epílogo

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Ha sido una jornada laboral muy larga. Jiang Cheng siente que sus pies punzan de tan cansados que están. Entra al departamento donde vive con Xi Cheng desde hace poco más de dos años y de inmediato sabe que algo no está bien.

El departamento no tiene ni una luz encendida pese a ya ser más de las 6 de la tarde y está sumergido en una extraña oscuridad que genera un escalofrío en el medico. Lo raro de esto no es en si la oscuridad, si no la presencia de Xi Chen en la sala, sentando, pensativo en un mortal silencio y con gesto lúgubre.

Jiang Cheng enciende solo la luz principal, para evitar algún accidente y se desliza por el penumbroso lugar. Llega y se sienta en el suelo, hincado entre las piernas de su pareja.

-hey... ¿pasa algo malo A-Huan?- el Lan mayor se sobresalta ante la presencia del otro. Realmente debe haber algo que lo preocupe demasiado para que ni si quiera le haya escuchado llegar o acercarse. Jiang se mortifica un poco y coge las manos de su pareja para besarlas consoladoramente.

No es que de la noche a la mañana se haya vuelto un hombre muy cariñoso o demostrativo a muestras de afecto, pero la convivencia del día a día con Lan Xi Chen a reblandecido tanto su corazón, que con él es la persona más dulce que puede haber en el mundo.

Xi Chen es bastante amoroso, lo mínimo que se merece es alguien que le corresponda de la misma manera, por lo menos en la intimidad de su casa.

-A-Cheng... ¿tiene mucho que llegaste? ¡pero mira la hora que es!- Lan Xi Chen trata de incorporarse en un absurdo intento de evadir el motivo de su mortificación. Por su puesto, Jiang Cheng no lo deja y prácticamente le obliga a sentarse de nuevo.

-¿Qué pasa? No estas siendo tú mismo... ¿tu tío y tu hermano están bien?- Xi Chen sonríe de manera triste. Asiente agradeciendo la preocupación por su familia cercana y finalmente dice aquello que tanto le ha aturdido.

-hace años que no la veía... pero... tenía un prima a la cual apreciaba mucho y mi tío me llamó hace un par de horas para avisarme que... ella y su esposo fallecieron en un accidente-

Los ojos de Lan Huan brillan de manera triste. Jiang Cheng se limita a abrazarle y darle condolencias honestas.

-¿iras al funeral? ¿Quieres que te acompañe?- Lan Xi Chen asiente a ambas preguntas y agradece el gesto. Aun así, de inmediato, Jiang Cheng se percata de que esto no es lo único que le preocupa a su pareja.

No es necesario para ninguno de los dos preguntar o ser cuestionado. La comunicación entre ambos siempre ha sido muy honesta y abierta.

-mi prima tenía un hijo...- contesta Xi Chen a la muda pregunta. –y al parecer mi prima me designó como su guarda y custodio en caso de que le pasara algo a ella. Su esposo era hijo único y sus padres murieron años atrás, con ella pasa lo mismo... mi familia actual no es muy grande, pero ella me confió el cuidado de su hijo... y yo...-

Jiang Cheng entiende de manera inmediata el porque de la preocupación de su pareja. Prácticamente de la noche a la mañana le estaban pidiendo ser el padre de un niño al que no frecuentaba mucho y aquello cambiaría la dinámica de su vida de manera radical.

Jiang Cheng toma las manos de su pareja y las besa de nuevo. Siempre ha tenido fijación por esas hermosas manos. Son blancas, hermosas, de dedos largos y delicados que pueden tocar la más hermosa música y acariciarle amorosamente... y contradictoriamente a esto, son tremendamente fuertes.

-estaremos bien A-Huan... sabremos adaptarnos al niño y con el paso del tiempo él se volverá nuestro pequeño amigo, no tienes que preocuparte...-

Lan Xi Chen esta mudo de la sorpresa. El había pensado que...

Jiang Cheng adivina más o menos sus pensamientos frunce su temible seño y bufa con gesto ofendido. -¡¿acaso pensabas que tendríamos alguna discusión por esto?!-

Segunda oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora