—Obito—
He estado en la Friendzone desde que fui lo suficientemente grande como para que me gustaran las niñas.
La dulce y tierna Rin ocupo mis pensamientos adolescentes, y cada día que pasaba me sentía mas enamorado de ella.. ¿cual es el problema? Que ella nunca tuvo ojos para mi.
Rin siempre estuvo enamorada de mi mejor amigo, Kakashi.
Mientras él era el chico popular y frío al que todas querían, yo era el amigo gracioso. Ese que siempre la hacia reír y el que decía algo tonto, quien siempre sonreía y era positivo. Si, ese siempre he sido yo... Obito, el mejor amigo.
A medida que crecíamos mi amor por ella también lo hacía, la vi crecer y convertirse en una chica hermosa, llena de cualidades encantadoras, yo también me hice más guapo. Tenía muchas chicas revoloteando a mi alrededor, pero yo solo tenía ojos para Rin.
Tenía 17 años cuando me di el valor de ser un hombre y decirle lo que sentía, ese día me esmeré, salí con una sonrisa y la mejor ropa que encontré para decirle a ella que la amaba desde los 12, ese día pase por una tienda donde elegí la flor más bonita para ella..
Pero cuando llegue cerca de su casa mi corazón hizo un ruido tan terrible al romperse que aún puedo escucharlo si pongo atención.
Ahí estaba la chica que me robaba el sueño, con él..
Ver que se besaban fue algo tan triste que no pase desapercibido en ningún lugar. El chico alegre y divertido se había perdido aquel día.
Mi padre al ver que llevaba dos semanas de mis vacaciones en ese estado me envió a casa de mis tíos, junto con mis primos.
Itachi y Shisui eran los mayores, por lo que compartí ese verano con ellos. Ellos tenían 15 y a pesar de ser un poco menores eran bastante más experimentados que yo.
Con ellos aprendí a salir de fiesta, a emborracharme y conocer chicas guapas. Shisui siempre dijo que un clavo sacaba otro clavo, para cuando terminó el verano yo era otro chico.
Seguí conservando mi sonrisa y personalidad alegre, pero ya no la esperaba a ella o eso fue lo que quise creer. Dejé atrás al Obito virgen y enamorado y traté de entrar con mucha confianza a mi último año.
Pensé que sería fácil, pero nada me había preparado lo suficiente para enteramente que ellos ahora eran novios. Lo supe cuando llegue por que ella con su hermosa sonrisa me lo dijo riendo mientras me abrazaba. Para mi esa sonrisa era como un puñal en mi corazón, pero no dejé que ella supiera lo mucho que me dolía, no dejé de ser su amigo, pero tampoco volví a ser el mismo.
Rin me miró con asombro cuando vio que yo salía con cuanta chica linda se me ofrecía. Todos sabían que Obito Uchiha se había convertido en un Casanova. Ella nunca dijo nada, pero vi su molestia, ¿y que esperaba? Si yo tenía que calmar el dolor de tener que verla en brazos del hombre que admiraba y quería.. si cada día era una tortura, pase ese año entre fiestas, alcohol y chicas, estaba destruido y lo peor era que que cada vez que me embriagaba mi amor por ella salía de mi con amargas lágrimas que no podía controlar.
Siempre he sido el bicho raro de mi familia. Los Uchihas son arrogantes y fríos, siempre queriendo tener el control y consiguiendo todo sin mucho esfuerzo. Ellos nunca sonríen a no ser que sea una sonrisa arrogante de superioridad, jamás los he visto ser amable con alguien o expresar abiertamente sus sentimientos.
Mi padre, Madara es el vivo ejemplo de lo que estoy diciendo. Ha sido un padre excelente, me ha criado solo desde que mamá murió. Pero es muy difícil verlo sonreír o decir algo amable.
Yo en cambio soy todo lo contrario a ellos, risueño, un poco estupido, el chico que ayuda a las ancianas a cruzar la calle, ese que baja los gatos de los árboles y siempre llega tarde a todos lados.
Muchas veces me he preguntado si ese es el problema. Quizás mi mala suerte radica en que soy muy bueno.
Mis primos son cabrones sin sentimientos, fríos, distantes y arrogantes. He visto a Itachi y Shisui conquistar a chicas con solo una mirada, con una mirada!! Incluso el pequeño Sasuke tenía un séquito de seguidoras!
Al entrar a la universidad todo fue de mal en peor, una parte de mi albergaba la esperanza de que lo de ellos no funcionara, pero los meses pasaban y ellos se veían más enamorados. No pude soportarlo mas y le pedí a mi padre que me enviara a estudiar al extranjero.
Les di una excusa vaga que aún no recuerdo y me marché del país. Curse la universidad en el extranjero y trabaje unos años sin pensar muy bien que quería hacer.
Han pasado 10 años desde que dejé mi hogar.. a veces pienso que ya superé ese amor adolescente que sentía por ella, pero aun tengo esos malditos nervios al pensar que la veré otra vez..
¿Como estará? ¿Seguirán juntos? ¿Conoció a alguien más?
Son tantas preguntas que rondan mi cabeza, solo espero ser alguien fuerte y capaz de seguir adelante, tal como lo hice todo este tiempo.
Mi padre me espera a la salida del aeropuerto, me sonríe y le doy un abrazo. Lo extrañe, pero necesitaba este tiempo a solas para ser yo mismo y saber que es lo que quiero para mi.
—te has convertido en un hombre!
Escuchar eso de mi padre es lo más parecido a un cumplido que tendré, agradezco que él no me presionara para estudiar administración de empresas, él sabe que lo mío nunca fue la empresa familiar.. yo quiero hacer cosas por mi mismo, quiero ser independiente y tener un camino fuera de lo que Uchiha Corp significa.
—10 años hacen madurar a cualquiera padre.
Llegar a mi casa o mejor dicho a casa de mi padre se siente como un deja vu. Aquí viví tantas cosas.. las risas y mimos de mi madre, las cenas familiares y los recuerdos con mis primos.
—hijo.. llegó algo para ti, no estaba muy seguro de entregártelo, pero creo que ya eres un adulto así que no veo el problema.
Él me entrega un sobre blanco y yo frunzo el ceño.
—tengo que volver a la empresa, te veré en la noche.
—ok papá.
Él me mira con preocupación y se va. ¿Qué pasa?
Al abrir el sobre blanco entiendo todo.. ¿es posible que tu corazón se rompa por segunda vez? Por que estoy seguro que acaba de pasar eso.
Un parte de Matrimonio.. ellos se van a casar.. me siento extraño en mi propio cuerpo, como si todo fuera un mal sueño.
Camino por las calles, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida.. ¿a que mierda volví? ¿Cuanto tiempo más dolerá?
Estoy tan metido en mis pensamientos que no veo que el semáforo cambia a verde y cuando levanto la vista ya es tarde, acabo de lanzarme contra un auto y siento el golpe en mi lado derecho, caigo al suelo y mi cabeza sé estrella contra el pavimento, escucho los gritos de la gente mientras alguien dice que llamen a una ambulancia, poco a poco pierdo la conciencia.