SAKURA-M.YG~P.JM-(omegaverse)

❁もういや❁

Casi se le cae su bolso cuando bajó de su auto de prisa.

Maldijo en voz baja cuando los tacones le impedían ir más rápido y odio su cabello largo cuando se interponía en su vista.

JiSu, se encontraba saliendo de su carro yendo directo a su hogar donde antes le habían llamado con tanta urgencia.

Se sintió una estúpida pues en todo el día, solo le tomó atención a su teléfono cuando la noche estaba en su máximo esplendor.

Estaba demasiado ocupada pasando el día con su amada que justo ese día, no quería lidiar ni con sus padres, ni con nadie.

Pero cuando en la pantalla aparecieron múltiples mensajes y llamadas perdidas, así como varios teléfonos pidiendo su presencia en su casa. Sabía que había algo mal.

"JiSu... te quiero en casa ahora, es algo de mucha importancia"

Resonó en su oído cuando pudo llamarle a su madre y ella solo le dijo eso para después colgar.

Terminó quitándose los zapatos de tacón a mitad del camino para poder correr mejor.

Y descalza, llegó a la puerta de su hogar sacando las llaves de inmediato para poder abrirla.

- ¿¡Mamá!?... ¿Estás aquí?...- Apenas puso pie en la casa su voz resonó en la sala pero cayó de inmediato al ver a sus padres en ella.

Tan pulcros y tranquilos.

Se confundió y se enfadó un poco, de verdad se había asustado cuando llegó la última llamada, pensaba que había pasado algo grave.

- Gracias por llegar hija...- Su madre, de cabello castaño y sonrisa grande le saludo aún sin moverse de la sala, apenas y sus aretes dorados grandes se movían al compas de su cabeza.

- ¿Qué está pasando?...- Bajó sus tacones al suelo despacio aún viendo a sus padres sentados casi inmóviles.

Le dio un escalofrío cuando su padre le sonrió así.

Tan falsamente amable.

- Toma asiento... necesitamos hablar.- Su padre le señaló un sillón frente a ellos y JiSu hizo una mueca.

Se removió incómoda en su lugar pero terminó aceptando dando escasos pasos al asiento, se sentía con miedo, sentía como si estuviera desnuda frente a ellos.

- Hija...- Empezó su madre a hablar y JiSu nunca había sentido ese calificativo tan lejano. - Eres el regalo más grande que el cielo nos ha dado. Eres nuestra hija... y por eso te amamos con todo el corazón.

JiSu quedó sin habla, sintiendo el sudor frío en su espalda y abriendo más ojos.

Esto no pintaba nada bien.

- Y porque te amamos, porque eres nuestro tesoro más grande, porque queremos que seas más feliz que ahora en un futuro... Queremos que ese futuro, esté asegurado.- Su padre se arrimó a la mesa de estar que estaba frente suyo extendiendo una carpeta color negra con papeles dentro.

- ¿Que?...- Instintivamente, alejo si cuerpo de ellos.

- Si, La boda... La boda se llevará a cabo más pronto de lo esperado.- Si madre sonrió más.

- Pero... - La mirada de JiSu viajó desde su madre hasta su padre.

- Tu ya habías confirmado tu aceptación hacia ella. Solo necesitamos que firmes los papeles. Y todo estará listo.- Su padre abrió la carpeta negra dejando ver un acta de matrimonio vacía de datos.