❁レース❁

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Min YoonGi sostenía sus dos maletas en sus manos mientras suspiraba y daba su vista hacia el frente.

La casa de sus padres estaba allí, en la que vivió su infancia y niñez... en la que dedico una parte de su vida en esas paredes y los recuerdos vivían impregnados en ella. 

Pero ya no era la misma.

La casa ya no era de madera barnizada y un poco desgastada por las lluvias y el paso del tiempo, las hojas caídas de las copas de los arboles no estaban durmiendo en el techo dejando que se desvaneciera o que se las llevara el viento, el patio delantero que alguna vez piso y jugó, ya no tenía los juegos infantiles ni el columpio de madera que alguna vez su padre hizo. Ahora, todo era tan pulcro, tan perfecto, tan monótono.

Sus juegos habían desaparecido para darle paso a las flores primaverales perfectamente plantadas y cortadas, las ventanas estaban limpias, si ninguna mancha de contacto, solo el reflejo del cielo gris y los escasos rayos del sol te hacían entender que ahí había cristal, sus padres habían comparado parte del bosque detrás de su casa para extender su terreno y tener más espacio, espacio que lo ocuparon para hacer un salón de eventos que de vez en cuando se rentaba por mucho dinero pues era demasiado bonito el salón pero que ahora estaba ocupado por los dueños. 

Reafirmo sus maletas sobre sus nudillos y se dirigió a la puerta principal de esta, una puerta grande de madera y pintada de color perla muy bonita. No faltaron otros llamados por el timbre cuando la puerta fue abierta por una empleada, ella tenía el semblante muy agitado y se veía que no tenía tiempo de nada, pues una vez que vio al hijo de sus jefes en la puerta, hizo una reverencia diciéndole "bienvenido joven Min" e irse a pasos veloces a la cocina donde se escuchaba muchos ruidos de trastes chocando junto con el vapor escaparse de las ollas. 

El ni siquiera miro a la empleada a los ojos, simplemente entro al la casa admirando como esta estaba tan pulcra y elegante, parecía más un hotel por las decoraciones que una casa. Ni siquiera el olor de sus padres estaba ahí, esencia que le daba el típico sentimiento de hogar... ya no estaba

Habían derribado la pared que dividía la entrada a la sala y eso le hacia parecer que era mucho más grande de lo normal, además de lo minimalista que se convirtió pues tenían colores neutros como blanco, negro o hasta un poco de verde pantano que se veía bastante bien. 

Sus manos empezaban a molestar por el peso y su pasos ya eran más arrastrados, pero eso no evito que llegara a las escaleras (que antes eran de su color tradicional de madera) blancas y llegar al pasillo de las habitaciones.

La suya era la de hasta al fondo, así que camino a paso tranquilo hacia el y la abrió. Definitivamente ya no era su habitación, se había convertido en una de invitados. 

Los pósters de los artistas que más admiraba habían desaparecido, las libretas y libros que alguna vez ocupo se habían esfumado, el escritorio donde guardaba cada noticia y libro sobre los híbridos ya no estaba...

Porque si... sus padres sabían sobre "su obsecion" por esas criaturas pero así lo dejaron... pensando que era un simple interés que tenía. 

Que equivocados estaban.

Dejo sus maletas a un lado y admiro lo increíblemente grande que se veía su cuarto con solo una cama y un buró a un lado, colores cafés y blanco otra vez reinaba el lugar y agradeció internamente a sus padres por al menos tener buen gusto en la decoración y paletas.  

Se siento a un lado de la cama y miro en frente de el, un espejo de cuerpo completo reposaba, uno nuevo por supuesto, pues el de el lo había invadido con etickers de todos tamaños y colores en su época de adolescencia. Pero lo que más le llamo la atención era su ropero, este tenía sus dos puertas corredizas pero una de ellas estaba entre cerrada. Se paro dispuesto a cerrarla pero sus ojos dieron en una caja abandonada dentro del ropero. 

SAKURA-M.YG~P.JM-(omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora