Ya he llegado a casa (Sehun)

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Las horas de clase se me habían hecho insufribles. No tenía la capacidad para concentrarme en ellas, y además Jongin me ignoraba de mala manera. Ni se atrevía a mirarme. Intente hablar con él en la hora de recreo pero en seguida llego un preocupado Baekhyun para preguntarme si me encontraba bien, si aun me dolía. Al final, aquella noche, mis dos Hyungs acabaron yéndose nada más dejarme acostado en la cama, para que descansara porque con ellos se me iba a ser difícil. Y razón no les faltaba.

Caminaba lentamente hasta casa de Luhan... con gran desgana. Al parecer se había ido ayer temprano por la mañana porque para cuando yo me desperté no estaban ni él ni Tiarn en casa. Me pareció extraño el que no hubiese dejado a su sobrina en casa conmigo, ya que tenía un día de fiesta. No los vi a ninguno de los dos en todo el día, habían desaparecido por completo. ¿Me había dejado solo ahora que las cosas se habían torcido entre nosotros?

No es que no agradeciese su gesto de sacarme de aquella casa llena de tensión pero no tenia porque haberlo hecho. Un niño pijo, que ha vivido lleno de comodidades no puede saber lo que es realmente querer a tus padres, hagan lo que hagan. Era incomodo que supiese que me pegaban, cierto era, pero en aquella ocasión yo no le mentí cuando le dije que con cualquier golpe me salían moratones en el cuerpo. La mayoría era por jugar a futbol sin ningún cuidado o por estar cerca de los dos terremotos que tenia por amigos.

Tarde en llegar hasta el que ahora sería mi nuevo medio hogar, y cuando lo hice pude escuchar los sonidos que solían salir de la pequeña boca de Tiarn cuando estaba feliz y le hacían mucho caso; también pude escuchar la suave risa de Luhan viniendo desde la sala. Me acerque hasta ahí y vi como el rubio tenia apoyada sobre sus pantorrillas a su sobrina, movía estas ligeramente para tenerla todo el rato en movimiento y cada dos por tres se aproximaba a ella para darle un sonoro beso o una pedorreta en el desnudo cuerpo de esta (solo llevaba el pañal puesto).

-Se te cae la baba con ella... -murmure en un tono dulce al olvidar lo enfadado que estaba con él. Luhan se percato de mi presencia entonces, debía de estar muy concentrado en Tiarn para no haber escuchado como abría y cerraba la puerta de casa. Su sonrisa se borro de repente al verme, permaneciendo algo serio. Pero volvió a esbozarla otra vez al ver que mis palabras no escondían nada extraño.

-Es imposible que no se me caiga la baba con ella.

Me contesto de manera suave volviendo su mirada a su pequeña sobrina. Deje la mochila en el suelo y me aproxime a los dos, sentándome a su lado. Nos quedamos los dos en silencio mirando a la niña la cual comenzó a hacer ruidos extraños para que su tío volviese a hacerle el caso que antes le estaba haciendo.

Con cuidado, alce la mano y la pose encima de su barriga para que sintiera que tenía la atención de alguien. En seguida sonrió feliz, lo cual me saco otra a mí. Delicadamente metí el dedo dentro de su ombligo y esta comenzó a reír y a moverse de un lado a otro, descontrolándose un poco en sobre las piernas de Luhan.

-Es verdad que le gusta que le metan el dedo ahí -observe fascinado al ver que no me había tomado el pelo en su día.

-Ya te dije que a los niños pequeños les gusta -corroboro él mientras agarraba los pequeños brazos de Tiarn para que no se cayese al suelo.

-Eso demuestra entonces que yo no soy un niño.

Luhan rio ante mis palabras, no con un tono de burla si no más bien alegre.

-Para mi eres como Tiarn. Siempre serás pequeño a mis ojos... -murmuro bajando la voz y entrecerrando los ojos dando un aire de tristeza a sus palabras.

-Un niño que te gusta -sume más palabras a su oración (modificándola un poco) haciendo una afirmación lo suficientemente madura desde mi punto de vista. El mayor suspiro y asintió lentamente.

-Un niño grande que me gusta -reafirmo mis palabras.

Nos quedamos en silencio, sin saber que decirnos después de aquellas palabras. Era una situación extraña, ya que hasta entonces siempre se nos había hecho fácil hablar. Su sinceridad y mi orgullo habían sido de gran ayuda para establecer una relación, pero ahora que él estaba manso y arrepentido, y yo tranquilo y honesto, era diferente.

Aparte mi mano de encima de la pequeña, recibiendo un quejido por su parte. Sonreí de manera tierna al ver lo natural y exquisita que era aquella pequeña criatura. Fue aquel mismo brazo el que utilice para rodear los hombros de Luhan, sin llegar a ir más abajo porque ahí ya se encontraba el sofá y no podía traspasarlo. Note la sorpresa de su cuerpo ante mi repentino gesto de cariño.

Respire hondo varias veces, cerré los ojos con fuerza y aparte todas las dudas que tenía en la mente. Lo agarre con fuerza y le obligue a aproximarse a mí. Con lentitud gire la cabeza y acerque mis labios a su oreja para poder decir con suavidad...

-Tú también me gustas gege.

Note como mi interior daba un vuelco enorme al admitirlo, como la parte inferior de mi mandíbula temblaba de puro nervio y como inconscientemente tragaba saliva pues mi boca había comenzado a producirla a mansalva.

Aproxime aun más mis labios a su oreja y bese la esquina donde está y la mandíbula se juntaban, besando tanto su cuello como su pelo también.

[Hunhan] LuminescentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora