—Obito—
Ver a Rin no movió nada en mi. Cuando escuche su voz pensé que volvería a caer en sus ojos avellana, pero al girarme comprendí que ella ya no logra alborotar nada de mi, que es una idea lejana y vaga de lo que alguna vez soñé, el sonido de su voz ya no eriza mi piel, sus ojos ya no le provocan palpitaciones, su rostro ya no me hace sonreír.. yo ya no la amo.
No me gustó la manera en que miró a Saku, tampoco como intento dar a entender que ella era algo sin importancia en mi vida. Por que Saku es tan bonita y agradable, ella me hace reír y le da emoción y calidez a mis días, con ella siento una conexión sincera que se entrelaza con sus sonrisas y su inteligencia.
Ahora esta sonriendo nuevamente mientras vamos a mi casa.
Le conté todo de Rin y ella no cambió en nada su actitud conmigo, sigue risueña y bromista. Pude ver que no le gustó mi vieja amiga, pero supongo que a nadie le agrada ni le tiene cariño como yo. Por que ha pesar de todo sigue siendo mi vieja amiga, sigue siendo la novia de mi mejor amigo.
Me gusta la forma en que nos complementamos Saku y yo, por que es como si fuéramos amigos desde siempre, como si en sólo un par de días yo pudiera ver a través de aquella chica linda de cabello exótico.
—wow, cuando dijiste casa de verdad pensé que era una casa y no una mansión. -dice ella riendo-
Yo sonrió y muevo mis hombros, la verdad siempre me ha parecido exagerado vivir en un lugar así, sobretodo cuando solo somos nosotros dos.
Saku mira todo a su alrededor y se ve curiosa y sonriente.
Tomo su mano y la llevo al patio trasero.
Estamos tumbados en el césped al lado de la piscina, ella mirando al frente mientras sus manos se sumergen en el agua y yo mirando el cielo, el sol está agradable y mirarla a ella cada vez se hace más adictivo.
—Sakura..
—si Obito
—¿te puedo besar?
Ella me mira y se acerca a mi, la mitad de su cuerpo esta sobre el mío mientras me mira fijamente.
—puedes besarme todas las veces que quieras Obito..
Y luego ella baja su cabeza y sus labios besan mi mentón y mis mejillas. Es tan tierna y hermosa, tengo ganas de tocarla y demorarme en su piel, pero no quiero ser estupido y menos después de lo que Rin dijo.
Ella acaricia mi mejilla y luego me besa lento y perfecto, dejándome recorrer su boca dulce y perfecta.
Tiene un aroma único y la suavidad de su piel me estremece. Mis manos la toman de los muslos y no puedo evitar levantarla y ponerla sobre mi cuerpo, siento como su respiración se agita, pero no se separa ni me rechaza.
La estrechó por la cintura en un abrazo apretado y cálido. Ella besa mi cuello y siento su cuerpo rozar el mío, si sigue así pondré mis manos en su piel y la cagare.
Ella sigue lamiendo y besando mi cuello y sus manos están en mi cabello, la escucho suspirar y soy muy consciente de su pecho subiendo y bajando por que mi torso siente sus suaves pechos sobre la camiseta.
La giro con suavidad y la dejo debajo de mi. Ella abre sus ojos y yo me acerco, sus piernas se enredan en mi cuerpo de forma tímida y yo acaricio su muslo mientras la beso con mi deseo reprimido por ella.
Mi cuerpo reacciona por instinto a sus curvas y pronto me veo en una situación bastante vergonzosa, por que ya no soy un adolescente y ella tampoco es una chica que quiero follar en el cesped, ella vale más que eso, vale miles de esfuerzos románticos.