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Mi pulso perfecto sostenía un recipiente que contenía el detonante del humor.

Al sostenerlo y saber de su contenido, Neji conocerá la verdadera molestia de su vida.

Las maliciosas risitas inundaban mi mente, encarando mis verdaderas intenciones de verlo enojado.

Las recurrentes advertencias de que me detuviera corrían por mi mente, pero, al fin y al cabo, trataba de ser positiva.

No iba a retroceder. Tenía que presenciar su lado amargo estando consciente de las consecuencias de mis actos.

El paseo por las calles fue divertido. Saltaba entusiasmada con una melodía "La, la, la" saliendo de mi boca, hasta que de repente noté la presencia de una cabellera larga acercándose a un banquito en solitario.

Velozmente me oculte detrás de un árbol, siendo testigo de su presencia sentada en el banquito.

Era él, podía asegurarlo.

Esa larga melena con su tez de piel blanca, me confirmaba que la presa estaba lista para ser cazada.

Di la iniciativa al colocar el recipiente a su lado con sigilo. Me escabullí de regreso hacia mi posición original detrás del tronco, y permanecí quieta, expectante a su próxima acción.

Tomó su tiempo, pero luego de que él dejará de hablar consigo mismo, se percató del recipiente a su lado para luego cogerlo.

Junté mis manos con malicia casi cerca del resultado; podía saborear lentamente mi victoria.

Dicho y hecho. El recipiente expulsó una gran cantidad de pintura en polvo que abarcó gran parte de su rostro.

Por consiguiente, él gritó enfadado, realmente irritado.

Su voz era más aguda. Nada comparado a la Neji. Abrí mis ojos de par en par al creer lo peor del momento, y salí disparada hacia el banquito, confirmando mis sospechas: No era Neji. Era un aldeano idéntico a él.

--¡Oh, Dios mío! ¡Discúlpeme! --Expresé muy intranquila, cubriendo mi boca con una asombrosa vergüenza.

--¡Te lo dije! --Regañó mi consciencia.

Agité mi cabeza para seguir viendo mi desgracia.

El rostro del señor completamente cubierto de polvo rosa, le irritaba la vista. Obviamente sus gritos tensaban más el ambiente y mis nervios.

--Señor, discúlpeme, pero... Yo... No quería hacerlo... 

--¿¡Quién diablos eres tú!? ¿¡Eres la culpable de todo esto!? --Recogió desesperadamente su recipiente de agua para arrogárselo a la cara y quitarse el mayor rastro de pintura.

--¿Tenten? --De pronto, una voz grave acentuó mis nervios. Giré hacia atrás para luego darme cuenta que era él-- ¿Qué está sucediendo aquí?

--Neji... 

Varias personas se aproximaron hacia nosotros, convirtiendo mi error en un perfecto show por los insistentes gritos del señor.

--¡Tú, mujer! ¡Por tu culpa estoy así! 

--Señor, discúlpenme muchísimo. No fue mi intención ser tan descortés. Solo perdóneme, por favor --Realicé mi súplica con la unión de mis manos mientras me acercaba a auxiliarlo--. Permíteme ayudarlo para... 

--¡No! --Rechazó mi iniciativa con un fuerte empujón, siendo atajada por las fuertes manos de mi mejor amigo que se adelantaron para rescatarme de una caída.

--Discúlpeme, pero no permitiré que le falte el respeto así a una mujer --Neji se acercó a él con una entonación fuerte después de separarse de mí con la intención de interponerse entre nosotros dos.

Su postura era seria. Elevó su otro brazo para distanciarme y que permaneciera lejos de esto.

Lo que podría funcionar para bajar la histeria de ese hombre, lo empeoró en cuestión de segundos: El señor se enfureció, alzándole la voz mientras le propiciaba un fuerte empujón en sus hombros.

Me preocupé. Quería intervenir, pero Neji se adelantó al intentar calmar la furia de ese hombre con un dialogo, pero el sujeto más se empecinaba en querer herirlo.

Pobre ingenuo. Para su desdicha, se estaba enfrentando a uno de los ninjas más fuertes en el arte del combate cercano de nuestra generación.

No fue sorpresa que Neji detuviera su ataque con un fuerte agarre de una de sus muñecas para inmovilizarlo con facilidad. --No quiero causarle problemas. Así que, por favor, acepté las disculpas y no lleguemos a la violencia.

El sujeto forcejeó entre su agarre, rehusándose. Sin embargo, se detuvo en seco al reconocer la verdadera amenaza que tenía al frente de sus ojos cuando vio el Byakugan activado, terminando por tragar fuerte y separándose de inmediato con temor.

La tensión en el ambiente se apaciguó en cuestión de segundos cuando el hombre decidió salir huyendo de ahí, pudiendo respirar en paz, además de ser testigo del carácter de Neji, y una de sus facetas más llamativas de todas:

Su protección.

Tus facetas  [Nejiten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora