𝓢𝓸𝓵𝓪𝓶𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓜í𝓪. (+18) [01]

04|| ¿Quien eres realmente?

En trayecto fue un completo infierno, él se notaba bastante tenso y no dijo absolutamente nada, ¿Y si esa noche no fue como él deseaba? No, claro que no debo pensar en eso, solo es un maldito trabajo que acabará bastante rápido.

Nos encontramos en un lujoso restaurante italiano, bastante alejado de la ciudad a decir verdad pero no le toma tanta importancia. Un mesero joven, guapo y carismático nos lleva a nuestra mesa, no deja de mirarme y eso está molestando a Jaden él cuál solo le da una mala mirada.

El chico se disculpa con nosotros tras la fulminante mirada de Jaden, solo toma nuestro orden para dejarnos en unos minutos muy incómodos entre nosotros. El mesero llega a la mesa con nuestra comida y Jaden le pide una copa de vino tinto para él, y para mi vino blanco ya que es más dulce y delicioso.

— Esta muy delicioso.— Tomo un trago de mi vino mientras espero la respuesta de Jaden, lo observo y ni siquiera me ha tomado atención. Ha estado algo raro desde que salimos de casa, no ha dicho ninguna palabra.— ¡Hey! ¿Estas bien? ¿Sucede algo?

— ¿¡Quien mierda eres!?.— Se digna a observarme con sus ojos azulados muy oscuros y molestos, miro su mandíbula la cual esta muy apretada. Me maldigo internamente por lo que se viene, él no debe saber nada estoy completamente segura de ello, así que Bae solo respira y deja que él crea en tu mentira.

— ¿De que hablas, Jaden?.— Pregunto incrédula,

— No te hagas la estupida.— Y por primera vez me insulta.— Sabes perfectamente de qué hablo.— Su tono de voz aumenta cada vez más, si supiera algo de mi o Kio, no estaría precisamente aquí en una cena romántica sino torturada por sus hombres.

— Si se trata de algún jueguito tuyo, Jaden, no me agrada para nada.— Veo como sonríe sin gracia.— Mejor me iré a casa.— Me levanto dispuesta a marcharme, solo que él es más rápido que yo y me toma muy fuerte de la muñeca.— ¡Auch!.— Me quejo asombrada de su trato conmigo.— ¡Suéltame Jaden! Me lastimas.

— No hagas un escándalo aquí, Linda.— Me amenaza muy cerca de mi oído, cuando termina de hablar me comienza a soltar suavemente.

Sacó rápidamente mi cuerpo de su agarre para que no vuelva a hacerlo otra vez, pero antes de que pueda irme me llega un mensaje de un número desconocido. Mientras me dispongo a abrirlo siento un muy mal presentimiento y estaba en lo correcto...

Número desconocido