Azul

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Vergil estaba sacando una botella de vino de la alacena. Estoy segura de que se percató de mi presencia pero como siempre me ignoró.

Decidí no darle importancia y me dispuse a preparar mi té. Me senté en la pequeña mesa de comedor y moví con una cuchara el líquido para que se enfriara un poco.

Tomé de la taza despacio, cerré los ojos para intentar relajarme. Cuando los abrí, el albino fantasma se había ido y en la mesa había aparecido un plato que contenía unas galletas.

Sonreí involuntariamente. Quizá no eran tan malos, mínimo ellos, pero me va a llevar tiempo aceptarlo. Lo que viví de niñez no se supera de un día para otro.

Regresé a la cama y me acosté ahora ya más relajada. Conecté mi celular para cargarse y me dispuse a dormir.

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Mi celular sonó, lo tomé y contesté la llamada. Tenía un pedido nuevo, afortunadamente cerca. Lo acepté, tenía que salir a distraerme un rato.

-Hola bella durmiente.- automáticamente mi ceño se frunció.

-¿A qué vienes?- pregunté hostil.

-A dejarte tu medicina y desayuno.- sonrió.

-¿Por qué tu?-

-El niño salió a trabajar. ¿O acaso lo prefieres a él?- dijo falsamente dolido.

-Prefiero que no me esten acosando cada segundo.- tomé el jugo e ingerí mi medicación y empecé a comer.

-No lo hago, solo me gusta verte.- se empezó a aproximar hacia mí. Yo en respuesta le lancé mi tenedor con toda mi fuerza ensartándose en la pared.

-¡¿Por qué nunca te doy?!- expresé frustada.

-Porque en el fondo me amas.- y acercó su rostro al mío. Yo hice lo mismo.

Cuando estuve lo suficientemente cerca le acesté una cachetada. Satisfecha sonreí al ver como mis dedos se marcaban en rojo en su cara.

-Me engañaste...- sonrió nuevamente- Creí que al fin habías caido ante mis encantos.-

-Sigue soñando.- me levanté, tomé mi cartera y celular para salir.

-¿A dónde vas?-

-A comprar ropa, odio que me estes mirando cada que me vez por no tener nada más que ponerme.- seguí caminando por el pasillo.

-¿Piensas ir así?- me señaló con su cabeza en un ademán.

-No veo que tenga otra opción.- me encogí de hombros.

-Ven conmigo.- lo miré despreciándolo.- Te daré ropa.- no cambié mi mirada, podía ser una trampa. -No te obligaré tampoco.- Entró a lo que inferí era su habitación.

Me quedé unos segundos valorando si entrar o no. Suspiré resignada. Tampoco era como si me tomarían en serio si iba descalza.

Entré a la habitación de mala gana. Estaba todo desordenado. Dante yacía buscando algo en el closet. Me quedé guardando distancia hasta que sacó una sudadera roja con capucha blanca y un pants negro.

-Pruébatelo, era algo que usaba de joven pero no sé si te quede.- lo miré algo confusa pero tomé las prendas. Me las puse sobre lo que traía.

Me quedaba algo grande pero pude ajustar el pantalón. Cuando acabé, el de rojo me dió un par de botas.

-Estan algo desgastadas pero te servirán temporalmente.- me las puse y me quedaban 2 tallas más grandes. -Eres muy pequeña, nadie diría que alguien tan hermosa lanzaría cubiertos a matar.- se burló pero ya no tenía nada más que hacer ahí.

Sparda Situation +18 (Dante, Vergil y Nero x Reader) Devil May Cry FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora