Rojo

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-¡Ahhhh!, ¡Vete!- grité aventando las revistas que estaban tiradas en dirección a la cara del de gabardina roja.

-¡Hey! ¡Para linda!- dijo mientras ponía sus manos para cubrirse. -No tengo la culpa de que decidas provocarme al quitarte la ropa.- se burló.

-¡No te estoy provocando!, ¡Estoy revisando mis heridas!- seguía aventando cosas completamente avergonzada.

-¿Cuáles heridas? Desde el tercer día ya estabas completamente curada.- respondió confundido.

-¡Mentira!- grité enojada. De pronto mis manos estaban sujetas por las de mi contrario.

-Hey, detente.- dijo serio y lo encaré.

Sus ojos eran de un azul claro con detalles gríses. Me perdí un momento apreciándolo. Y antes de darme cuenta ya estaba siendo besada.

-¡Mmm!- traté de resistirme.

Abrí la boca para gritar. Grave error.
Una lengua claramente experta se había abierto paso en mi cavidad. No podía mover mis manos apresadas.

El beso se prolongaba cada vez más y con ello se iba mi autocontrol. Poco a poco iba cediendo y el mayor se dió cuenta de ello cuando sentí que sonreía en medio del beso.

Mis brazos fueron liberados, sentí unas manos grandes y firmes en mi trasero que me levantaban y me recostaban en la desordenada cama.

Antes de reclamar mis labios fueron sellados en un beso más húmedo. Sentí a mi acompañante acomodarse entre mis piernas que intente cerrar en vano a la par que sus manos acariaban mis piernas.

-Espera...- conseguí decir al fin cuando tomamos aire.

-¿Que espere? Linda, tu no esperaste a que fuera medio día cuando ya estabas divirtiéndote con Nero.- sonrió de lado.

-¿Escuchaste?- pregunté ingenua totalmente avergonzada.

-Un poco cuando subí las escaleras. ¿Y sabes? No he podido sacarme de la cabeza esos gemidos tan lindos que dabas. Me siento celoso al saber que preferiste al niño.-

-De todas maneras no te importa a quien escoja, tu sólo eres un pervertido, no has parado de acosarme desde que llegué.- reclamé.

-¿Quién podía resistirse ante una belleza que vestía tan poco?-

Me quedé callada claramente incómoda. Sentía mi rostro arder y no supe definir si de verguenza o enojo.

-Además, ¿vas a dejarme así?- embistió aún con la ropa puesta mi sexo y no pude evitar gemir.

Mierda. Estaba excitada, no podía negarlo y más al sentir su miembro erecto en mi zona más intima. ¿Es que acaso todos aquí están tan bien dotados?

-Sólo déjame ir ¿quieres?- traté de sonar confiada. Faltaba muy poco para que cediera.

-Bien, lo haré si no te gusta lo que haré.-

-¿A qué te refie... ¡ah!- creí que se quitaría de encima pero sólo bajó su cabeza.

Tapé mi boca con mi mano para evitar gemir. El de rojo estaba entre mis piernas lamiendo y estimulando mi clítoris. Mis piernas se intentaban cerrar involuntariamente pero eran detenidas por las fuertes manos de mi contrario.

Me estaba dejando llevar, el placer sólo aumentaba cada que movía su lengua. Ya no podía acallar mis jadeos. De pronto solté un pequeño grito cuando un dedo ingresó en mi mojada vagina.

Las lamidas y mordidas no cesaban, un dedo más entró, tocó un punto dentro de mí y llegué al orgasmo. Gemí alto mientras me dejaba ir. Dante sólo se dedicó a observarme satisfecho.

Sparda Situation +18 (Dante, Vergil y Nero x Reader) Devil May Cry FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora