12 horas de Purga. 12 horas en las cuales cualquier crimen es legal.
¿Qué pasará cuando Gustabo y Horacio, dos omegas indefensos, no consigan llegar al Refugio antes de que el infierno comience?
¿Qué pasará cuando se encuentren con dos alfas ya cans...
A lo largo de este capítulo aparecerá este símbolo [¤¤¤] para que podáis reproducir la canción acorde con la escena.
Gustabo descansaba en el pecho de Conway mientras este veía la tele, aunque, en realidad, no le estaba prestando mucha atención. Su atención estaba puesta en las delicadas caricias que dejaba en el brazo del menor.
Habían pasado ya unas cuantas horas desde el final de la Purga, la última Purga, y, por fin, podían descansar. Se encontraban todos en el piso de Conway, el cual, por suerte, no había sufrido daños.
La vista de Gustabo se desvió al otro lado de la sala, donde Horacio hablaba tímidamente con Volkov, quien sonreía de vez en cuando al notar los nervios del de cresta.
—Eres el primer omega que conozco que se enfrenta así a unos alfas— habló recordando el momento en el que aparecieron con los uniformes de los hombres de Smith.
—Bueno— rió aún más nervioso y sin saber exactamente qué decir— No teníamos otra opción— se hizo un silencio en el que Horacio pensó en si debía continuar o no hasta que por fin se decidió— Además...estabas en peligro.
El ruso amplió su sonrisa y llevó su mano a la sonrojada mejilla del menor, quien notaba un sudor frío recorrerle la espalda.
—Так я всегда представлял себе свою омегу.
El de cresta frunció el ceño confuso, a lo que Volkov rió, sabiendo que no tenía ni idea de lo que le acababa de decir.
—¿Qué...?
Entonces Gustabo apartó la vista de la pareja al escuchar algo en la televisión que le llamó la atención.
—Hoy, tras casi una década de Purgas, los Posterums de todas las ciudades han sido clausurados para siempre— decía una mujer mientras salían imágenes de cómo estos eran precintados.
El corazón del rubio se encogió al ver el Posterum en el que habían estado ellos, y en donde había visto por primera vez a aquel alfa tan asqueroso que había intentado morderle. Entonces dejó de mirar la tele para levantar un poco la vista y encontrarse con el rostro de Conway. Gracias a él no le había mordido. Sonrió feliz mientras analizaba en profundidad su cara, cada cicatriz, cada arruga, cada imperfección... Aunque para Gustabo no había nada imperfecto en aquel hombre. Entonces, vio cómo Conway fruncía el ceño y se ponía tenso sin despegar la vista del televisor.
Gustabo, alertado por aquella reacción, volvió a centrarse en la tele.
—Noticias de última hora— hablaba la misma mujer algo alterada— Nos informan de que hay gente tomando las calles, seguidores de Jacob Smith y de la Purga— las imágenes de algunas calles destrozadas y edificios ardiendo comenzaron a retransmitirse.
—Chicos— llamó Gustabo incorporándose en el sofá y sin perder detalle de lo que ocurría.
Los aludidos se unieron al par, notando sus miradas preocupadas.
En la televisión dejaron de verse las calles para ver cómo las personas gritaban y asesinaban a cualquiera que se les pusiera delante.
—¿Qué coño?— murmuró el ruso sin creerse lo que estaba viendo.
Entonces una de aquellas personas se acercó a la cámara de forma enfurecida, y la retransmisión se cortó de golpe. La imagen de la mujer de los informativos apareció, tenía la cara pálida y los ojos muy abiertos por lo que acababa de ver. Justo cuando iba a hablar, un fuerte sonido hizo que pegara un salto.
—¿Qué ha pasado?— preguntó Horacio atento.
Unos gritos comenzaron a escucharse y la mujer levantó las manos. Los temblores en estas hicieron que un escalofrío recorriera la columna de Gustabo.
—No— murmuró, justo antes de mirar a cámara y hablar— Que Dios esté con vosotros.
Y un disparo lo llenó todo de sangre. La pantalla se volvió azul y un pitido comenzó a sonar, dando por finalizada la retransmisión.
Conway apagó la tele y se levantó decidido.
—Coged cada uno una mochila y meted sólo lo necesario— dijo mientras empezaba a caminar— Nos vamos.
Tanto Horacio como Volkov obedecieron de inmediato, pero Gustabo se mantuvo sentado, todavía procesando lo que acababa de pasar. Mientras todos corrían de un lado a otro en aquel piso, el rubio se levantó, aún en shock, y se acercó a la ventana.
—Conway— llamó sin apartar la vista.
Este se acercó rápido, quedándose estático en cuanto apartó la cortina para poder ver lo que el omega estaba viendo. El otro par pronto dejaron de hacer lo que estaban haciendo para unirse a Gustabo y a Conway.
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Tras la ventana, los edificios se veían en llamas, más de los que se podían imaginar por lo que habían visto por la televisión. Se oían tiros sin parar, por no hablar de los gritos de furia y terror que conseguían ponerle la piel de gallina a los allí presentes. Un ruido que parecía acercarse les llamó la atención, hasta que en su campo de visión apareció un helicóptero, al cual seguía una columna de humo hasta que acabó estrellándose unas calles más adelante.
Conway miró a Gustabo, viendo el miedo en sus ojos.
Había vuelto a empezar.
Pero, esta vez, era mucho peor.
[𝙻𝚊 𝚐𝚞𝚎𝚛𝚛𝚊 𝚑𝚊 𝚌𝚘𝚖𝚎𝚗𝚣𝚊𝚍𝚘]
𝚂𝚎𝚐𝚞𝚗𝚍𝚊 𝚝𝚎𝚖𝚙𝚘𝚛𝚊𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝙺𝚒𝚕𝚕 𝙹𝚊𝚌𝚔, 𝚢𝚊 𝚎𝚗 𝚖𝚒 𝚙𝚎𝚛𝚏𝚒𝚕.
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¡¡He vuelto, y las portadas hechas por tcnneo también!!❤
Espero que lo disfrutéis tanto como con Kill Jack, me hace mucha ilusión presentaros por fin la segunda temporada♡
