Flores para una niña(Sehun)

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Los siguientes días en los que me dedique a ir a casa de Luhan fueron ciertamente ñoños. Parecía que se había propuesto derretirme por dentro o algo. O quizás ponerme gordo, ya que llevaba dos días trayendo dulces a casa, poniendo como escusa que se los había dado un amigo. Mentía. Yo mismo había visto el recibo de los dulces.

Mientras que no me intentase comer como la bruja de Hansel y Gretel, no me molestaba para nada que lo hiciese la verdad. Hacía ya un mes que el campeonato de futbol se había terminado y por lo tanto el entrenador no estaba tan pesado como de costumbre con nuestro peso o apariencia física.

Para mi sorpresa aquella tarde no había bollos, bombones o tarta. Flores. ¿Se pensaba que era una chica? ¿Ahora que le había dado permiso para que pudiera metérmela el también me veía de manera femenina o qué? Gruñí al verlas pero aun así me acerque a ellas a olerlas.

Pareció ser mala idea, pues en seguida me puse a estornudar de manera repetida. Una y otra vez hasta que llego Luhan y repare en que me tendía un pañuelo en una mano, en el otro brazo llevaba a su sobrina. Pego el pañuelo a mi nariz y con un simple gesto me indico que hiciese fuerza para quitarme los mocos y el polen que se me hubiese podido quedar ahí dentro.

-No sabía que fueses alérgico a las flores -comento con curiosidad mientras se daba la vuelta y dejaba que yo solo me sonase la nariz.

-Yo tampoco lo sabía -respondí haciendo fuerza por última vez para asegurarme de que no quedaba nada más-. ¿Por qué las has traído? -pregunte mirando mal a las fotos.

-A Tiarn le han gustado -explico con simpleza-. He ido a la floristería para comprar flores para la tumba de mi hermana, cuando se ha puesto a gritar y a intentar cogerlas -exclamo alzándola a lo alto haciendo que esta riese por el repentino movimiento-. Las llevare a un lugar apartado si no vas a poder estar tranquilo con ellas delante.

Agrego girando la cabeza hacia mí para hablarme. Negué con la cabeza lentamente quitándome la mochila de la espalda. A la cual le siguió el gran chaquetón que llevaba para protegerme del frío.

-No te preocupes, mientras no me acerque mucho no creo que pase nada -me encogí de hombros, antes de que se acercase nuevamente a mí para darme un suave beso en los labios como bienvenida después de lo bruto que había sido con el pañuelo. Correspondí dándole otro, más corto que el suyo-. ¿Qué tal en el cementerio entonces? -pregunte con curiosidad mientras veía como Tiarn se lanzaba sobre las flores para agarrarlas con las manos y destrozarlas.

-Todo tranquilo -sonrió el sin darse cuenta de lo que estaba haciendo su sobrina. Alargue las manos para cogerla yo y así alejarla del gran ramo de flores. La pequeña se llevo con ella dos con una sola mano, desprendiéndolas del ramo completo-. ¡Oh! Que fácilmente rompe las cosas esta niña -río agarrando las flores con las que se había hecho y quitándoselas de sus pequeñas manos-. Antes de que vinieras ha tirado un vaso desde su silla -me informo.

-Debe de ser que no la tienes muy contenta -le rebatí yo.

-No sé de qué se queja... -murmuro él con cierta mala leche-. Últimamente Lay y yo no hacemos otra cosa que mimarla todo el rato.

Intente recordar quien de todos era Lay. Al principio dude entre el chico que nos pego el estirón de orejas o el asistente social. Descarte al de la mala leche porque según recordaba su nombre empezaba por "X" o algo parecido. Intentando no parecer una persona celosa, ignore el comentario que había hecho. No quería que me volviese a regañar por ese tema nuevamente.

-Yo que tú me lo planteaba. Últimamente me haces más caso a mí que a ella -pegue mi nariz a su mejilla y sople sobre su pequeño cuello, haciendo que se retorciese de la agradable sensación entre mis brazos. Después de aquello, la pequeña agarro mi cabeza por los dos lados, estirándome del pelo y pasando su boca por mi mejilla, llenándomela de babas.

Escuche gruñir al rubio ante lo que había dicho yo, sin querer creérselo por puro orgullo. Normal, yo hubiese hecho lo mismo. O quizás me hubiese puesto a gritar cosas sin sentido para rebatir cualquier cosa que me fuese a decir.

-Os mimo por igual a los dos, o sea que no tenéis ningún derecho a quejaros -se dio la vuelta soltando palabras demasiado rápido en su idioma natal como para que la pudiera escuchar. Mientras Tiarn seguía babeándome la cara entera, camine detrás de él como si fuese un pequeño pollito que tendía a seguir a su madre, la gallina.

-No te mosquees anda -murmure abrazándolo con el brazo que tenia libre. Se quedo quieto en el sitio, dejando de caminar allí a donde fuese. Suspire fuertemente esperando encontrar un torrente valentía para seguir hablando-. Te he traído un regalo.

Note el calor en mis mejillas, deduciendo así que me había vuelto a poner rojo cual tomate. Intente ignorar ese hecho, para no ponerme aun más rojo de lo que ya debía de estar. Note como lentamente se fue dando la vuelta para mirarme, con una pequeña sonrisa de labios juntados en su perfecta boca.

-Pensaba dártela después de... ya sabes.

Asintió dándome un beso más largo y apasionado que el de antes. Aun teniendo yo a su sobrina en brazos no se contuvo, o eso me pareció pues fue algo más rudo que las otras veces. Dándome a entender con ello que lo quería hacer cuanto antes. Que se estaba aguantando y resistiendo por mí, pero que se estaba resistiendo como nadie para que yo pudiese hacer lo que más quisiese y más oportuno me pareciese.

Luhan era así. Y me encantaba esa parte de él. No le encontraba paternal por cuidar de mí, no como me pasaba con Suho-Hyung al menos. Tenía algo distinto que me hacia derretirme y poner mi mundo a sus pies.

[Hunhan] LuminescentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora