「❛ ━♡ Choco Marshmallow Sky! - hhj + yji ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ ❜」

━ ❝ Fιϝƚԋ ❞✧･ﾟ

~°【ᴮˡᵃᶜᵏᵇᵉᵃʳ ⁻ ʷʰʸ ᵃʳᵉ ᵍⁱʳˡˢ?】°~

¿Algo que el omega Yang Jeongin realmente odiara más que a las personas de mente cerrada?

Sin ningún atisbo de duda y sin importar lo horrible que suene, todo su ser.

Cuerpo y mente.

Odiaba como funcionaba su cerebro, y la manera en que se quedaba trabado en las cosas más simples y sencillas para las personas normales no tontas, como el respirar, o el leer.

Pues a veces, y sin propósito alguno, su cerebro se quedaba estancado en su respiración; al punto de llegar a tener ataques de ansiedad por pensar en todo lo que hace su cuerpo al inhalar y exhalar y lo que le podría suceder si se detiene, hiperventilarse por concentrarse bobamente y sin poder evitarlo en ello o dejar de respirar por lo mismo hasta el desmayo por la falta de oxígeno en su sistema.

Y otras veces, oh, solo Dios sabía cuanto lo odiaba, al momento de escribir o leer su mente hacía algo parecido al corto circuito; empezando a mezclar las letras, a olvidar sus pronunciaciones o a voltearlas. Dejándole exhausto o con fuertes dolores de cabeza, un enredo de pensamientos y emociones negativas hacia su persona y gruesas lágrimas en sus ojos al momento de escuchar alguna burla de alguna persona de su clase o de sus propias voces en su cabeza que le recalcan el hecho de que con sus problemas de idiotez nunca será nada en la vida.

Y también solo Dios sabe cuanto odia y ha llorado por esas mismas voces ajenas o propias.

Las mismas que le recuerdan cada día al verse en el espejo lo poca cosa que es. Cada parte de sí.

Su cuello, sus hombros, brazos, abdomen, caderas, rodillas, tobillos, los pulgares de sus manos, las estrías en sus muslos, lo infantil que le hacía ver su tono de cabello el cual nunca cambió al presentarse. Enumerando pocos de sus complejos.

Todo aquello que se esmeraba en cubrir con su ropa holgada en un intento de que los demás no noten lo feo que es. Sin querer aún más razones para que las personas lo señalen.

E incluso con Hyunjin, justo en ese momento parado frente a su espejo después de cinco minutos de sentirse avergonzado y con ganas de disculparse de rodillas por todas las veces en las que el rubio tuvo que verle sin ropa, sin sus usuales y azules suéteres y hoodies holgados y pantalones para nada ceñidos. 

— ¿Qué haces mirándote tanto al espejo, uh? ¿Ya te diste cuenta de lo hermoso que eres? — Hizo su acto de aparición el rubio detrás de sí, siendo reflejados ahora los dos en el espejo.

Okay. Ahora quería llorar.

— Hey, hey ¿Es así no? ¿Sabes que eres precioso, Jeongin? — la posición de Hyunjin en ese momento, detrás de sí, abrazándolo por la cintura y posando su barbilla en su propio hombro, le daba toda la libertad de poder ver a través de sus reflejos en el espejo su rostro afligido, por lo que intentó con todo su ser el calmarse. — Eres el niño bonito de hyung, niño bonito.