capitulo 28

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Capitulo 28

"La inscripción en el muro y una pequeña ayuda"

—¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa? -
Atraído sin duda por el grito de flint, Argus Filch se abría paso a empujones.
Vio a la Señora Norris y se echó atrás, llevándose horrorizado las manos a la cara.

—¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? —chilló. Con los ojos
fuera de las órbitas, se fijó en violet—. ¡Tú! —chilló—. ¡Tú! ¡Tú has matado a mi gata!
¡Tú la has matado! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!

—¡Argus! -Había llegado Dumbledore, seguido de otros profesores.

En unos segundos, pasó por delante de violet y sus amigos y sacó a la Señora Norris de la argolla.

—Ven conmigo, Argus —dijo a Filch—. Vosotros también, Potter, Weasley,Granger, longbotton, Bulstrode, Lovegood, zabini y greengas.

Lockhart se adelantó algo asustado.
—Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede
disponer de él.

—Gracias, Gilderoy —respondió Dumbledore.

La silenciosa multitud se apartó para dejarles paso. Lockhart, nervioso y dándose
importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido; lo mismo hicieron la profesora
McGonagall y el profesor Snape.

Cuando entraron en el oscuro despacho de Lockhart, hubo gran revuelo en las paredes; Violet se dio cuenta de que algunas de las fotos de Lockhart se escondían de la
vista, porque llevaban los rulos puestos, pero por la situación actual no podría tomar foto alguna pero podría regresar después y hacerlo.

El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó. Dumbledore dejó a la Señora Norris sobre la pulida superficie y se puso a examinarla. Los adolescentes intercambiaron tensas
miradas y, echando una ojeada a los demás, se sentaron fuera de la zona iluminada por
las velas.

Dumbledore acercó la punta de su nariz larga y ganchuda a una distancia de apenas
dos centímetros de la piel de la Señora Norris. Examinó el cuerpo de cerca con sus
lentes de media luna, dándole golpecitos y reconociéndolo con sus largos dedos.

La profesora McGonagall estaba casi tan inclinada como él, con los ojos entornados. Snape
estaba muy cerca detrás de ellos, con una expresión peculiar, como si estuviera
haciendo grandes esfuerzos para no sonreír. Y Lockhart rondaba alrededor del grupo,
haciendo sugerencias.

—Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte..., quizá la
Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me
encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado -Los sollozos sin lágrimas, convulsivos, de Filch acompañaban los comentarios de
Lockhart.

El conserje se desplomó en una silla junto a la mesa, con la cara entre las manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris. Pese a lo mucho que detestaba a Filch, violet no pudo evitar sentir compasión por él, aunque no tanta como la que sentía
por sí misma y sus amigos. Si Dumbledore creía a Filch, la expulsarían sin ninguna duda alguna, aunque eso sería el menor de sus problemas

Dumbledore murmuraba ahora extrañas palabras en voz casi inaudible. Golpeó a la
Señora Norris con su varita, pero no sucedió nada; parecía como si acabara de ser
disecada.

—... Recuerdo que sucedió algo muy parecido en Uagadugú —dijo Lockhart—, una serie de ataques. La historia completa está en mi autobiografía. Pude proveer al poblado de varios amuletos que acabaron con el peligro inmediatamente.

Una Nueva Vida Como Una ShawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora