Greco había estado conduciendo durante aproximadamente media hora, intentando salir de aquella ciudad, a ser posible, de una sola pieza. Y así fué, o por lo menos, durante gran parte del trayecto.
La calle que debían seguir se hallaba llena de vehículos que obstruían su paso. Gustabo, el cual ya se encontraba mejor, no pudo evitar recordar que aquella misma situación le había ocurrido horas atrás, cuando intentaron salir de la ciudad.
¿Habían estado impidiendo que los omegas llegaran al Refugio?
—Bien— hablo Conway— Seguiremos a pie, el Refugio no queda muy lejos.
Se escucharon murmullos por parte de Brown, pero el resto del grupo hizo todo lo posible por ignorarlo. Aquel alfa era como un grano en el culo, daban gracias de que no lo volverían a ver al acabar aquella noche.
De pronto, unas voces se escucharon a lo lejos.
—¡Esta es la noche de la catársis!— una mujer gritaba desde lo alto de un edificio— ¡Estados Unidos, una nación renacida!
Horacio tembló ligeramente ante aquellas palabras. Parecían estar dichas desde un megáfono.
—Cuidado— susurró de nuevo Conway— Peguémonos a los edificios, podrían haber tiradores.
Y así hicieron. Intentaron cubrirse todo lo posible, teniendo en cuenta los obstáculos que debían sortear. A tan solo unos metros de ellos se encontraba un coche calcinado, con varias personas fallecidas a su alrededor. Su indumentaria hacía saber que se trataba de purgadores, pues llevaban disfraces exéntricos y pinturas en la cara y cuerpos.
Pasaron por el lugar, sorteando los cadáveres, cuando Gustabo decidió mirar dentro del vehículo. Había otro purgador ahí metido, sin embargo, al rubio le extrañó ver que su cuerpo se encontraba en perfectas condiciones, mientras que el coche a penas mantenía su estructura en pie. ¿Le habrían asesinado después de que el vehículo se calcinara?
Sus preguntas quedaron resueltas en el momento en el que unos gritos se hicieron presentes. La gente que estaba ahí se levantó, abalanzándose sobre ellos, mientras otros tantos aparecían de entre los coches o incluso los callejones.
—¡Mierda!— gritó Horacio mientras intentaba sacarse a uno de encima, el cual le intentaba clavar un cuchillo.
Conway empezó a disparar, consiguiendo librarse de alguno, pero no de los suficientes.
—¡Jack!— gritó una de las chicas que habían visto antes tirada en el suelo— ¡Es Jack!
La misma chica sacó un arma de su bolsillo lista para herir al alfa, pero éste fué más rápido, abatiendo a aquella mujer antes de que consiguiera siquiera apuntarle. Sin embargo, aquello llamó la atención de los demás purgadores, los cuales, sabiendo que tenían delante al mismísimo Jack Conway, sacaron sus armas de fuego.
Eran tantos que el grupo a penas podía con los que se les echaban encima, por lo que, teniendo a todos ocupados, uno de los purgadores se acercó a Conway, a quien mantenían tirado en el suelo entre varias personas.
—Así que...— comenzó a hablar, agachándose a la altura del alfa— Jack Conway, ¿eh? Además de purgar, vamos a ayudar a nuestro maravilloso país— se incorporó dirigiéndose a sus compañeros— ¿No es increíble?
Éstos respondieron con gritos de júbilo, mientras Conway intentaba soltarse de su agarre.
—Que te den, crack— dijo Conway burlesco, para luego escupirle, lo cual no agradó mucho
Por otro lado, tanto los dos omegas como los tres alfas seguían luchando contra el resto de purgadores. Horacio se había conseguido librar del que intentaba acuchillarle, por lo que, robándole el arma, se tiró contra la persona que estaba su lado. Ésta se encontraba con sus manos en el cuello de Volkov, asfixiándole, pues ambos se habían quedado sin armas previamente.
En un movimiento rápido, Horacio le clavó el cuchillo en el cuello, logrando que soltara al alfa y comenzara a ahogarse con su propia sangre. Volkov le dedicó una mirada rápida al omega mientras recobraba el aliento, para luego levantarse y recoger su arma del suelo.
Gustabo y Greco luchaban a su lado con varias personas que portaban machetes, además de pistolas, por lo que se habían intentado cubrirse tras el coche, aunque aquellas personas no parecían tenerle miedo a la muerte. Por suerte, Brown se libró justo a tiempo de su asaltante para atacar a aquellas personas por la espalda, logrando abatir a una. Volkov y Horacio no tardaron en unirse al alfa, consiguiendo ayudar a sus amigos.
Conway sin embargo seguía estando retenido por aquellos purgadores, los cuales sabían que se quedaban sin tiempo.
—Bien— dijo el mismo hombre que había hablado antes, observando cómo sus compañeros iban cayendo— Lo haré rápido.
De inmediato levantó el arma, apuntando a Conway en la cabeza, y quitó el seguro. Se escuchó un disparo seguido de otro.
Volkov había abatido a aquel hombre, el cual, todabía con el dedo en el gatillo, había disparado intentando darle a Conway, pero fallando y abatiendo consigo a uno de sus purgadores. Los que sostenían al alfa actuaron rápido y sacaron sus armas, dejando que Conway se saliese con la suya y se librara de ellos. Una de las betas que anteriormente le estaba sujetando disparó, hiriendo al ruso en el hombro. El resto del grupo, que por fin habían conseguido abatir a todos los demás purgadores, dispararon de inmediato tanto a aquella beta como al resto de sus compañeros.
Por fin habían acabado con todos ellos.
Volkov se apoyó sobre la pared, soltando pequeños quejidos por la reciente herida, mientras Conway se levantaba del suelo y se dirigía a él.
—Déjame ver— le dijo al ruso mientras inspeccionaba la zona de la herida— Bien, la bala ha salido.
Tanto Gustabo como Horacio, los cuales todavía se mantenían en estado de shock, no sabían cómo reaccionar.
—Pero qué cojones— murmuró Gustabo.
Horacio se acercó al ruso mientras éste era ayudado por Conway a que se volviera a incorporar. Volkov, a pesar del malestar que sentía, logró expulsar algunas de sus feromonas hacia el omega para intentar calmarle. Quería hacerle saber que todo iba a estar bien. El de cresta no tardó en captarlo, uniéndose a Conway en su tarea de ayudarlo, pasando el brazo del ruso por encima de sus hombros y, posteriormente, apretar su mano con fuerza.
—Lleguemos de una puta vez al refugio.
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𝑲𝒊𝒍𝒍 𝑱𝒂𝒄𝒌 |Intenabo|
Fanfiction12 horas de Purga. 12 horas en las cuales cualquier crimen es legal. ¿Qué pasará cuando Gustabo y Horacio, dos omegas indefensos, no consigan llegar al Refugio antes de que el infierno comience? ¿Qué pasará cuando se encuentren con dos alfas ya cans...