4H

8.4K 1.2K 1.1K
                                    

—Woah, bajad esas armas— dijo levantando las manos pero sin dejar de caminar.

Conway bajó su pistola y se acercó a aquel hombre bajo la mirada perpleja de los omegas, los cuales aún mantenían las armas en alto.

—Bajadlas— les susurró Volkov con una ligera sonrisa mientras observaba al nuevo y misterioso hombre.

Obedecieron todavía sin fiarse del todo, hasta que vieron a Conway juntar su mano con la del alfa en forma de saludo.

—Yo me esperaba más un abrazo por haberle salvado la vida, super— rió el barbudo.

—Cállate, capullo.

—Me alegro de verte, Greco— habló esta vez el ruso fundiéndose en un abrazo.

Entonces Gustabo se fijó bien en aquel hombre e hizo memoria. Su cara con aquella barba, y sobre todo, aquel nombre, lo había visto antes. Había sido una de las imágenes que había visto en el cartel, junto con Jack y Víktor, Greco Rodriguez.

—Buenas, chicos— saludó amistosamente al par de omegas, expulsando sutilmente feromonas para calmarlos al darse cuenta de que todavía parecían desconfiar.

En seguida el aroma a agua de mar llegó a ellos, siendo como una ola de paz, acabando con el miedo que habían estado sintiendo en los últimos minutos.

—¿Eso lo has hecho tú solo?— preguntó Horacio señalando todo el fuego y los destrozos. Greco asintió y el de cresta volvió a hablar sorprendido— Tremeeendooo.

—Espectaculaaar— le siguió Gustabo.

Greco rió ante las reacciones de los omegas.

—Me caen bien— dijo sonriendo, para luego extenderles la mano— Me llamo Greco.

—Yo soy Horacio.

—Gustabo.

Ambos respondieron al gesto de uno en uno, sonriendo a la vez, justo antes de ser interrumpidos por la grave voz de Conway.

—Ya tendremos tiempo de las presentaciones luego, mariconettis— se giró a los dos alfas— Creo que ha quedado claro quienes eran, esos misiles que han usado están prohibidos durante la Purga— hizo una pausa para afirmar en un tono todavía más serio— Los ha mandado él.

—Tengo información que creo que te va a interesar— respondió Greco— Os puedo llevar a mi casa, allí estaremos seguros. Además— observó los vehículos calcinados del lugar— Creo que necesitais transporte.

—Pues vamos.

Conway les hizo una seña a los omegas para que les siguieran. Iba a tocar caminar un rato, así que debían mantenerse todavía alerta, aquella explosión había llamado la atención de mucha gente.

Caminaron pegados a los edificios para no exponerse tanto. O por lo menos así fué, hasta que llegaron a una de las plazas principales de la ciudad.

—Tiene que ser una broma— murmuró Gustabo observando aquel lugar.

Sin duda era una masacre.

Había purgadores atando a personas indefensas para después acabar con sus vidas, otros jugando a juegos infantiles, pero con armas de fuego, gente pintando en las paredes con la sangre de sus víctimas... Habían perdido la cabeza.

—Vale, pegaos bien a la pared— hablo Greco.

Se pusieron en fila, quedando Gustabo el último, y comenzaron a caminar sigilosamente, aprovechando el punto ciego que daban unos arbustos. El rubio iba atento a las personas de aquella plaza, rezando para que no les vieran, hasta que unas manos le agarraron. Antes de que pudiera alertar al resto, una de las manos le tapó la boca. Fue arrastrado por aquella persona hasta un callejón, en el que, ya lejos del grupo, le tiró al suelo.

𝑲𝒊𝒍𝒍 𝑱𝒂𝒄𝒌  |Intenabo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora