Kirishima solo quiere ser amado, vivir el romance del siglo y enamorarse sin miedo al rechazó...
Y Bakugo Katsuki aparece en su vida para darle todo aquello.
✾No se permiten adaptaciones, tampoco copias, ni nada por el estilo
✾Esta historia me per...
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La tensión era palpable, la habitación estaba caliente. Eijiro solto un suspiro tembloroso al ver tan cerca el rostro del mayor, con sus mejillas algo rojas bajó la cabeza, queriendo evitar mirar a la cara al otro.
El rubio fruncio el ceño al ver la acción del menor, con cuidado pasó sus brazos por la cintura del pelirrojo, acercandolo aún más a el.
__Mírame__demandó el mayor__
El menor no pudo evitar estremecerse, la voz de Katsuki sonaba tan varonil y gruesa que lo hacía temblar. Mordiendo su labio inferior miro hacía arriba, encontrándose con la mirada del rubio puesta en el.
Sus labios se abultaron al escuchar como el rubio cenizo empezaba a reír.
__Idiota.__gruño, tratando de salirse de los brazos del otro__
Pero fue imposible ya que la diferencia entre ambos cuerpos era alta.
__Sueltam-mgh
Sus labios fueron tomados con fiereza por los del mayor, formando así un beso necesitado y apasionado, un jadeo de sorpresa fue lo que dejó salír al darse cuenta de lo que estaba pasando.
Sin poder evitarlo sus ojos se cerraron, en parte fue por la vergüenza y la otra fue porque la lengua del rubio ya estaba dentro de su boca, haciéndo un desastre de el.
Eijiro quería maldecirlo y apartarlo de un empujón por ser tan atrevido, pero... Aún que lo quisiese, su cuerpo no respondía, ningún músculo de su cuerpo se movía, esta tranquilo, tan tranquilo y cómodo que le daba miedo.
Porque estaban jugando con fuego, y el fuego era peligroso.
__B-basta...__logro susurrar, cuando logró separarse del rubio con la respiración agitada, y sus manos en los hombros de el otro__
__Lo haré, si me dices que no quieres esto.__dijo llamando la atención del pelirrojo__. Entonces te soltare y ya no volveré a tocarte.
Kirishima bajo la mirada, observando como sus suaves manos reposaban sobre los hombros del cenizo, se veía tan bien, se veía tan jodidamente sexy. Apretó un poco la camisa de este.
Sintiéndose un imbécil por contradecirse siempre.
Sus ojos volvieron hacía los del más alto, viendo en este la oscuridad, su rostro y cuerpo estaban tensos, y era por el, estaba deseoso por el, joder... Lo deseaba.
