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Greco abrió la puerta de su departamento, dejando pasar al pequeño grupo entre suspiros de alivio.

De momento estaban a salvo.

—Mi compañero está en el salón, encargándose de las armas— habló el barbudo, para luego sonreír— Es un poco borde, pero no os asustéis.

Gustabo se mantuvo de último en todo momento. Todavía no había abierto la boca desde el incidente con aquel alfa, y eso todos lo habían notado, pero no querían presionarle. Sabían que necesitaba su tiempo.

—Buenas— dijo en un tono seco un hombre que descansaba en una mesa, montando el arma que tenía entre manos.

—Él es Brown, mi compañero.

El hombre les dedicó una corta mirada, exceptuando a Conway. Parecía sorprendido de verle allí, sin embargo, consiguió disimularlo.

—Tomad asiento— dijo señalando los sofás—Bien, en cuanto a la información— aclaró su garganta bajo la atenta mirada de los dos ex-policías— Os estabais dirigiendo a una emboscada todavía más grande, han cambiado a Smith de posición y lo han trasladado a las afueras de la ciudad. Les tienes con los cojones en la garganta, eh super.

—Entonces, ¿ya no está en la sede?— preguntó Conway con el ceño fruncido.

—Pues no, pero sabemos dónde se encuentra, os podemos llevar— habló esta vez Brown.

—A ver— interrumpió Horacio— Parece que lo tenéis todo muy bien planeado y todo eso, pero a Gustabo y a mi nos haría falta un poco más de información. Para ayudaros necesitamos saber a qué nos enfentamos.

—Os recuerdo que los que quisisteis venir de forma voluntaria fuisteis vosotras, nenas— respondió Conway seco, para luego suspirar y hablar más calmado— ¿Sabéis quién es Jacob Smith?

—Es el que sale por la tele, ¿no, Gustabo?— preguntó el de crestas a su hermano, el cual se mantuvo todavía callado, escuchando lo que los alfas decían en completo silencio.

—Sí, es ese. Actualmente es el que maneja el tema de la Purga en el Gobierno, y sus métodos no son muy legales que digamos. Es decir, cualquiera que se oponga se puede dar por muerto.

—¿Me estás diciendo que de no ser por ese hombre, el Gobierno prohibiría la Purga?— habló Gustabo por primera vez, sorprendiendo a todos— No me lo creo. En el Gobierno hay mucha gente poderosa, no solo ese tal Smith.

—Me come los cojones que no te lo creas— respondió Conway en su tono habitual— Esa es la realidad, y mi misión es acabar con él, y por ende, con la Purga.

—Esos hombres uniformados que nos tendieron la emboscada, y los que nos intentaron secuestrar, trabajan para él, me imagino.

—Imaginas bien— habló esta vez Greco— Están intentando acabar con Conway de todas las formas posibles.

Entonces los alfas empezaron a discutir una buena táctica para llegar a aquel lugar sin ser vistos y, sobre todo, vivos. Gustabo, sin embargo, no quería tener que arriesgarse más, no después de lo que acababa de vivir. Empezaba a encontrarse mal, sintiendo cómo su temperatura corporal iba cada vez más en aumento. Necesitaba desesperadamente llegar a un sitio seguro en el que poder pasar lo que quedaba de noche.

—Habéis dicho que está a las afueras de la ciudad, ¿no?— preguntó disimulando su malestar.

—Sí, más concretamente...— Greco se levantó y sacó de una estantería un mapa, que extendió en la mesa de aquella sala, señalando un punto en él— Aquí.

Gustabo se levantó para observalo mejor. El punto señalado no quedaba muy lejos del Refugio al que los dos omegas planeaban ir en un principio.

—Nosotros antes de que empezara esta noche de mierda, intentamos llegar ahí— lo señaló en el mapa— Pero nos lo impidieron— soltó un corto suspiro antes de continuar— Sé que puede ser un retraso en vuestros planes, pero si nos pudierais dejar por esa zona os lo agradeceríamos. Os ayudaremos en todo lo que podamos hasta llegar ahí.

𝑲𝒊𝒍𝒍 𝑱𝒂𝒄𝒌  |Intenabo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora