Pasaron las semanas. Harry no volvió a tener noticias de Toby. Sin visitas, sin rumores y sin cambios. Nadie apareció para rescatarlos, nadie arregló todo.
Nada había cambiado, excepto que Harry estaba solo y era su culpa.
Si Harry no hubiera abierto la boca, si no hubiera hablado por curiosidad, Toby nunca se habría ido. Harry se habría contentado con escuchar al hombre. Ahora sentía que la culpa carcomía sus entrañas hasta que se sintió vacío y frío.
Con cada nuevo experimento, con cada día que yacía retorciéndose en esa maldita mesa, o acurrucado en la esquina de su jaula, llorando de dolor, sentía que debía de merecerlo. Había intentado aferrarse a esa pizca de felicidad en su vida. A mejorarla. Quería hablar con Toby tanto como Toby quería hablar con él. Y lo había arruinado.
Las pesadillas de Harry empeoraron. Soñaba con dolor, soñaba con que lo despedazaban y lo diseccionaban, y luego soñó con Toby en esa mesa mientras alguien le decía "esto es tu culpa". Escuchó a alguien gritar. Una mujer casi familiar estaba en esa mesa. Ella era la que gritaba. Esto es culpa tuya.
Y fue entonces cuando conoció al hombre pelirrojo por primera vez.
Harry se despertó bruscamente de su intranquilo sueño cuando la puerta de la sala de examen se abrió de golpe. A diferencia de lo normal, Harry fue llevado inmediatamente a la sala de examen. Esto había sucedido algunas veces antes, donde tuvieron que prepararlo para un experimento antes de lanzarlo a uno. Esta vez, le estaban haciendo beber una poción increíblemente agria que hizo que su rostro se sintiera caliente. Rápidamente, se dio cuenta de que de alguna manera lo estaba enfermando. Harry no estaba seguro de que era lo que le habían dado, pero lo mareó, hizo que se le hinchara la garganta y se sintiera increíblemente frío, especialmente ya que no habían mantas en la implacable jaula de metal. Harry estaba temblando sin parar.
Vio a alguien siendo arrastrado, lo que no habría sido nada nuevo, si no fuera por el hecho de que el hombre se reía y que era Basil quien lo arrastraba, el único científico que casi nunca visitaba la sala de examen.
Este hombre, su cabello era de un color rojo oscuro, largo y suelto, cayendo sobre sus hombros, se reía en voz baja. Harry reconoció la mirada aturdida en su rostro; todavía estaba saliendo de los efectos de la poción adormecedora, pero Harry nunca había visto a nadie aquí reír, fuera del más sádico de los científicos, lo que lo limitaba a Basil y, en menor grado, a algunos otros. De hecho, por una vez, Basil parecía tener una mirada amarga en su rostro, usando su varita para abrir la jaula junto a la de Harry y empujando al pelirrojo dentro, antes de cerrarla de golpe. Este hombre todavía se reía, una risa perezosa y soñolienta. Su labio estaba roto y sangrando, y parecía que sus pies habían sido aplastados, los huesos rotos, y por las lágrimas inconscientes en la esquina de los ojos de este hombre, dolía más de lo que parecía. Aun así, este hombre se reía.
—¡Cállate!— Espetó Basil, golpeando la jaula. Cuando el pelirrojo no cedió, metió la mano y agarró los pies aplastados. Eso hizo que soltara un agudo grito de dolor, pero cuando pasó, volvió a reír entre dientes.
El agarre de Basil se apretó y las risas se hicieron más claramente forzadas, saliendo en jadeos de dolor. Después de un momento, Basil pareció satisfecho con la intensa agonía que comenzaba a apoderarse de los rasgos del hombre.
—Voy a romperte— Le espetó Basil, dejando ir al hombre.
—¿Le dices eso a todos los sujetos de prueba?— Dijo el pelirrojo entre jadeos de dolor, sonriendo a través de estos. —¿O solo a los lindos?
La mirada amarga de Basil había regresado y golpeó la jaula de nuevo, saliendo furioso de la habitación con las risas del pelirrojo siguiéndolo.
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Bajo La Superficie
FanfictionEsta es una traducción autorizada de "Under The Surface", fanfic de la autoría de Mellow_cello quien amablemente me permitió traducirlo y subirlo tanto a AO3 como a Wattpad, ¡vayan a darle mucho amor a su cuenta en AO3! Resumen: Harry Potter había s...