MÓNICA ( MARIANA )

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POV RAYMOND STEELE
Mi última noche con Carla fue fenomenal pero todo tiene un fin. Por la mañana fui a dejarla donde se esta quedando y con seguridad puedo decir que ya estamos en paz pero se que en el fondo se arrepiente de haberme delatado con la policía, hoy por hoy estoy afuera de la casa de Mariana Adams, finalmente me decido por tocar el timbre de la puerta.

-¡Analidia hija!- Grita del otro lado de la puerta -De nuevo olvidaste las llaves- Abre la puerta

-Vete- Comienza a cerrar la puerta

-Mariana- Impido que cierre -Debemos hablar es urgente

-Solo cinco minutos así que pasa- Abre la puerta dejándome pasar -Toma asiento

-Gracias- Me paso a su casa y tomo asiento como lo indico -Realmente no sé cómo comenzar porque fui un hijo de perra contigo- Suspiro -Mariana

-Soy Mónica

-Lo se- Susurro -Se que te cambiaste el nombre pero yo te conocí con un nombre diferente

-Ray ve al grano mi marido y mi hija no deben tardar además no quiero problemas con Carla

-Solo vine a decirte que me perdones fui un imbécil contigo y con mi hija desearía haber actuado diferente o que el dinero comprará el pasado para así poder cambiarlo

-Te perdonó- Susurra -Te lo digo de corazón pero dime a que viene ese arrepentimiento porque tú no eres así

-Carla me denuncio a la policía así que saldré del país y quiero despedirme, disculpar mis errores principalmente con mis hijas

-Ya te dije te perdonó pero no puedo hablar por Analidia, ella es como tú, rencorosa y necia- Se ríe -Le hiciste falta Ray- Suspira profundamente -Hay cosas como bien dijiste que el dinero no puede comprar como el tiempo y para Analidia, Jorge su padre

-Yo soy su padre- La interrumpo

-Biologico Ray- Murmura -Sin embargo Jorge fue verdadero padre y si no tiene tus millones pero le dió amor, protección, un hogar y estuvo ahí cuando más lo necesito ella

-Yo le mandaba dinero- Murmuró -Pague el campamento a Francia, su universidad y ahora por eso es la mejor nutrióloga de Seattle

-El dinero no compra lo que Jorge le dió, te perdiste su nacimiento, sus primeros pasos, su graduación de la universidad que pagaste

-Me dedique a la búsqueda de Ana

-Como ya te dije te perdonó aunque si he de confesar yo te perdone hace años cuando nació mi Analidia

-¿Qué?- Frunzo el ceño

-Te amaba pero cuando me dejaste comencé a guardarte resentimiento yo deseaba tu muerte pero si no me hubieras dejado jamás habría formado está bella familia que tengo yo obtuve lo que tú no, obtuve los mejores recuerdos a lado de quienes son el amor de mi vida, cuando nació Analidia te perdone por darme una bebé preciosa por brindarme la oportunidad de corregir mi camino, una vez que te perdone Jorge y yo decidimos elevar nuestra relación por supuesto que el me aceptó con Analidia sabiendo que no era el padre- Suspira -Yo estaba cansada de mentir así que le conté todo hasta el como terminamos tu y yo Ray

-Gracias Mariana por perdonarme, no sabes cuánto significa para mi- Murmuró con nerviosismo -Te importa si espero a mi hija

-Para nada y disculpa si no reaccione bien al ver a Carla creí que estaba mal

-¿Mal?- Frunzo el ceño

-Yo fui la que le dijo a Christian que Carla estaba en una clínica de salud mental al principio supuse que había extraviado a su hija y que había enloquecido pero a la larga saque una conclusión, que tú la habías encerrado ahí por aquella nota amarillista

-Asi es- Suspiro -Cuida de Ana ella te estima mucho Mariana pero sobre todo adora a su hermana

-Ray no lo dudes pero si te soy sincera no estoy muy segura de que hables con mi hija

-¿Por qué no?

-La última vez regreso devastada, me dijo como la llamaste, tal vez para ti sea una bastarda pero para mí es lo más maravilloso que pudo haberme sucedido

-A estas alturas me arrepiento de mucho incluyendo el haberla llamado así realmente solo espero que me perdone

La puerta de la entrada se abre dejando ver a mi hija con Jorge el esposo de Mariana.

-¿Qué hace aquí este tipo Mariana?- Dice Jorge como tono molesto

-Si mamá que hace hace aquí- Murmura Analidia

-Solo vino a hablar- Susurra -El y yo ya limamos las perezas ahora creo que deben hablar Analidia

-No hay nada que hablar

-Hija, por favor- Susurra Mariana

-No, mamá- Murmura cruzada de brazos con un gesto de furia -Ya nos dijimos bastante este señor y yo

-Analidia- Me pongo de pie -Entiendo realmente que estés molesta pero solo quiero cinco minutos de tu tiempo, cinco minutos a cambio de todos esos años que no estuve a tu lado el tiempo no perdona y ahora lo sé

-Suba señor vamos a mi recámara- Indica  relajando su postura

Analidia y yo subimos a su recámara la cual es algo espaciosa, sus paredes son de color gris.

-Tienes cinco minutos Ray- Murmura

-Antes que nada quiero pedirte perdón se que no he Sido un buen padre contigo y que el dinero no puede comprar eso

-Ray yo sé que tú nunca me quisiste pero no te preocupes porque con Jorge nunca me hizo falta el amor de un padre así que no te mortifiques

-Analidia eres mi hija

-Mi abuela- Murmura -Era de origen mexicano, ella decía mucho un dicho al cual le encuentro bastante pero bastante significado cada vez que recuerdo que tengo dos padres - Suspira -Que padre no es quien pone la semilla si no el que hace crecer el árbol y no sabes cuánta razón tenía mi abuela

-Analidia yo me arrepiento de no haberte tomado en cuenta pero debes entenderme

-Si, claro- Susurra -Entiendo- que yo solo fui un error en tu vida

-¡Cielos!- Alzo la voz -Escuchame bien- La sujeto por los hombros -Te amo hija mía, tú, Ana y mis nietos son muy importantes

-Para bien o para mal eres mi padre- Dice en un susurro -Te perdonó Raymond y te tengo afecto pero no pretendas ocupar el lugar de Jorge porque jamás se podrá

-Lo sé y lo acepto- Abrazo a mi Analidia

***

Mi tiempo expiró pero antes debo firmar mi nuevo testamento, Marco va llegando justo a la hora acordada en el bar.

-Hola Ray- Murmura -Aquí tienes tu nuevo testamento solo debes firmarlo

-Gracias Marco- Murmuró firmando -No sé si te volveré a ver pero si no lo hago quiero que sepas que eres por mucho mi mejor amigo- Suspiro -Te quiero amigo- Entrego el testamento ya firmado

-Ray te visitaré en Melilla y tal vez para esas fechas todo se olvide y puedas volver

-Amigo mío no soy imbécil ni me haré el bobo tanto tú como yo sabemos que Galindo me debe estar buscando para matarme así que no volveré a Seattle

-Esta noche en el helipuerto te esperara Ángel un piloto de confianza para llevarte a Melilla

Me tomo mi último trago de whisky.

-Por cierto Ray supe algo importante

-¿Qué Marco?- Pregunto

-Hoy a medio día tu hija Anastasia será un mujer libre- Suspira -Saldra del penal

Mis ojos se hacen grandes al mismo tiempo que mi corazón palpita fuertemente.

CORAZONES INVENCIBLES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora