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Un suspiro cansado salió suavemente de sus labios, colocando ambos brazos sobre la pequeña mesa de plástico en la que estaba incómodamente sentada, pero no podía quejarse de eso.
La pequeña brisa que se colaba por la ventana del lugar aliviaba ligeramente su nerviosismo, el cual no comprendía, ya que lo que se encontraba haciendo no era algo nuevo para ella.
Veía al pequeño niño frente a él; ojos redondos, nariz pequeña y de botón, cabello negro y rebelde, manos pequeñas y nerviosas, las cuales no podían mantenerse quietas por demasiado tiempo.
― ¿Estás feliz por la noticia?
Su trabajo siempre se había compuesto por diferentes emociones, debido a los momentos que podía compartir con los niños de ese lugar, desde felicidad extrema, hasta tristeza profunda. Normalmente el darles la feliz noticia era algo que siempre disfrutaba hacer, porque amaba ver cómo las facciones del rostro de los niños cambiaban de uno neutro a uno de pura alegría, era su luz para seguir con su trabajo.
Sin embargo, no siempre era igual, las reacciones podían variar y se reprendía a sí misma por no haberlo esperado, aún cuando se ha mantenido con ese pequeño durante mucho tiempo.
―No, no quiero ir.
Sus ojos no fueron capaces de mantenerse enfocados sobre el menor, no se sentía capaz de responderle algo coherente en esos momentos, no cuando sabía el motivo por el cual el pequeño no quería irse de ahí.
No sabía cómo explicarle las cosas, aunque sus años de formación la hayan preparado para ese tipo de situaciones.
―Pero Jungkook, esto es lo que siempre quisiste ¿No? Una familia que te ame y te cuide, podrás ir al colegio para poder hacer amigos y pintar muchas cosas, todo será muy bueno.
Quince años de experiencia en el área, graduada en una de las mejores universidades de Japón y no se sentía capacitada para ayudar al niño que tenía frente a ella. Sentía que sus emociones estaban dominando sobre sus acciones y eso no debería ser así.
―Él se quedará, entonces no quiero.
Jeon Jungkook había sido rescatado hace meses atrás, un niño de seis años que había sido víctima de violencia intrafamiliar, donde los golpes eran el pan de cada día y la agresión una conducta normalizada. Desde el primer día que llegó al orfanato su único deseo era el salir de ahí, ir con sus padres y poder estar en su casa, aún cuando sus padres lo habían tratado de esa forma toda su vida.
Por eso eran tan impresionante para ella que el mismo chico le estuviera diciendo que no quería irse, independientemente de sus motivos, era algo que no tenía sentido para ella.
―Jungkookie, podrás estar en un hogar lleno de amor, con unos padres que te querrán muchísimo y jugarán contigo siempre. Sé que has hecho amigos aquí, pero podrás visitarlos cuando ellos encuentren a su familia. Tendrás un lugar seguro.
Los redondos ojos llenos de lágrimas se enfocaron en ella por primera vez desde que había comenzado la charla, haciendo que tragara duro ante las emociones que el pequeño le hacía sentir, como si no fuera capaz de colocar su profesionalidad sobre sus emociones.
―Taehyung es mi lugar seguro, señorita Lee. Si Taehyung no se va conmigo, no quiero.
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Safe place 🌸 KookTae
FanfictionEl oficial Jeon Donghae jamás creyó en el destino, pensaba que aquello no existía y todo era mera casualidad, ya que nunca había visto o experimentado algo que le hiciera creer en él, por lo que se mantuvo en su postura durante muchos años. El pensa...