One Shots +18

YangYang // WayV.

YangYang se encontraba en el mueble hablando con sus amigos por vídeo llamada en computadora. No dejaba de reírse a carcajadas con las estupideces que decían Lucas y Hendery. Su sonrisa se tenso un momento al verme desnuda caminando al sillón. Me senté acomodando mis codos hacías atrás abriendo mis piernas poniendo cada una a un lado dejándole mi cavidad a su vista. Me miró algo jugueton. Roce mis dedos en mi entrada tirando mi cabeza hacia atrás.

—Oye nos estás oyendo —escuche la voz de Hendery reclamándole.

Quitó su vista de mi por un momento.

—Si chicos perdón —respondió.

—Bueno como te decía —

No le presté mucha atención ahora solo era yo. Mi entrada se lubrico al sentir mis dedos. Empecé a simular embestidas con estos causando varios jadeos.

—YangYang ¿No escuchas ruidos extraños? —pregunto uno de ellos.

—No —negó con la cabeza rotundamente— seguro es ____ se está bañando —respondió de lo más tranquilo pasando sus manos por detrás de su cabeza— ya sabes las mujeres le gusta cantar cuando se bañan —

—No solo las mujeres idiota —respondió Ten algo molesto.

—Lo siento Ten me corrigió la mayoría de las personas —lo miro algo apenado cuando sus ojos se abrieron no más poder al escuchar que solté un gemido fuerte.

Me había venido. Mis piernas cayeron de cansancio.

—YangYang te llamamos luego vale —al parecer sus amigos se dieron cuenta.

—Claro Kun —rio avergonzado— nos vemos chicos —se despidió agitada su mano con las mejillas rojas de vergüenza.

Después de eso cerró su computadora mirándo molesto. Solo me agaché al suelo empezando a gatear hasta él. Agarre su pantalon de pijama por los extremos y solo lo baje hasta la rodilla saliendo su erección al instante. Mordí mi labio.

—No pienses que con una mamada te voy a perdonar —cruzo los brazos.

Solo encogí los hombros y hacer mis labios hacia su pene. Al principio empeze a lamer su puntita brillosa por el pre-semen.

—Quizas si... —gemio apretó su mandíbula.

Pase mi lengua por todo si pene. No falta decir que comenzó a tirar maldiciones. Por fin deje que todo ese pedazo de carne entrara mi boquita. Comencé a subir y bajar tocando sus pelotas para estimularlo mejor.

—Mi-erda ___ lo haces mag-nífico... —comenzó a tocar mi cabeza.

Saqué su pene de mi boca y empecé a masturbarlo con mis manos. Él me mostró dos dedos y por inercia comencé a chuparlos imaginándome que es un helado cerrando mis ojos. A los minutos sentí como su semen cayó un poco en mis pechos.

—Mierda —puso una brazo en su frente mientras recuperaba su respiración.

Toqué su puntita con mis dedos haciendo que chillara. Lo miré algo sorprendida nunca lo había escuchado chillar de esa manera.

—Esa pa-rte es sensible... Por ahora —

—¿Quieres cogerme o ya estás cansado? —levantanme del suelo.

—¿Quién te ah dicho que estoy cansado? —se levantó quitándose los pantalones por completo.

Hizo que me hechara en mueble. Se arrodilló jalandome de las piernas poniendolas en su hombro haciendo que roce mi parte íntima con su pene. Sin antes lubricar más mi entrada con su lengua para después poner su glande en mi en mi entrada penetrandome.

—YangYang... —no puede evitar clavar mis uñas en mi muslos al sentirlo.

—Mierda se siente bien estar dentro de tí —relamio sus labios.

Empezó a embestirme rápido y duro haciendo que cada estocada su pelotas chocarán con mis nalgas.

—YangYang... —gemi.

No paraba de embestirme a su justo. Sentí como mis piernas comenzaron fallame queriendo caer pero como YangYang tenía abrazadas hacia él no pudo pasar eso. Mi vista se nublo sacándome un gemido fuerte. Había llegado al punto maximo.

—Mi-erda —gruñio.

De pronto sentí un vacío. Mire a YangYang que aún tenía mis piernas masturbarse a un lado saliendo poco a poco su semen callendo a la alfombra.

—Vas a tener que lavar esa alfom-bra —avise mientras regulaba mi respiración sentandome en el sillón.

—Esta bien ____ —suspiró agotado sentanse al lado mío.

No pude evitar poner mi pierna sobre su pierna abrazándolo por la cintura.

—Fue fantástico que tu empezarás con esto —me sonrió poniendo su brazo en mi cuello apegandome a él.

—Queria sorprenderte —me acorruque en su pecho.

—Y me sorprendiste cariño —me dió un beso en el caché.

Yo solo reí.