Kirishima solo quiere ser amado, vivir el romance del siglo y enamorarse sin miedo al rechazó...
Y Bakugo Katsuki aparece en su vida para darle todo aquello.
✾No se permiten adaptaciones, tampoco copias, ni nada por el estilo
✾Esta historia me per...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Eijiro no se veía así mismo como una persona asocial, a decir verdad le gustaba hacer amigos, pero muchas veces nadie le daba una oportunidad.
Su físico a sido el causante de todos sus problemas, ya sean complejos, hasta su vida social. Su mayor miedo era la escuela, quienes que parecían importarles mucho su peso.
"No deberías comer así.", " Estas comiendo como un cerdo.", "No nos juntamos con gordos.", " Suicidate." Y más mierdas así de las cuales Eijiro se había "acostumbrado" a oír.
Al principio solía no tomarle importacia, queriéndo demostrar una apariencia de que aquello no le afectaba, pero al llegar a casa era otra historia. Una historia que siempre se repetía en el mismo final, el llorando fuertemente bajo sus sabanas, temeroso de que un tedioso día vuelva a empezar.
¿Le afectaba?¡Claro que lo hacía!¡Eijiro no podía entrar a una escuela sin sentirse sofocado! Tenía tantos problemas con su cuerpo, de pies a cabeza, para el todo estaba mal en si mismo.
Pero cuando entraba en razón se insultaba así mismo, por ser tan idiota al tener esos horribles pensamientos.
Si el quería cambiar algo de si mismo sería por el, no por los demás, y hasta ahora, Eijiro con sus 72 kilos y sus 161 cm no tenía problemas.
Se sentía un idiota, el no quería cambiar nada de su cuerpo, esas arpías que estaba ahí afuera eran las que lo querían cambiar a el.
Suspiro, ya eran las 2 a.m y aún seguía despierto pensado puras estupideces. Dejó de comer sus bocadillos para ir a acostarse a su cama.
Desde que había llegado sólo se había encerrado en su habitación después de despedirse de su madre.
Ni siquiera se había acordado del rubio que había conocido hace unas horas atrás.
Poco a poco el sueño le iba ganando, haciéndo que cierre sus ojos.
Sólo esperaba que está vez este empiece con el pie derecho porque estaba cansadisimo de siempre comenzar con el izquierdo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.