Segunda oportunidad.

Hermanos

Son casi las 5 de la tarde cuando su hermana, su cuñado y el pequeño A-Ling llegan a su casa. Wei Ying les da la bienvenida y comienzan una amena conversación. Tras unos minutos, el timbre suena y ella, con gesto de disculpa anuncia.

-invite a A-Cheng... -

Wei Ying nunca, jamás en la vida podría molestarse con su hermana mayor, tampoco con Jiang Cheng, pero desde la muerte de A-Qing las cosas habían estado bastante tensas entre ellos y...

Su hermano entra y parece gato huraño, quedándose quieto de pie, justo atrás de su hermana.

Jiang Cheng saluda de una seca cabezada a Jin Zixuan y abre sus brazos para recibir al precioso A-Ling, quien corre presuroso a él, a falta de compañero de juegos pues A-Yuan continua durmiendo, el niño se entretiene con el recién llegado.

El ambiente es tan denso, que podría cortarse con un cuchillo, Yanli tiene que hacer uso de todo su entusiasmo para tratar de calmar las aguas.

Comen y despues conversan intercambiando chismes y bromas entre los 4 adultos, Jiang Cheng baja sus defensas y se permite intercambiar comentarios mordaces con Wei Ying.

A-Ling y A-Yuan juegan con un enorme rompecabezas en un rincón de la sala. Aunque Jin Ling es un año más chico que su hijo, A-Yuan se muestra bastante temeroso y retraído, pero el efusivo carácter del otro hace que jueguen amenamente.

Jin Zixuan como buen padre embobado, toma foto tras foto de cualquier puchero y cualquier logro de su hijo.

Son casi las 9 cuando Jiang Cheng recibe una llamada, se pone de pie para contestar y Wei Ying no puede evitar notar que las mejillas del azabache están teñidas de un ligero carmín.

Conviven desde chicos, prácticamente uno decía en voz alta lo que el otro pensaba y se conocían como la palma de su propia mano. Wei ying enseguida hila cabos y no puede simplemente creer que el arisco y exigente Jiang Cheng este teniendo una relación sentimental con alguien.

-¿tiene novia? – Cuestiona Wei Ying a su hermana, sintiéndose de pronto perdido. En esos meses que ha intentado batallar con la depresión de la perdida de A-Qing sabe que se ha separado un poco de su familia. Yanli da un sorbo a su taza de té y sonríe de manera comprensiva.

-lo... mejor será... que hablen...-

Jiang Cheng regresa, sus mejillas arreboladas son bastante delatoras, de pronto Wei Ying quiere tomarle el pelo, pero el otro anuncia. –vendrán por mí en unos minutos... me dio gusto verlos, nos vemos luego...-

Cheng sale de la sala y Wei Ying lo sigue, alcanzándolo en el elevador. –te acompaño a la salida... gracias por venir...-

Jiang Cheng suspira y fija su mirada en el panel de control del elevador. Wei Ying vive en el quinto piso y cada botoncito se enciende conforme desciende.

Están por llegar al segundo piso, cuando el ascensor de detiene y las luces se apagan, una serie de movimientos y respiraciones agitadas se escuchan en el pequeño lugar... 20 segundos despues de estar en total oscuridad, se encienden las luces de emergencia.

No es sorpresa para Jiang Cheng ver el estado en el que Wei Ying se encuentra cuando tiene luz para ver. Wei Wuxian nunca le ha tenido miedo a nada en la vida... a casi nada realmente, los perros son su única debilidad, tiene tanto miedo de ellos, que incluso si ve videos, su cuerpo tiembla como gelatina.

Pero es despues de la muerte de Wen Qing que su cuerpo genera una segunda fobia... a la oscuridad... y si es en un lugar encerrado, esto se quintuplica. Así que ahora que Wei Ying está en un rincón del elevador, encogido como un pequeño niño, con los ojos fuertemente cerrados y sus manos abrazándose tan fuerte, que parece doler, Jiang Cheng siente que su corazón se rompe cuando ve aquella miserable escena, se hinca frente a él y rodea el cuerpo de su amigo en un gentil abrazo.