Bajo La Superficie

Capítulo 6: Auto-Compromiso

Harry nunca se había sentido tan libre antes. Nunca, ni una sola vez en su vida, se había sentido tan increíble e imparablemente libre, deleitándose con la sensación de moverse a gran velocidad al darse cuenta de que podía ir a cualquier lugar que quisiera y nadie podía detenerlo.

Sus alas se arquearon y atrapó una corriente de aire, impulsándolo hacia arriba. Las copas de los árboles le hacían cosquillas en sus pies descalzos mientras descendía, los dedos de los pies se arrastraban a lo largo de los árboles de hoja perenne mientras se lanzaba en picada hacia abajo, deslizándose a lo largo de sus formas, viendo su sombra reflejada en el verde, antes de batir sus alas, moviéndose más y más alto, su cabello, oscuro y enmarañado, azotaba su pálido rostro, los brazos pegados a los costados, las piernas presionadas hacia su cuerpo.

Era una mañana nublada, el vuelo se hizo más fácil mientras se deslizaba, sintiendo que Avice lo maniobraba naturalmente contra el viento como si siempre se hubiera sentido tan libre, como si nunca le hubiera tenido miedo a las alturas. Y sorprendentemente, Harry confiaba en ella y tampoco le asustaban las vertiginosas alturas, incluso cuando los árboles se volvían pequeñas briznas de hierba muy por debajo de sus pies y su rostro se asomaba por encima de las nubes.

Llenándose los pulmones con el aire frío que le picaba en la cara, el pecho y los dedos de los pies mientras el sol brillaba en sus ojos, dejó escapar una fuerte exclamación, en algún lugar entre una risa, un grito y un sollozo, el último de los cuales se hizo realidad rápidamente cuando las lágrimas brotaron de su rostro, tal vez en parte por el frío, pero ciertamente y sobre todo por la prisa de todo.

Su cuerpo se inclinó y se giró hacia los lados, las puntas de sus alas cortaban suavemente las nubes debajo de él, y giró su rostro del flujo de nubes hacía cielo sobre él, enviando una sensación de vértigo a través de su cuerpo mientras miraba hacia arriba, a un vasto océano azul con suaves motas de delgadas nubes que aún se cernían más alto que él.

Se inclinó aún más y dobló las alas, cayendo hacia atrás en las nubes, la niebla cubría su cuerpo de humedad mientras él reía y lloraba y caía antes de girar fácilmente de nuevo y salvarse, haciendo un gran arco hacia arriba, emergiendo de nuevo por encima de las nubes y subiendo, aun más, sus oídos zumbaron, subiendo cada vez más hasta que pudo ver la curva de tierra en la distancia.

Dejó escapar un lento suspiro, cerró los ojos y se deslizó una vez más, sintiendo el aire helado cortando profundamente, pero sintiéndose en paz. Presiono los brazos sobre su pecho y sintió lo que había debajo. Junto a su propio corazón, otro diminuto latía más rápido que el suyo, mostrando un signo de vida diferente al suyo. No estaba solo aquí.

Extendiendo los brazos hacia afuera, pasó la punta de los dedos por sus apéndices emplumados, presionando sus brazos contra el calor de sus propias alas, sintiendo los músculos hacer pequeños ajustes y correcciones casi naturalmente, siguiendo deslizándose en su curso con la más simple facilidad.

Y de repente, su brazo derecho se fundió con su ala derecha, y sintió como era sacado abruptamente de su estado de paz. Tiró de los brazos hacia sí mismo, pero el movimiento trajo consigo su ala derecha, enviándolo hacia abajo a una velocidad alarmante.

Podía oír la sangre pasar por sus oídos mientras intentaba corregirse a sí mismo, pero estaba perdiendo el control, y el pánico ante la repentina restricción de su brazo le estaba dificultando el concentrarse.

Pateó con sus pies salvajemente, tratando de usar sus alas o sus brazos o cualquier cosa en su poder para corregir el salvaje movimiento mientras se lanzaba hacia la Tierra a velocidades cada vez mayores, la tierra y el cielo cambiaron de lugar una y otra vez hasta que pensó que podría estar enfermo.