortarlas y su madre corriendo hacia él para quitársela de las manos le permitiera.

Lanzó todo al suelo y aprovechando que la mujer seguía ese montón de hojas rotas como si fuera lo más importante en su vida, corrió hacia afuera sin mirar atrás.

-¡BANGCHAN!- escuchó gritar a su madre molesta, o más que eso, histérica pero no se detuvo. No planeaba hacerlo.















[...♡...]

hey

no sé si esta parte tuvo el drama que me imaginaba, pero bueno

nos leemos luego , cuidense ♡

Love ꔫ Minchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora