Después de dormir un largo rato, sin sueños raros, al fin, me levanté de la cama, era domingo, aún faltaba un día para ver a Aurora. Ese día iría con mi familia al cementerio a llevarle flores a mi hermano Jacob, como todos los meses íbamos Tom, mi hermana, mi madre y Yo.
Hice mis rutinas mañaneras: regar la planta, recoger un poco, y claro tocar la puerta dos veces antes de salir. Luego me encaminé a casa de mi madre. Llegué en unos cuantos minutos, eran las 3:37 P.M. Pd. odiaba los números incompletos, me gustan que terminen en 0 ó 5, una de mis tantas manías. Bajé del coche y me recibió mi hermana Sara, era joven, apenas cumplía 16 años, pero ya se creía una mujer.
—Hey ricitos. — le dije, así le digo desde pequeña.
—Hola hermanote.
Era alta, de pelo castaño y rizo, como mamá, tenía unas cuantas pecas que rodeaban sus pómulos y nariz; era delgada, con ojos grandes color café, sus estados de ánimos eran muy volátiles, ¡jóvenes! Teníamos buena relación, aunque casi no hablábamos.
Entré a la sala de estar, ahí estaba mi madre y Tom, saludé a mi madre con un beso en la mejilla y a Tom con un pequeño abrazo. Hablamos un poco de cómo fue la semana, Tom hizo unos cuantos chistes, como siempre, pero sabía que lo hacía para hacer reír a mi madre más que todo. Él siempre estaba dándole ánimos a ella, aun no me animaba a contarle a mi madre que Aurora estaba en la ciudad, ella estaba un poco desconcertada con Aurora por como ocurrió todo.
Salimos de la casa, esta vez nos fuimos en mi coche, Tom iba delante conmigo, mi hermana y mi madre iban detrás. Llegamos al cementerio a eso de las 4:20 P.M. al fin una hora que termina en 0, fue un deleite para mis ojos, le llevábamos flores azules, era su color favorito. Estábamos buscando la parcela donde estaba, entonces leí su lápida.
Jacob Jones B.
17 de mayo de 1993
20 de agosto de 2011
Dios me vio que estaba cansado
Me rodeó con sus brazos y él dijo
Ven hacia mí,
El señor es mi pastor nada
Me falta. En verdes praderas
Me hace descansar. Y habitaré
Por siempre en la casa del
Señor.
Cada vez que leía esas palabras, tenía que retener mis emociones, para no llorar desconsoladamente. Mi madre lloró un poco, yo solo la abracé, recordamos por un momento como él era, eso me hizo irme al pasado. Recordé esos días después de visitar múltiples veces la biblioteca para ver a Aurora, la invité a mi casa a ver una película. Ese día pensaba pedirle que fuera mi novia. Lo recuerdo como hoy.
Un 20 de noviembre de 2006, ya le había hablado a mi madre y a Tom, ellos estaban emocionados por conocerla. Ella llegó a eso de las 4 p.m., Jacob la recibió, ella lo saludó con un abrazo y él la llevó a la sala de estar, donde estaban Tom y mi madre, ellos se presentaron y le dieron la bienvenida a la casa, ella rápidamente entró en confianza y al parecer le había caído bien a mi madre.
Mi hermana Sara estaba aún muy pequeña, Tom la cargó y la llevó al cuarto junto con mi madre, nos quedamos Aurora, Jacob y yo. La miraba y no podía evitar sonrojarme, era tan hermosa y tierna. Jacob pidió elegir la película, al parecer ella y mi hermano se llevaban bien.
Al final eligieron la película entre ambos, arrojamos los cojines al suelo y buscamos una manta, para ver la película más cómodos. Era una de esas películas de vaqueros, realmente nunca supe el nombre y tampoco me empeñé en saberlo. Al cabo de media hora, Jacob se quedó dormido, entonces pensé en aprovechar el momento y pedirle a Aurora que fuera mi novia. Quería que el momento sea especial, decidí acercarme a su oído y susurrarle:
—Quisiera que seas mi sol, y orbitar a tu alrededor para siempre, me harías el honor Allie Hamilton— cité al personaje del libro Diario de una pasión, que ella me recomendó para que creyera en el amor eterno.
Ella se sonrojó, me miró con una mirada intensa, cuando iba a responder, llego mi madre a interrumpir, para saber qué querían para cenar. Dios, dañó todo lo romántico en el momento, la miré, y ella entendió la mirada y dijo que pediría pizza.
Aurora, me sostuvo la mano cuando mi madre se fue, me besó. — Sí, quiero ser tu novia.—. Dijo.
Salí de esa nube de recuerdos cuando Sara se acercó a mí, me abrazó y me dijo que extrañaba mucho a Jacob. Yo realmente por momentos olvidaba que él había fallecido.
—Yo también lo extraño cada día. — le dije.
Pasamos unos cuantos minutos, ya luego mi madre dijo que era hora de partir, dejamos las flores, recogimos las que ya estaban secas y nos fuimos a la casa de mi madre. Llegamos a casa de mi madre. Revivimos unas cuantas anécdotas donde Jacob era el protagonista, mientras reíamos entre lágrimas. Ya el sol se estaba poniendo, decidí irme para mi casa. Me despedí de ellos, y tomé la ruta más cercana a mi casa.
Llegué a casa, me puse ropa más cómoda, preparé algo rápido para cenar, hice un poco de ejercicios, bebí mi té y me puse a leer un poco. Las rutinas me hacían tener los pies sobre la tierra. Escribí unos cuantos apuntes de un documental que vi, sobre nuevos proyectos que científicos de renombre estaban realizando, ya mientras escribía, me quedé dormido.
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El Alma Al Desnudo
RomanceEn este libro encontraran una bonita historia de amor. Christophe se dará cuenta quien siempre fue su verdadero amor, y luchará por ella. Este libro es muy bueno para personas que hayan terminado una relación, y aun tengan esperanzas de estar con es...