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--Lee, espera.

--¿Por qué nos detenemos? 

--Tenemos que esperar a Neji. Aun no ha llegado junto con los demás muchachos.

--Ellos se quedaron atrás. Tenemos que llegar a la meta.

--Lee... --Con la respiración agitaba, sentí imposible continuar-- No puedo seguir... Descansemos --Afinqué mis rodillas sobre el suelo rocoso, sujetando con fuerza el recipiente de agua.

La cuestión era esta: Habíamos planificado una gran salida con todos los miembros de la élite a unos de los cerros más altos de Konoha. Para mí mala suerte, Lee me arrastró con el pretexto de que lo acompañará a orinar en uno de los arbustos más alejados de todos.

No se equivoquen, yo no orine con él. Solo lo esperé para hacerle compañía y que pudiera expulsar su desdicha en paz.

--¿¡Ya terminaste!? ¡Te estás tardado mucho! --Grité con molestia, obligándolo a que se apresurará y prosiguiéramos el camino.

--¡Voy! --Él, muy sereno, salió del arbusto con una notable sonrisa de satisfacción por liberar lo que tanto le atormentaba-- ¡Ahora sí estoy listo para continuar con la subida! Vámonos, Tenten. ¡Hay que continuar para alcanzar a los chicos! 

Para nuestra desgracia, ninguno de los dos sabíamos qué estábamos haciendo, pues, en el momento que intentamos alcanzar a los demás, nos perdimos como los propios idiotas. Ningún camino se parecía al del mapa, y, para colmo, ni siquiera sentíamos que estábamos en terreno conocido. Acto seguido, gritamos, caminamos y era como si estuviésemos completamente solos en las llanuras.

No pasó mucho tiempo hasta que a Lee se le ocurriera una brillante/pésima idea.

--¡Aceleremos más el paso para encontrarlos, Tenten! 

--¡No Lee! ¡Ni siquiera sabemos en dónde estamos! ¡Podemos perdernos aun más si seguimos avanzando sin rumbo fijo!

--Mmm... Entonces, en ese caso... ¡Regresemos al punto de partida! 

--Puede ser una buena idea, pero... ¿Qué? ¡Lee espera!

Él inició el recorrido sin avisarme, temiendo lo peor de seguir perdiéndonos por sus estupideces.

Corrimos tan rápido que me estaba quedando sin energía. La única esperanza en este momento era insistir para que se detuviera, pero que va...

Fue peor el remedio que la enfermedad, ya que se motivó en seguir un trayecto desconocido, creyendo que mis advertencias eran una especie de reto que medía su resistencia. Acto seguido, Rock Lee armó las reglas de la supuesta competencia, dónde el ganador se proclamaría victorioso al llegar hacia la meta (En este caso, la entrada del cerro).

Era ilógico lo que quería hacer. Estábamos perdidos. Yo estaba tan cansada que ya no podía más.

Sugerí la idea de quedarnos quietos y así esperar a los muchachos, pero que va. Me ignoró como siempre, corriendo hacia la vegetación y perdiéndose entre ella.

De repente, unas filosas agujas se incrustaron inesperadamente en un árbol cercano a mi ubicación. Cuando giré mi cabeza hacia allá, me di cuenta de la verdadera mala suerte que tenía: Enemigos, lo que faltaba.

Unos hombres encapuchados me rodearon, percibiendo entre sus diálogos una extraña situación de que yo era su verdadero objetivo.

¿Qué diablos? ¿Qué querían de mí?

--¡Quítenle el pergamino que tiene en su espalda! 

Me sentí atemorizada de golpe, siendo atacada por dos de ellos que sufrieron mi esquive.

Lancé el pergamino a los cielos con la idea de usarlo en su contra y así lograr escapar. Eran demasiados para combatirlos yo sola. Me superaban en número y no conforme con eso, Rock Lee había desaparecido.

Unas púas se incrustaron en el trayecto rocoso mientras corría, percatándome que contenían un líquido púrpura perjudicial para el cuerpo.

Veneno.

--¡Ataquen! 

Una cantidad de púas se agruparon en mi contra, obligándome a protegerme con mi asombroso armamento de protección.

Luego de su ataque respondí esparciendo las mismas púas con un movimiento rápido hacia todos ellos, consiguiendo lo que quería.

Aproveché el momento oportuno para correr y librarme de sus garras, hasta que sentí el inmenso dolor enterrado en mi tobillo derecho.

Un quejido me paralizó. Esto era malo, muy malo. Una púa venenosa me había tocado. Estaba claro que sólo me quedaba unos minutos de vida si no me trataba con un antídoto.

Para mi buena suerte, tenía guardado varias jeringas en el pergamino de mis manos, que casi se me fue arrebatado por otro ataque sorpresa.

Agitada y preocupada por el destino que me deparaba, los hombres se agruparon para aventajarse a obtener lo que querían de mis fuertes brazos.

Como último recurso, incrusté un kunai cubierto de veneno que conseguí en el suelo en una de las piernas del enemigo como acto desesperado.

Los gritos resonaban por toda el área, principalmente por unos que provinieron de un joven que los golpeó con su magnífico Taijutsu.

"Lee... Por fin..."

Los intrusos defendieron a su líder herido con el mismo talento de mi compañero ninja. A pesar de que Rock Lee era un master en el arte, los tipos le llegaban por varias direcciones.

Yo sabía que no eran los únicos en participar. Había otros malhechores que estaban escondidos a pocos metros de distancia. Casualmente visualicé a uno de ellos que estaba preparado para lanzar más de esas púas filosas infectadas a su dirección.

Utilicé el último esfuerzo permitido de mi cuerpo para defender a Rock Lee con el lanzamiento de varios shurikens hacia ese hombre que se incrustaron velozmente en su brazo. Como respuesta, el enemigo disparó las púas hacia mí, sintiendo que era mi fin.

En cuestión de segundos, fui protegida por una gran fortaleza de chakra que desvió las filosas púas por todo el bosque.

Era él; aquel rayo de esperanza que creí perdida con sus grandes dotes naturales, donde sus ojos brotados gracias al Byakugan me protegían de cualquier atentado hacia mi bienestar.

Neji dejó de girar y volteó hacia mí, preocupado por verme en este estado tan deplorable, al punto que ni siquiera podía permanecer despierta. Estaba tan desorientada que, su boca articulaba palabras que no comprendía.

Lo último que pude ver fue la llegada de todo el grupo ninja al área, seguido de una mano delicada apoyada sobre uno de mis hombros.

Aquellos ojos verdes de Sakura fue lo único que vi antes de caer desmayada.

Tus facetas  [Nejiten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora