[Hunhan] Luminescent

No me evites (Chanyeol)

Por primera vez en mi vida comenzaba a ponerme nervioso por estar al lado de Baekhyun. ¿Qué demonios había hecho en mi anterior vida para que ahora me pasase esto? No sé qué coño le pasaba a mi mejor amigo, pero desde que habíamos pasado la noche en casa de Luhan se comportaba completamente diferente a lo que yo consideraba normal. Me evitaba, estaba claro.

Cuando estaban todos los demás delante nuestro actuaba como siempre, como mi Baekhyun normal; pero en cuanto nos quedábamos solos se volvía distante y nervioso. Aquellos cambios de personalidad tan drásticos que tenia me estaban trastocando la vida y era algo muy incomodo.

Por evitarme incluso había interrumpido nuestra larga tradición de años de ir el viernes por la noche a la casa del otro. Tradición que jamás había sido rota, ni con exámenes ni con enfermedades.

Y esta es la razón por la que, molesto, acudí a su casa aquel viernes por la noche con una bolsa de comida basura y una película para ver. Al menos no me había echado y esa era una muy buena noticia, dadas las circunstancias.

Llevábamos media hora de película vista cuando pose mi mano sobre su rodilla ya que estaba al lado. El intento apartarse pero se la agarre con fuerza, creo que incluso le llegue a hacer daño, y no la solté. Me miro extrañado. Bueno, yo no vi su reacción pero sabía exactamente cómo iba actuar, me lo sabía de memoria.

-El otro día, en casa del tal Luhan -se tenso más al escuchar aquella frase-, vi lo que había en tu bolsa.

Esta vez aparto mi mano a la fuerza. Se separo de mi, como si estuviese molesto por lo que había dicho o por lo entrometido que había sido por mirar en sus cosas.

-¿Me estas ignorando por eso? -pregunte pareciendo más dolido de lo que estaba. Baekhyun simplemente aparto la mirada hacia otro lado, azorado-. ¿Tú sabes el daño que me has hecho con eso?

Lo amarre por las dos muñecas, enojado. No había otra cosa que me enfadara tanto como notar que me ignoraba y que no quería saber nada de mí. Intento zafarse de mí, pero no le deje. Se retorció varias veces moviéndome a su mismo son pero jamás más de lo que yo quería moverme. Lo obligue a tumbarse sobre el suelo, cayendo yo encima de él. Intente verlo como lo que no era para mí. Si que quería pasar el resto de mi vida con él, pero como amigos, no como algo más. En cambio, ¿no por tener sexo significa que se sea pareja, verdad?

-¿De verdad quieres hacerlo? -pregunte en un tono suave y tranquilizador por mi tono de voz. Demoro en responder, pero al final asintió. Completamente rojo de la vergüenza que le daba admitirlo. Cerré los ojos lentamente, con fuerza al igual que mi boca, para poder mentalizarme de lo que iba a hacer-. ¿Alguna prohibición? -pregunte aunque me parecía una pregunta un tanto tonta. Lo normal en una relación para mi (las cuales todas habían sido heterosexuales) la gran prohibición era "no se mete nada por el culo", pero aquí estaba claro que esa regla no tenía ningún sentido.

-Nada de besos por favor -abrí los ojos, mirándolo extrañado-. En la boca.

Muy a mi pesar, por aquella regla, asentí haciéndome el conforme con ello. Pretendí que en mi cabeza pareciese que Baekhyun era una chica, para que el shock no fuese tan grande. Podía parecer una tontería, pero yo lo necesitaba así.

Ataque su cuello primero, mordiéndolo y besándolo varias veces mientras mis manos exploraban el pantalón del mayor. Quería terminar con aquello antes de tiempo, que no durase, que se corriese pronto y no tener que penetrarlo y así luego no sentirme culpable por haberle hecho daño.

Pero no parecía que fuese a hacerlo y mi cuerpo comenzaba a calentarse cada vez más. Acabe por agarrarlo de la cintura, dándole la vuelta y obligándolo a ponerse a cuatro patas, con el culo en pompa. Suspire intentando despejar mi mente pero lo único que podía ver era el delgado cuerpo de Baekhyun, el que estaba a punto de penetrar.

Direccione mi polla hacia su agujero, pensándome bien el hacerlo o no. Las dudas volvían a asaltarme por todas partes; en cierto modo quería seguir con aquello, metérsela, clavársela y correrme dentro de él, pero el poco sentido común que me quedaba en aquel momento me decía a gritos que iba a romper algo muy especial.

-Hazlo... Chanyeol -suplico su fina voz con un gran tono de desesperación en él. Dejándome guiar esta vez por él le hice caso y lo penetre poco a poco, pero de una sola envestida. Dio un pequeño brinco, sorprendido e intento relajar su cuerpo, pero no surgió gran efecto-. Mu-muévela... Por favor...

Pose mis manos sobre sus caderas, y atrase mi cuerpo. Volviendo a penetrarlo otra vez más, con más fuerza que antes. Observe como se cogía a todo lo que podía del dolor que le provocaba. Agache mi cuerpo sobre el de él y susurre sobre su oído.

-Te duele ¿verdad? ¿Qué debo de hacer para que no sea así? -levanto la cabeza, giro la cabeza y me miro. Estaba totalmente sonrojado y sudado, una autentica belleza era lo que yo tenía delante de mis ojos.

-En el armario -le tembló la voz al hablar mientras señalaba con la mano el que estaba más cerca- hay lubricante.

Volví a salir de él nuevamente, me levante y camine hasta el armario con mi polla en la mano, masturbándome para durar menos de lo que acostumbraba a durar. Debía de admitir que dentro suyo se estaba genial. Completamente prieto y caliente. Aunque en cierta manera se podía comparar con la vagina de una chica, penetrar a mi mejor amigo era aun mejor.

Encontré el lubricante escondido entre unos cuantos pantalones. Lo abrí y derrame el espeso liquido sobre mi miembro y me volví a pegar a él. Se había dado la vuelta y se encontraba boca arriba, mirándome fijamente.

-Baekhyun... sin besos y sin nada esto es muy... frío -confesé-. Si alguna vez me imagine que lo hacíamos no era así.

Trago saliva lentamente y me miro con cierto miedo. Aproveche que estaba distraído para meter dos dedos embadurnados de lubricante en su culo. Gimió, pareciendo encontrarse más cómodo con ello que penetrándolo con mi pene. Trague saliva, nuevamente, y me aproxime hasta su boca. Le bese en ella, al menos no se apartaba. Intente contenerme y dejar que disfrutara pero yo también quería hacerlo.

Así que me coloque entre sus dos piernas y las abrí. Lo mire fijamente, intentando dedicarle una mirada consoladora o al menos que lo tranquilizase, que le transmitiese que esta vez no iba a doler tanto como la otra vez.

Interrumpí nuevamente dentro de él, no note que le hiciese gran daño, o sea que comencé a envestirlo suavemente. Esta vez fue él quien busco mi boca para besarla y dejar ahogar ahí sus gemidos para que su familia no se enterase de lo que estaba pasando allí. Agarre su miembro y comencé a masturbarlo.

Pude notar como todo su cuerpo se contraía del placer, y del dolor por desgracia. Debía de dejar de preocuparme; era él quien había deseado que aquello pasase, estaba de acuerdo con esto. Y se sentía tan bien, tan estrecho y excitante...