Ni cenar (Luhan)

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Prepare la casa entera para un momento especial. Incluso había vuelto a dejar a Tiarn con Lay (sabia que aquella noche no tenía trabajo y que estaría tranquilo). El enano ese se estaba demorando demasiado para llegar a casa, pero la felicidad que hacía días que rondaba mi vida no dejo que aquello me cabrease.

Después de la pequeña discusión que habíamos tenido sobre quien debía de ser el seme y quien el uke de la relación ambos habíamos acordado que sería mejor dedicarnos a ser sukes, aun muy a su pesar. Le había prometido que lo haríamos de tal manera que no le fuese a doler nada. Claramente yo desde antes ya tenía esas intenciones. Por Dios, yo ya sabía de antemano lo que venía. Después de varios años como acompañante me sabía demasiados trucos.

Saque la botella de champagne que había comprado por si tenía que emborracharlo un poco para que se dejara. Ese niño era muy obstinado cuando quería y tenía la mala costumbre de dejarme a medias muchas veces.

Por fin escuche el abrir y cerrar de la puerta principal. Casi corrí hasta el lugar para darle la bienvenida. Y ¿yo estaba preocupado de tener que emborracharlo? Por sus andares y expresión pude notar que ya se había tomado una copa para tranquilizarlo. Debía de estar nerviosísimo.

Fui a agarrarlo, para que no se cayese al suelo, pero el impredecible Sehun borracho me agarro de la cintura e intento empotrarme contra la pared más cercana. Remarco que intento porque no llego a conseguirlo, en el camino se tropezó consigo mismo y se golpeo en la cabeza con la puerta. Suspire algo divertido, al ver sus actos, y lo guie hasta la sala la cual estaba medio oscura.

-No hay mucha luz para que te sientas más confiado -le comente esperando que agradeciese mi detalle. Lo lleve hasta el sillón, sin poder esperar más a lo que fuese a pasar. Fue fácil de manejar, y de desvestir, el mismo ponía ganas en ello. Mordí su labio inferior y lo pegue a mí-. Date la vuelta.

-¿Eh? ¿Tan...? -no le di tiempo a preguntar nada pues de un brusco empujón, acabo casi colgando sobre la parte para apoyar los brazos, contra el suelo y con el culo en pompa.

Las vistas que tenía desde allí eran... Digamos que había visto a muchas personas en esa postura o en aquella situación, pero ver a Sehun de ese modo era algo diferente. Me abalance sobre él antes de que le diera tiempo a moverse hacia algún lado. Se quedo tenso y se revolvió, intentando incorporarse, pero no le deje.

-Quédate ahí -le ordene-. Así no va a dolerte nada de nada -asegure con la boca ya sobre su trasero. Segundos después mis labios besaron su entrada-. Te tomaste a la mañana la pastilla que te di ¿verdad? -pregunte al separarme, aunque con el solo tacto y olor de su trasero supe que ya lo había hecho-. Bien... -murmure nuevamente antes de pegar mis labios otra vez contra su entrada, introduciendo la lengua lentamente dentro de su ano.

Pego un pequeño respingón, impresionado por el intruso y siguió sin relajarse. Acaricie su trasero con mis manos mientras dejaba que mi lengua jugase dentro de él. Tardo un poco en relajarse y en dejarse llevar por lo que tocaba ahora, pero por fin pude escuchar los suaves y tranquilos gemidos que salían de su boca cada vez que tocaba cierto punto en su interior. Puede que luego no admitiese lo mucho que le había gustado pero sus placenteros gemidos eran incontrolables.

Poco después de dejar de besar su entrada metí mis dedos dentro de mi boca, humedeciéndolos también para hacer así la fricción aun menor de lo que iba a ser. No tarde en meter los dedos dentro de su ano, separándolos cuando estos llegaron hasta el tope. Los furtivos quejidos y gemidos se hicieron un hueco en la habitación pues había comenzado a disfrutar de verdad. Con la punta de los dedos en un punto fijo comencé a mover en círculos, cada vez un poco más grandes, para que su esfínter se fuese abriendo, dando de sí.

Por experiencia sabía que no era algo que necesitaba su tiempo, no se daba de sí de un día para otro. Por eso le había dicho que nos lo tomaríamos con paciencia, aunque me muriese de ganas de penetrarlo ya, sin tener en cuenta su opinión. Pero cuando tienes una pareja (aunque Sehun no quiera admitirlo, somos pareja) tienes que mirar a la larga y no ser un egoísta.

Porque yo después de esto iba a dejar mi profesión de chico de compañía. Me dedicaría a otra cosa, aparte de a lo que me dedicaba ya de por sí con mis amigos. Después de la gran suma que íbamos a recibir no iba a tener que trabajar en un buen tiempo, pero nunca estaba de más tenerlo y ganarlo. Aunque fuese un poco precipitado la familia había crecido; hasta hace un mes y poco más estaba yo solo, ahora tenía a Tiarn y a Sehun.

Una vez que comenzó a acostumbrarse a mis dos dedos, volví a agregar la lengua nuevamente pues aunque en principio había lubricado bien su entrada poco a poco se iba secando e iba a acabar por irritarle. Al hacerlo gimió de tal manera que mis tímpanos casi explotaron. ¿Tan bien se estaba sintiendo? Anteriormente pensé que al estar medio borracho no lo notaria tanto.

-¿Dónde te venden el alcohol a ti? -pregunte con cierto tono burlón-. Creo que le meten también afrodisiacos ¿sabes?

Cuando tenía la boca nuevamente pegada a su ano note como me golpeaba la cabeza con la mano abierta ante mi impertinencia. Sin dejarme llevar por la mala leche que podíamos llegar a tener los dos acaricie el moflete de su culo, mordiéndolo después con sorna. Se quejo. Grito fuertemente y su espalda se tenso a la vez que le daba la vuelta, dejándolo boca arriba. Lo agarre de las dos piernas, y tire hacia a mí, haciendo golpear su culo con mis rodillas.

Volvió a quejarse, pero esta vez le acalle tirándome sobre su boca, a besarlo mientras con mi mano masajeaba el muy erecto miembro. Ahogo prácticamente todos sus gemidos en mi boca antes de correrse en mi mano, manchando también parte de mi estomago y pantalón. Su cuerpo se relajo al hacerlo, no como el mío que pedía a gritos sexo.

Separe mi cuerpo del suyo, dejando un pequeño hilo de saliva entre nuestras bocas. Comencé a desabrocharme los pantalones, dispuesto a seguir con lo nuestro. Pero el esfuerzo que acababa de hacer yo, su placer y el alcohol que había consumido lo habían dejado agotado y ahora yacía en el sofá dormido.

-¡Sehun! -lo zarandee hacia los lados para despertarlo pero no lo conseguí-. ¡¡Sehun!! -exclame aun más alto con la cara totalmente roja por la sangre que circulaba por ahí en ese momento.

Pero siguió sin despertarse.

Enfurruñado, me levante del sofá y acudí solo a mi cama. Puede que esta no estuviese tan caliente como el sofá, pero al menos era más cómoda y solitaria para poder desahogarme yo solo.

[Hunhan] LuminescentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora