—Obito—
Hermosa pelirosa.. sus cambios de humor fueron cada vez más frecuentes a medida que su vientre crecía ella se ponía o muy sensible o muy agresiva.
Yo adoro cada faceta de Saku así que no le dije nada y siempre le di una sonrisa hasta que ella volvió a ser la chica dulce de siempre.
Cuando Saku explotaba y su furia era incontrolable lo que siempre estaba dirigido al pequeño Sasuke, yo tenía que abrazarla hasta que ella dejaba de bufar, ella se tranquilizaba con caricias en la espalda y con un "tranquila preciosa, tu sexy Obito está aquí"
Los últimos dos meses estuvo en casa, se veía hermosa cuando caminaba con una camiseta que se le subía y dejaba la mitad de su vientre al aire.
El día de la ecografia que nos diría que sería nuestro bebé me encontré con una ancianita ciega que parecía desorientada, ella me pidió que la ayudara a volver a su casa ¿y como le iba a decir que no? Resulta que ella a parte de ser ciega también tenía demencia senil y su familia estaba muy preocupada, cuando la dejé con sus hijas me fui al hospital pero ya era tarde, me sentí tan culpable y estupido por no haber estado con mi Saku, pero ella solo desordenó mi cabello, me besó con ternura, y me dijo "nunca cambies Obito".
Saku me dijo que sería una sorpresa, por más que le rogué para que me lo dijera sólo conseguí sonrisas, esa mujer es adorablemente malvada.
La habitación del bebé fue decorada en tonos amarillos y anaranjados pastel, eso no me dijo nada!
Estaba en la última semana, yo no dormía y cada vez que ella se quejaba en sueños yo saltaba de la cama y le preguntaba histérico si el bebé venía en camino, a lo que ella siempre respondía "baka! Déjame dormir" mientras reía.
Estaba terminando una junta importante de un proyecto inmobiliario millonario cuando Saku me llamo.
—Obito! El bebé! ¿Donde mierda estas?! Me duele tanto!
—Saku! Llegó en 10 minutos! Dios amor por favor aguanta!
Salí disparado, llame a Itachi quien estaba más cerca y le pedí que acompañara a mi pelirosa mientras llegaba, cuando llegue más tarde de lo que pensé ella estaba llorando mientras gritaba a todo pulmón, le lancé las llaves a Itachi y la cargué en brazos, ella gritó todo el camino mientras maldecía como un camionero, Itachi a quien se le escapó una risotada fue quien sufrió la peor parte, ella jaló su cabello con fuerza mientras le gritaba "tu conduce más rápido pedazo de imbecil"
Quedaban dos cuadras y el maldito trafico estaba imposible, pero en realidad era esa mala suerte que me sigue desde niño.
—Obito!
Mierda! Hice lo único que se me ocurrió en el momento, cargarla hasta el hospital, prácticamente corrí mientras ella intentaba respirar como le habían enseñado en las clases de maternidad.
—mierda Obito! Me duele mucho!!
—preciosa ya no queda nada -jadeando-
Llegue al hospital jadeando, sudado y hecho mierda con mi hermosa pelirosa muerta de la risa y tratando de soportar el dolor.
Tsunade nos llevo con Jiraiya y entre al parto, cuando le pusieron la epidural ella se calmó y tomó mi mano.
—eres el chico más dulce del universo Obito..
Las horas comenzaron a pasar y mi preocupación aumentaba, cuando al fin escuché un llanto que corto mi tensión yo me acerqué dudando, era pequeño y la cosa más maravillosa del mundo, tenía el cabello rosa como ella, era una hermosa niña que me robó el corazón, se la entregué a Sakura mientras ella seguía respirando con dificultad, miré a mi alrededor con asombro cuando un segundo llanto me sacudió.